Inicio » Predicas Cristianas » Transformando una tormenta en una victoria

Transformando una tormenta en una victoria

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Transformando una tormenta en una victoria

 Predicas Cristianas Predicas Cristianas Texto Bíblico: Job 1:1-22

INTRODUCCIÓN

Señala la Biblia, en el libro de Hechos de los Apóstoles, capítulos 6 y 7, como un hombre, llamado Esteban, quien lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales en medio del pueblo Judío.

A tal punto que los adversarios de Jesucristo, no resistían la sabiduría y el espíritu con que hablaba. Entonces, usando las trampas de Satanás, fue acusado injustamente, de haber blasfemado contra el nombre de Moisés, y de Dios.

Este hecho, narra la Biblia, lo condujo, después de su captura y posterior presentación ante el concilio, a la muerte, pero antes, Esteban, con rostro de ángel, dijo: “… veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre, que está a la diestra de Dios…” (Hechos 7:56), esta situación, fue la gota que derramó la gota de agua en la vida de Esteban y acto seguido, señala la Palabra, fue apedreado, pero mientras lo hacían, Esteban oraba y decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor no le tomes en cuenta este pecado!”(Hechos 7:59-60).

Interesante historia, ¿no crees?, la misma fue construida directamente, sobre la vida de este hombre, quien la ofreció, por una verdad, la de Jesucristo. De la misma surgen algunas interrogantes:

¿Por qué en la vida del creyente, a menudo, se presenta la prueba en forma de tormenta, y en algunos casos, en cuadros de tragedia humana?

¿Es que acaso, la prueba o la tormenta, llega exclusivamente por causa del pecado?

¿Puede llegar la prueba, por medio de Dios? ¿Por qué?

¿Cómo debemos enfrenar una tormenta dentro del propósito de Dios?

¿Cómo podemos transformar una tormenta, en victoria?

Esta y otras interrogantes, la resolveremos, analizando el tema de hoy:

“TRANSFORMANDO UNA TORMENTA, EN VICTORIA”, vamos al libro de Job 1:1-22.

A la luz de esta historia, podemos reconocer tres principios, que nos permitirán salir victoriosos de en medio de la tormenta:

1. PRESENTAR UN VIDA INTEGRA A LOS OJOS DE DIOS (Vers. 1; 8)

Revisando los versos 1 y 8, el concepto de integridad para el Señor nuestro Dios, se puede definir como: “La distinción que recibe una persona de parte de Dios, que lo hace perfecto, recto, temeroso de Él, y apartado del mal”, es decir una persona que por misericordia divina, es probo, no le falta ninguno de los requisitos, exigidos por El Señor nuestro Dios, para calificar en la llenura de su gracia y su bondad.

El mejor ejemplo de una vida integra, lo representa Nuestro Señor Jesucristo, transitó durante 33 años, por un camino, recto, probo, impecable, ahora bien, valdría la pena preguntarse: ¿Por qué si Dios quería redimirnos de la culpa del pecado, permitió que Jesucristo, viviera 33 años? ¿Por qué no tomó la decisión de que viniera al mundo e inmediatamente, muriera? ¿Por qué no vivió, algunas semanas o solo un año?.

Hay una sola respuesta, por que él sabía que usted y yo, en algún momento de la vida, Sufriríamos, nos cansaríamos, nos perturbaríamos, y seríamos objeto del dolor, tanto físico, como del alma.

Él sabía que en algún momento de la vida, creyentes y no creyentes, pasarían en medio de tormentas, que en ocasiones rayarían en tragedias. El quiso, por amor a mi y a ti, sufrirlas en el camino al calvario y en la cruz, para que a través de ellas, revelarte el significado de su entrega.

Dice su Palabra en 2 Corintios 1:3-5: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación. El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros, consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abundan también por el mismo Cristo, nuestra consolación”. Si nosotros como personas íntegras, probas, sufrimos tribulaciones, pruebas, tormentas, es por que Dios, nos ha concedido un privilegio, te lo voy a revelar en esta mañana:“ DIOS CONFÍA EN TI Y EN MI”.

Él sabe que en tu integridad, capearás exitosamente, la tormenta, vencerás en la prueba, saldrás adelante en las dificultades y te hará un hombre confiable a sus ojos, para asignarte mayores responsabilidades de las que tienes ahora.

Otro ejemplo Bíblico, lo encontramos en José, hijo de Jacob, este hombre, prácticamente, hizo de la tormenta su hábitat natural, fueron muchas las tormentas por las que atravesó desde muy temprana edad:

  • Sintió el celo, la cizaña, la envidia de sus hermanos.
  • Vivió la soledad en medio del dolor.
  • Tuvo que adaptarse a cambios bruscos en su vida.
  • Vivió lo que vivían los esclavos, presos.
  • Soportó la tentación del pecado sexual.

