Inicio » Estudios Bíblicos » La conversión de Saulo

La conversión de Saulo

3.5
(2)

Estudios Bíblicos

Estudios Bíblicos Predica de Hoy: La conversión de Saulo

Estudios Bíblicos Texto Biblico: Hechos 9:1-21

Tema: Enseñanzas útiles de la conversión de Pablo

Introducción

Predicar el evangelio puede ser una tarea terrorífica. Verdaderamente, es increíble el impacto que el temor a las personas tiene sobre nosotros. Quedamos como paralizados, es como si nuestras bocas no pudieran articular, y nuestras cuerdas vocales no pudieran sonar. Nos quedamos sin aire, y preferimos callar, antes que ser rechazados.

Todos hemos vivido esta situación familiar. Nos sentimos deseosos de predicarle el evangelio a alguien. Pero, cuando lo examinamos bien, pensamos: “No, mejor no digo nada. No creo que esta persona me preste atención. Lo más seguro es que rechace lo que digo”.

Sin embargo, no hacemos bien, cuando nos comportamos así. Primero, porque no somos Dios para saber lo que hay en su corazón, y por tanto, cómo podrá reaccionar. Segundo, porque así dejamos de cumplir la gran comisión. El miedo es un gran obstáculo para predicar el evangelio. Por tanto, en evangelio de hoy, veremos lo que la conversión de Pablo puede enseñarnos.

La conversión de Saulo Desarrollo

Contexto (verss. 1-2)

Saulo llegó a ser un hombre bastante temido por la iglesia de Dios. Este muchacho tuvo parte en el arresto y martirio de Esteban (Hechos 7:58). Luego de esto, Saulo se encargó personalmente de perseguir a los cristianos casa por casa en Jerusalén (Hechos 8:3).

Con este mismo espíritu, ahora se dirigía a Damasco. Literalmente, el texto dice que Saulo “respiraba amenazas y muerte contra los discípulos”. Era un depredador hambriento, que estaba atacando a su presa sin cesar. Tanto así, que pidió al sumo sacerdote alguna carta de recomendación para Damasco. De modo que ellos supieran con qué fin Pablo se dirigía a hasta ese lugar.

Saulo era un hombre celoso de las leyes judías. Era un gran fariseo, celoso de la tradición de los ancianos. Odiaba profundamente a Jesús y a sus seguidores. Y estaba dispuesto hacer lo que fueron para cumplir con su cometido. No importaba su fuese hombre o mujer, niño o adulto, todos los que siguieran este camino serían llevados. Así que,  Pablo salió rumbo a Damasco.

I. Una voz del cielo (verss. 3-9) La conversión de Saulo

a. Un resplandor del cielo.

Ahora, cuando Pablo y sus acompañantes estaban cerca de llegar a Damasco, mientras iban por el camino, un resplandor del cielo los rodeó. Este gran resplandor no permitió que ni él ni sus acompañantes pudieran ver nada.

Y cabe destacar que este resplandor fue un acontecimiento tan fuera de lo común, que, Saulo y sus compañeros cayeron al suelo aterrorizados. Los tomó por sorpresa, no lo esperaban.

Y lo más sorprendente es que surgió una voz del cielo que hablaba con Saulo. Esto no era una alucinación suya. Porque los hombres que iban con él también escucharon esta voz. Pero todo fue muy extraño. Porque aunque escuchaban a alguien hablar, no veían a nadie. ¡Un evento milagroso y fuera de lo común estaba ocurriendo aquí! ¡Venía de Dios mismo!

b. Una confrontación directa.

Y esta voz se dirigió directamente a Saulo. Con un tono autoritario y confrontador, le preguntó: “Saulo, Saulo, ¿Por qué me persigues?”.

Saulo aterrorizado respondió: “¿Quién eres Señor?”

Y la voz del cielo se identificó: “Soy, Jesús, a quién tu persigues” (verss. 4-5).

Tenemos que notar algunas cosas importantes de esta declaración. En primer lugar, Jesús dice que perseguir a su iglesia es lo mismo que perseguirlo a Él. Eso es, porque la iglesia es el Cuerpo de Cristo. Y además, porque la predicación de la iglesia consistía en Jesucristo. La iglesia era perseguida porque predicaban en el nombre de Jesús. Pablo por fin pudo encontrarse cara a cara con Aquel a quien tanto odiaba.

c. Una profunda humillación.

¡Y qué humillante fue esta experiencia para Saulo! Estaba obedeciendo el mandato de Aquel a quien venía a perseguir.

II. El mandato a Ananías (verss. 10-16) La conversión de Saulo

a. La encomienda del Señor.

Pasamos ahora a otra escena de esta historia. Después de este evento, el Señor le habló a Ananías en una visión. Ananías era un discípulo de Damasco, que creía verdaderamente en el Señor. A la visión, Ananías respondió con sumisión: “heme aquí, Señor” (vers. 10).

El Señor le dio el mandato a este discípulo de que fuera en búsqueda de Saulo de Tarso. Le dio instrucciones específicas sobre dónde se encontraba, y lo que estaba haciendo en ese momento.

b. La resistencia de Ananías.

No obstante, cuando Ananías escuchó quién era la persona a la que debía buscar tuvo miedo. Ananías sabía muy bien quién era este Saulo. Estaba al tanto de lo que había hecho a los hermanos de Jerusalén, y sabía con qué propósito estaba en Damasco. ¡Era una locura lo que Dios le estaba pidiendo! “¡Señor, me estás pidiendo que muera!”

Ananías ya no estaba tan seguro de cumplir con la comisión del Señor.

c. Un instrumento escogido para Dios.

