Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de hoy: Acercándote más a Dios
Lectura Bíblica Principal: Mateo 6:25-26
INTRODUCCIÓN
Imagina un navegante perdido en medio de una tormenta, aferrándose desesperadamente a un mapa desgastado y a una brújula defectuosa. En su búsqueda por encontrar tierra firme, se encuentra luchando contra las olas que lo arrastran en direcciones impredecibles. De manera similar, muchos de nosotros nos encontramos en una búsqueda constante por acercarnos a Dios, pero ¿qué tan a menudo nos encontramos aferrándonos a métodos defectuosos y estrategias erróneas?
Hoy, exploraremos tres formas en las que los seres humanos a menudo intentan acercarse a Dios de manera equivocada. A través de esta exploración, descubriremos cómo podemos abandonar estas prácticas infructuosas y abrirnos al camino verdadero que nos lleva hacia la presencia de nuestro Creador.
I. DEJAR DE PREOCUPARTE
Hermano, en nuestra búsqueda por acercarnos a Dios, a menudo nos encontramos atrapados en las redes de la preocupación. Nos afanamos por resolver los problemas de la vida, por anticipar el futuro y por satisfacer nuestras necesidades materiales. Sin embargo, el Señor nos llama a abandonar esta carga pesada y confiar en su providencia.
El versículo que se encuentra en el Evangelio según Mateo 6:25-26. Jesús nos enseña: “Por eso les digo: no se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?” (NVI)
Al observar las aves del cielo, Jesús nos muestra que incluso las criaturas más pequeñas reciben el cuidado amoroso del Padre celestial. Si Él cuida de las aves, ¿cuánto más no cuidará de nosotros, quienes somos infinitamente más valiosos para Él? Esta verdad nos invita a confiar en Dios y a dejar todo en sus manos.
El versículo de respaldo que encontramos en Mateo nos ofrece una perspectiva poderosa sobre el tema de la preocupación. Jesús nos insta a no preocuparnos demasiado por las necesidades básicas de la vida, como la comida, la bebida o la vestimenta. Nos volvemos más conscientes de lo que enemigo está haciendo, en lugar de confiar en lo que Dios está haciendo. En lugar de eso, nos recuerda que somos más valiosos para Dios que las aves del cielo, y si él cuida de ellas, ¡cuánto más nos cuidará a nosotros!
Cuando nos preocupamos, nuestra atención se desvía de Dios y se enfoca en nuestras circunstancias, en lo que el enemigo está haciendo o en lo que podría salir mal. La preocupación nos hace perder de vista la soberanía y la fidelidad de Dios. En lugar de confiar en su provisión y su cuidado, nos dejamos consumir por la ansiedad y el miedo.
Este versículo nos enseña que preocuparnos es en realidad una forma de incredulidad. Es decir, cuando nos preocupamos, estamos cuestionando la capacidad de Dios para proveer y cuidar de nosotros. En lugar de confiar en su promesa de estar con nosotros en todo momento, nos aferramos a nuestras propias fuerzas limitadas.
Por lo tanto, la clave para dejar de preocuparnos es confiar más en Dios y dejar todo en sus manos. Esto significa reconocer su soberanía sobre todas las cosas y creer en su amor incondicional por nosotros. Cuando aprendemos a confiar en Dios de esta manera, encontramos paz en medio de las tormentas de la vida y experimentamos su provisión sobrenatural en todas nuestras necesidades.
II. DEJA DE HABLAR PALABRAS DE MALDICIÓN SOBRE TU VIDA.
“La lengua tiene poder de vida y de muerte, y los que la aman comerán de su fruto.”
Queridos hermanos en Cristo, este segundo punto de nuestra prédica nos invita a reflexionar sobre el poder de nuestras palabras. Con frecuencia, subestimamos el impacto que tienen nuestras palabras en nuestras vidas y en la vida de los demás. Sin embargo, la Palabra de Dios nos revela la verdad asombrosa sobre el poder de nuestra lengua.
El versículo de respaldo para este punto se encuentra en Proverbios 18:21, donde leemos: “La lengua tiene poder de vida y de muerte, y los que la aman comerán de su fruto” (NVI).Esta declaración, aunque breve, contiene una profundidad de sabiduría que merece nuestra atención. La lengua no es solo un órgano físico que produce sonidos; es un instrumento poderoso que puede traer vida o muerte, bendición o maldición.
Cuando hablamos palabras de maldición sobre nuestra propia vida, estamos invocando un poder destructivo que puede afectar nuestro bienestar espiritual, emocional y físico. Con cada palabra de autodesprecio, de derrota o de desesperanza, estamos sembrando semillas de negatividad que eventualmente darán fruto en nuestra vida. Es como si estuviéramos pronunciando un juicio sobre nosotros mismos, atrayendo hacia nosotros mismos las consecuencias de nuestras propias palabras.