Pero todas estas tormentas, formaron en José, un carácter que años mas tarde, lo llevó a convertirse en el hombre más importante, conjuntamente con el Faraón, de una nación extranjera, de Egipto. ¿Cuál fue el secreto de su éxito?

¿Qué lo hizo soportar tantas tormentas y convertirlas, luego en una resonante victoria? Fueron varias razones, que lo exaltaron como un hombre importante, pero en función del análisis planteado, se puede afirmar que fue “SU INTEGRIDAD”.

Pero ¿Estuvo José solo en estas tormentas?, la respuesta es, NO, él fue consolado por Dios Padre, lo que quiere decir que se reafirma la promesa contemplada en 2 Corintios 1:3-5, nuestro consolador en medio de la tormenta, es el mismo Señor Jesucristo, en presencia de su Maravilloso Espíritu Santo “Y yo le rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16).

¡Tremendo regalo, si llevas una vida integra , el mismo Señor Jesús en la persona de su Espíritu Santo, estará consolándote, en medio de la tormenta!.

A esta hora, yo te hago una pregunta ¿Cuál es la tormenta que afecta tu vida en estos momentos?, ¿tu familia?, ¿tu trabajo?, ¿tu ministerio?, ¿has perdido a un ser querido?, ¿la enfermedad?, déjame decirte algo, el diablo tratará de aprovecharse de esta situación para alejarte del propósito de Dios, pero El Señor nuestro Dios, Confía en ti, depende de tu decisión, si mañana, después de la tormenta, quieras levantarte como un hombre o una mujer victorioso, abrazada de la bendición que tiene preparada para ti, en pago de tu integridad, si aún no lo has dejado entrar en tu vida, ábrele ahora, la puerta de tu corazón y permite que deposite su confianza en ti, si ya lo conoces, allí está a tu lado, consolándote y diciéndote, no te sientas solo por que yo estoy junto a ti. Abrázalo y siente su presencia.

2. CAMINAR EN SANTIDAD (Vers. 2-19).

La historia de Job, refiere este texto Bíblico, que llevaba una vida Santa, y quería y deseaba, que su casa fuera, Santa, esto es, que estuvieran apartados exclusivamente para el Señor nuestro Dios, pues quienes son santificados son sus Santos.

No en vano en esta hermosa visión de Dios por donde transitamos , la visión de los doce, uno de los fundamentos mas importante, lo constituye, LA SANTIDAD La santidad en los caminos de Dios, no es una opción, es un mandato, así lo refiere su Palabra: “Sed Santos por que Yo Soy Santo”(1 Pedro 1:13-15). Repita tres veces: “Debo ser santo por que Dios es Santo”, agarre a su vecino por el hombro y dígale:”Debes ser santo por que Dios es Santo”.

A la luz de este relato Bíblico, se aprecia que Job, caminaba en Santidad y por medio de él, sus hijos también lo hacían. Quiero referirles algo, y es el hecho de que Satanás, en esta circunstancias, no tenía la connotación diabólica por la cual lo conocemos hoy día y en la cual se hace referencia en el Nuevo Testamento, aunque se trataba del mismo personaje, aquí se le llama por su verdadero nombre, y formaba pues, parte de la corte Celestial de Dios.

Pero ya presentaba una característica muy singular, era un ACUSADOR, aspecto que influyó sobre El Señor nuestro Dios, para probar a Job. Este acotación, nos conduce, en el marco del tema, a revelar otra gran verdad. No toda tormenta, prueba o caída, obedece a una situación de pecado. Bíblicamente hablando el verso 22, lo confirma. En el caso de Job, Dios tenía el mejor concepto de su conducta, hombre íntegro y Santo.

La santidad significa también, revisar por dónde caminamos, en Isaías 6:1-3, refiere la Palabra de Dios:”En el año en que murió el rey Uzías, vi. yo al Señor sentado sobre su trono alto y sublime y sus faldas llenaban el templo.

Por encima de él había Serafines; cada uno tenía seis alas, con dos cubrían su rostro, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daban voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, El Señor de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria”

Los Serafines, son seres ardientes, que estaban delante del trono del Señor, se hace referencia a que dos, cubrían sus rostros con sus alas, en señal de humildad. Cubrían sus rostros para que el Profeta Isaías, no desviara su mirada hacia ellos y concentrará toda su atención, en el trono santo del Señor nuestro Dios, aunque ellos son criaturas muy Santas, solo querían resaltar la Santidad de Dios.

La humildad es parte de la santidad. Estamos obligados a ser humildes, pues es un modelo de Dios, parte de esta humildad se refiere a predicar el evangelio de la paz, ya lo dice Pablo en 1 Corintios 9:16: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por que gloriarme, por que me es impuesta por necesidad, y ¡ ay de mi , si no anunciare el evangelio!.