Sin embargo, el Señor Jesús corrigió su temor. Es importante ver cómo el Señor Jesús trata con el temor de Ananías. Él le muestra que Saulo sería un hombre a quién Dios usaría como un instrumento para llevar el evangelio a las naciones. Hasta Israel, los gentiles y los gobernantes (vers. 15).

Dios nos exhorta mostrándonos que la salvación depende de su poder, no de la fuerza humana. No importa cuánto corramos de Dios, jamás podremos huir de sus planes. Si Dios había escogido a Saulo, ¿quién podría impedir la obra de Dios? ¡Ananías había olvidado quién era el Dios que le estaba dando esta orden! Muy parecido a nosotros.

III. La conversión de Saulo (verss. 17-21)

a. Saulo recibe el Espíritu Santo.

Después de esto, Ananías estaba sorprendido. Obedeció al Señor y fue a dónde estaba Saulo. Cuando habló con él, le dio una explicación de lo que estaba sucediendo.

Saulo recibió el Espíritu Santo. Desde este momento Saulo volvió a la vida, fue trasladado de las tinieblas a la luz. Ya no era Saulo, sino que era Pablo. El gran apóstol de los gentiles, aquel por medio del cual una gran cantidad de gentiles creerían en el Señor, y siguen creyendo en el Señor.

Pablo fue completamente transformado. Las escamas cayeron de sus ojos, porque el resplandor le había hecho mucho daño. Pero más que las escamas de los ojos físicos se le cayeron las escamas espirituales. Porque ahora Pablo podía ver claramente.

b. Se unió a los creyentes de Damasco.

Y algo paradójico sucedió. Los planes de Pablo se cumplieron, pero no de la manera en que esperaba. Fue a Damasco a encontrarse con los discípulos. Pero termino haciéndolo como hermano en Cristo, y no como enemigo. Fue a encontrarse con los líderes de las sinagogas. Pero no para unirse con ellos, sino para predicarles el evangelio (verss. 18-20).

c. Predicó el evangelio en las sinagogas.

Y no sólo fue impresionante su conversión, sino el hecho de que ahora estaba predicando entre los judíos el nombre de Cristo. Todos los judíos que lo escuchaban estaban atónitos. ¿Qué había pasado? ¿Acaso Saulo no venía determinado a llevarse preso a los cristianos? ¿Acaso no pidió una carta de recomendación? ¿Cómo es que ahora predica este nombre, y forma parte de ellos? ¡Qué es lo que ha sucedido!

Conclusiones

Esta hermosa historia nos enseña varias cosas:

a. Dios tiene el poder para salvar a cualquier persona.

Dios tiene el suficiente poder para salvar al hombre quien sea. No importa si es drogadicto, ladrón, violador, o asesino. Dios deja a las personas tranquilas en su pecado por un tiempo. Pero en el momento en quiere salvar, los llama. Y nadie puede resistirse a su llamado.

Saulo corría de Dios. Es más, se oponía a Él. Aun así, en el momento adecuado, el poder del evangelio actuó en él. Así paso de ser Saulo, el perseguidor de la iglesia, a Pablo el apóstol de los gentiles.

b. La salvación no depende de los hombres.

Esto está conectado a lo anterior. Hermanos, la salvación no depende de lo que el hombre quiera o desee. No debemos dejarnos llevar por las apariencias. Aquellos que parezcan más propicio para ser salvos, puede que jamás crean. Pero  aquellos que parecen imposibles de ser salvados, pueden ser los que Dios restaure. Saulo fue un ejemplo de esto.

c. Nosotros somos un ejemplo de eso.

Cada uno de nosotros es un ejemplo. Dios nos rescató, cuando estábamos viviendo en pecado, cuando no queríamos saber nada de Él. Pero de repente, con ese resplandor, Dios se apareció ante nosotros, y dio un giro extraordinario a nuestras vidas. Esa es la forma cómo Dios salva. Por tanto, en evangelio de hoy, podemos aprender el gran poder del evangelio. La Palabra de Dios tiene poder para cambiar a las personas. Porque es el poder de Dios actuando.

Aplicaciones – La conversión de Saulo

a. Agradece a Dios, porque tú estabas en esta condición.

Al ver el significado de este texto, lo primero que debemos hacer es alabar a Dios. Porque esta fue la condición en la que todos nos encontrábamos. Éramos enemigos de Dios, y estábamos perdidos. Pero Dios no salvó por su amor y gracia. ¡Agradezcamos a Dios!

b. Predica confiando en Dios.

Por otro lado, confiemos en Dios, cuando hablamos a otros de Jesús. Porque sabemos que la efectividad del mensaje depende de su poder, no de nosotros, ni de las personas que nos escuchan. ¡Anímate! ¡Confía en el Señor!

c. Cumple tu tarea con valor.

Por último, y más importante, predica con valor. Hermanos, no tengan miedo de lo que puedan hacerles los hombres. No tengan miedo a ser rechazados. Recuerden que nadie puede resistirse a la voluntad de Dios. Si Dios quiera que sea salvo, será salvo. Y si no tendrá que dar cuentas a Dios. ¡Ten valor!

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones .. Estudios Bíblicos

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

¡Lamentamos que esta publicación no te haya sido útil!

¡Mejoremos esta publicación!

Cuéntanos ¿cómo podemos mejorar este post?

avatar de autor
Pedro Blanco
Fiel siervo de Jesucristo, y amante de la palabra de Dios. Me gusta redactar mensajes cristianos para compartir. Es mi oración que las redacciones que publico te sirvan de bendición, y edifiquen tu fe.

Deja un comentario