Pero, ¿cuál es la alternativa? El texto nos enseña que la lengua también tiene el poder de vida.
- En lugar de hablar palabras de maldición, debemos aprender a hablar palabras de bendición y de vida sobre nuestras vidas. Debemos alinearnos con la perspectiva de Dios y declarar Su verdad sobre nosotros mismos.
- En lugar de enfocarnos en lo que el mundo ve, debemos hablar lo que Dios ve en nosotros: hijos amados, redimidos por la sangre de Cristo, dotados de un propósito divino y llamados a una vida de abundancia y victoria en Él.
Queridos hermanos, no subestimemos el poder de nuestras palabras. Cada palabra que pronunciamos tiene el potencial de dar forma a nuestra realidad. Que este versículo nos recuerde la importancia de guardar nuestra lengua y de hablar palabras que edifiquen, que sanen y que traigan vida a nuestras vidas y a las vidas de los demás. Que aprendamos a alinear nuestras palabras con la verdad de Dios y a vivir en la plenitud de Su bendición.
III. DEJA DE COMPLACER A LAS PERSONAS.
“¿Acaso busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Si todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.” (NVI)
Hermanos, permítanme compartir con ustedes una verdad poderosa que he aprendido en mi propia caminata espiritual: cuando decidimos caminar con Dios, es posible que enfrentemos resistencia de aquellos que están más preocupados por controlarnos que por ver nuestro crecimiento en Cristo. Tal vez hayas experimentado momentos en los que has sentido la presión de complacer a otros, sacrificando tus convicciones y tu relación con Dios en el proceso.
El apóstol Pablo nos ofrece una perspectiva transformadora en Gálatas 1:10. Él nos desafía a reflexionar sobre nuestras motivaciones y a considerar si estamos buscando el favor de los hombres o el de Dios. ¿Estamos más preocupados por ganar la aprobación de aquellos que nos rodean, o estamos dispuestos a priorizar la voluntad de Dios por encima de todo?
Cuando nos esforzamos por complacer a las personas, podemos recibir elogios temporales y reconocimiento terrenal, pero al final, estas recompensas son efímeras y vacías. Por el contrario, cuando nos comprometemos a agradar a Dios, experimentamos la verdadera plenitud y satisfacción que solo viene de obedecer su voluntad.
Entonces, ¿cómo podemos aplicar esto en nuestras vidas diarias?
Significa tomar decisiones valientes y, a veces, impopulares, que están alineadas con los principios y valores del Reino de Dios.
Puede significar renunciar a la aprobación de aquellos que desean dictar nuestra dirección y, en cambio, seguir fielmente la voz y el liderazgo del Espíritu Santo.
Hermanos, recordemos que somos llamados a ser siervos de Cristo, no esclavos de la opinión de los demás. Al liberarnos del peso de complacer a las personas y buscar en cambio la aprobación de Dios, encontraremos la verdadera libertad y la recompensa eterna que solo él puede ofrecer.
Conclusión
Hoy hemos explorado tres áreas clave en las que a menudo buscamos acercarnos a Dios de manera equivocada. Desde la preocupación desmedida hasta la búsqueda de la aprobación de los demás, hemos descubierto cómo estas prácticas pueden alejarnos de la presencia y la voluntad de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, también hemos sido recordados del poder transformador de confiar en Dios y seguir su camino.
Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 6:33, donde nos insta a buscar primero el reino de Dios y su justicia, confiando en que todas las demás cosas nos serán añadidas. Esto significa que debemos priorizar nuestra relación con Dios sobre todas las demás preocupaciones y deseos terrenales.
Para aplicar estas verdades en nuestra vida diaria, es crucial:
Cultivar una relación íntima con Dios a través de la oración, la lectura de su Palabra y la comunión con otros creyentes.
Debemos estar dispuestos a dejar de lado nuestras preocupaciones y confiar en su provisión soberana.
Debemos ser valientes en nuestra fe, tomando decisiones que reflejen nuestro compromiso de seguir a Cristo, incluso cuando esto signifique enfrentar la oposición de aquellos que buscan controlarnos.
Que cada uno de nosotros pueda comprometernos hoy a dejar de lado las prácticas erróneas que nos alejan de Dios y a abrazar plenamente su camino de amor, gracia y verdad. Que podamos vivir cada día con la confianza y la seguridad de saber que estamos caminando en su voluntad, recibiendo la recompensa eterna que solo él puede dar.
Que Dios nos bendiga abundantemente mientras continuamos buscándolo y siguiendo su camino en todas las áreas de nuestras vidas. Amén
© Franklin Riera. Todos los derechos reservados.
Buenas tardes, quisiera agradecer al equipo por tan excelente mensaje, gracias a Dios por usarlos con poder. A Él sea la gloria.
Hola muy buenas bendiciones hermanos, haber si me podían decir una predicación sobre el amor a nuestra pareja