En otras palabras, yo no tengo por que vanagloriarme por que predique la Palabra de Dios en uno u otro sitio, en Barinas, en Venezuela, en los confines y las naciones, pues es una necesidad impuesta por Dios, y ¡Ay de mi si no lo hago!

El segundo par de alas, cubría los pies de los serafines. Esta acción significa, PUREZA, es decir la necesidad de caminar en Santidad, delante del Señor. Debemos reconocer por dónde caminamos, pues los pies sucios, son el símbolo de un caminar descuidado.

Jesús hizo énfasis en esto, se inclinó, en señal de humildad para lavar los pies a sus discípulos y dijo “El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio”(Juan 13:10). Job lo hacía a diario con sus hijos, y sin embargo, la acusación lo llevo a la tormenta que vivió, pero lo hizo con el Propósito de Dios, para que el Señor nuestro Dios, le demostrara al acusador, que había en la tierra un hombre íntegro y Santo, en el cual Él, como Dios universal, se jugaba su Palabra y su confianza. ¡Aleluya!

Amigos, hermanos presentes, debes revisar el camino que transitas. No existe en el lenguaje de Dios, “el medio santo”, “el que un día se lava los pies y al otro camina por el fango del pecado”, no es Santo el que ora y pide al Señor que lo aleje de la tentación y luego se sumerge en ella. La Santidad implica una vida apartada para el Señor, las 24 horas del día, los 365 días del año, todos los años de tu vida. No es una opción, es un mandato “Sed Santos por que Yo Soy Santo, dice El Señor”

Revisemos un tercer aspecto, que permite transformar, una tormenta en victoria:

3. HUMILLARSE DELANTE DE DIOS, ALABAR Y BENDECIR SU SANTO NOMBRE (Verss; 20-22).

El relato Bíblico en estudio, señala, que a pesar de que Job era un rico hacendado, cuando se vio envuelto en medio de la tormenta, rasgó su manto, rasuró su cabeza y se postró y adoró.

Dice la palabra de dios, que en el momento de la muerte de Jesús en la cruz del calvario, el manto del templo, se rasgo, mostrando el Dolor Divino, por la muerte del Unigénito. Job reconoció ese sacrificio, haciendo lo mismo, sin importar su condición de hombre rico y poderoso, esto lo condujo, inmediatamente, a reconocer la grandeza de Dios, adorándolo y bendiciéndolo.

Cuando una persona, tiene la actitud de Job, que vive el dolor, soporta el dolor, la tormenta y aun le quedan fuerzas para adora a Dios y Bendecirle, es por que “Caminan en su perspectiva divina, alejándose del punto de vista humano, carnal, es decir, el comportarse por encima de la escena terrenal, viven lo espiritual, lo sobrenatural, el éxtasis.

En la ya referida cita Bíblica, Isaías 6:1-3, el par de alas restantes de los seres ardientes, los Serafines, les servían para volar y adorar a Dios, diciendo:”Santo, Santo, Santo…”, ellos estaban por encima de la perspectiva terrenal, estaban ante el trono del Señor.

Cuando en una actitud de humildad, con un corazón contrito, usted alaba, adora y bendice el nombre del Señor nuestro Dios, aún cuando se encuentre en medio de la tormenta,, usted está, al igual que los Serafines, accediendo y sentándose en los lugares celestiales, con Cristo Jesús (Efesios 2:6), lo que indica que él tiene preparado para ti, cosas grandes, que transformarán, las alabanzas y bendiciones que salió de tu corazón herido, en bendiciones por partida doble, tal como narra el fin de esta historia, en el capítulo 42, de este libro.

A esta hora, te invito a que aún cuando estés en el medio de la tormenta, de la dificultad, bendigas, adores y reconozcas la grandeza del Señor nuestro Dios, diciéndole: Santo, Santo, Santo. Siéntate en los lugares celestiales junto a Cristo Jesús y Prepárate, por que la gran bendición llegará para tu vida y para los tuyos.

CONCLUSIÓN

Es posible que la tormenta, quiera derribarte, llámese, problemas en tu hogar, en tu familia, quizás, la muerte de un ser querido, a lo mejor, la enfermedad, representa, la tormenta de tu vida, quizás tu ministerio, se ha convertido en una tormenta, a lo mejor las ventas del negocio, tu trabajo, son las tormentas que te acosan.

Si es así, debes revisar el camino que recorres, debes procurar que tus pies estén lo suficientemente limpios, para que una vida apartada para El Señor, permitas que Él, te acompañe, te consuele y confié en ti, te haga merecedor del premio que tiene reservado única y exclusivamente para ti, allí en la meta de la tormenta a la victoria.

Bendice ahora el nombre del Señor nuestro Dios, adórale y allí con los ojos cerrados, te voy a pedir que sientas su maravillosa presencia y su precioso Espíritu, en el fluir de la adoración celestial de esta melodía.

© Pedro Araujo Lemus. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Predicas Cristianas

Deja un comentario