Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Belén, ciudad pequeña, pero importante
Lectura Bíblica: Lucas 2:1-7
Introducción
A penas quiero significar algunos detalles sobre lo ocurrido alrededor de la aldea de Belén de Judea en Israel, donde naciera nuestro Señor Jesucristo.
Belén se encuentra a unos 9 km. al sur de Jerusalén. Su nombre en el Antiguo Testamento era Efrata (fructífera) (Génesis 35:19), y se le conocía como Belén de Judá, o Belén Efrata, para distinguirla de la otra ciudad del mismo nombre.
En el Antiguo Testamento a Belén se le conoce más como la ciudad de David. Allí tuvo su hogar David, pastoreaba las ovejas de su padre, y fue donde lo ungió el profeta Samuel como el futuro rey de Israel (1 Samuel 16). En la actualidad Belén está administrada por la Autoridad Nacional Palestina.
I. DIOS CUMPLE LO QUE PROMETE
El evangelista Lucas es el único que nos dice que José, como era un descendiente del rey David, tuvo que viajar con María que estaba a punto de dar a luz su primer bebé, unos 130 kilómetros desde la aldea de Nazaret de Galilea (donde vivían), hasta Belén de Judea. (de 3 a 4 días de viaje).
Ellos tuvieron que hacer ese viaje, porque el emperador romano Augusto César dictó un edicto, que la gente tenía que regresar a la ciudad donde se guardaban los documentos de sus antepasados, para inscribirse en un censo poblacional que ayudaría al reclutamiento militar y a la recaudación de impuestos. (Lucas 2:2).
Comenta W. MacDonald que, desde la perspectiva del emperador Augusto César él estaba demostrando con el censo, su dominio sobre el mundo grecorromano. Pero desde la perspectiva de Dios, este emperador gentil (Augusto César) estaba simplemente impulsando el programa divino.
Cientos de años antes, el Espíritu de Dios había inspirado al profeta Miqueas a profetizar con exactitud que sería en Belén, la ciudad de David, donde nacería el Hijo de Dios, el Mesías prometido. “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miqueas 5:2). (Mateo 2:5).
Y este es uno de los tantos casos que encontramos en la Biblia y en la historia del cristianismo que confirman que, toda palabra que sale de la boca de Dios tiene cabal cumplimiento. Dios en su soberana voluntad hace lo que tenga que hacer, y usa a quien tenga que usar, para que sus promesas se cumplan.
El decreto del emperador romano Augusto César, hizo posible que Jesús, el Hijo de Dios, naciera en Belén, el pueblo profetizado cientos de años antes, a pesar de que sus padres no vivían allí.
Después de setenta años de cautiverio, el rey Ciro de Persia, emitió un edicto permitiendo a los israelitas regresar a su tierra y reconstruir el templo en Jerusalén. Fue lo que hizo posible que el pueblo cautivo, regresara a la tierra de Judá, conforme a las palabras proféticas de los profetas Jeremías e Isaías. (Isaías 44:28; Jeremías 25-29).
Aplicación: Por eso, nunca dudemos que toda palabra que Dios ha pronunciado sobre nuestra vida, familia, iglesia y nación se cumplirá.
Dios moverá a quien tenga que mover, usará a quien menos imaginamos. abrirá y cerrará puertas para que Sus promesas y sus propósitos se hagan realidad en nuestra vida, familia e iglesia. Solo nos queda poner nuestra esperanza en Su palabra. Digamos como dijo el salmista: El salmista decía: “Tus promesas me dan esperanza.” (Salmo 119:49 TLA). En tus “promesas” he puesto mi esperanza.
II. DIOS LO PEQUEÑO LO HACE GRANDE
La profecía de Miqueas decía que a pesar de que Belén de Judá no era una gran ciudad, sino una aldea insignificante, pequeña para estar entre las familias de Judá (Miqueas 5:2), Dios la había escogido para que allí naciera Jesucristo, el Salvador del mundo, el Rey de reyes y Señor de señores.
Es que Dios en su soberana voluntad elige lo humilde y lo pequeño para manifestar Su grandeza.
Y conocemos a través de la historia bíblica y contemporánea, como Dios obra maravillas desde los lugares y con las personas más inesperados.
- Tomó a Gedeón, un hombre sin renombre ni títulos, y lo convirtió en juez de Israel.
- Tomó a David, un simple pastor de ovejas, y lo convirtió en el rey más célebre de Israel.
- Tomó a simples pescadores del mar de Galilea y los convirtió en predicadores y apóstoles de Su evangelio.
- Tomó a un perseguidor de la iglesia llamado Saulo de Tarso, y lo convirtió en apóstol del evangelio.
- Tomo a un David Wilkerson, a un Billy Graham para impulsar el evangelio entre drogadictos y naciones.
- Te llamó a ti y a mí sin importar nuestro trasfondo familiar, o de que barrio o nación veníamos, y manifestó en nosotros su gracia, amor y misericordia. Nos dio el privilegio de ser llamados hijos de Dios, siervos de Jesucristo, embajadores de su reino en esta tierra, con la esperanza de disfrutar la eternidad en sus moradas eternas.
Pablo dijo: “lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.” (1 Corintios 1:27-29).
Aplicación…
Belén sería, como decía la profecía de Miqueas, un pueblo pequeño entre los pueblos de Judá, pero llegaría ser muy importante; porque allí nacería el Mesías, la raíz de David; Jesucristo, el Salvador del mundo, el único y suficiente mediador entre Dios y los hombres. (Miqueas 5:2 TLA).
Me anima saber que estas historias corroboran y subrayan el carácter soberano y sabio de Dios, quien elige lo aparentemente insignificante para cumplir Sus propósitos. Aunque para los hombres seamos insignificantes, y no califiquemos, para Dios somos valiosos e importantes.
No te rindas cuando enfrentes críticas o burlas de quienes te menosprecian y no te toman en cuenta o minimizan lo que haces para servir a Dios. Si lo que haces engrandece y honra a Dios, sigue adelante, porque Dios honra a quienes le honran y premia la fidelidad de quienes le sirven.
Resumen
Recuerda: Dios cumple lo que promete. Dios es un Dios de propósitos eternos. Dios sabe cómo usar lo pequeño para su Gloria.
LLAMADO A SALVACIÓN
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