Predicas Cristianas | Aprovechemos cada oportunidad
Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Esther 4:11-17
Introducción
A menudo, la vida nos lleva por caminos inesperados y nos coloca en situaciones que no habíamos planeado. Sin embargo, es en esos momentos de incertidumbre y cuestionamiento donde podemos encontrar un propósito mayor para nuestra vida, si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo.
Los cristianos debemos saber que muchas veces Dios nos coloca en lugares insospechados para cumplir con su voluntad y que sus propósitos se hagan realidad en nuestras vidas.
¿Quién no se ha preguntado alguna vez: ¿qué hago yo viviendo en este país, en este condominio o en esta casa? ¿Qué hago yo trabajando en esta compañía o haciendo este trabajo?
Es natural hacerse estas preguntas. A veces, las respuestas se revelan con el tiempo y a través de nuestras experiencias. Sin duda, estas preguntas nos ayudan a buscar la guía de Dios en nuestro camino y a confiar en que Él nos brinda paz y dirección en cada situación. Nunca dudemos que Dios no improvisa; Él siempre tiene un plan.
Por mi propia experiencia, les puedo decir que el Señor, al saber dónde seremos más útiles en Su reino, también sabe dónde ubicarnos, aunque sus planes no siempre sean comprendidos cabalmente.
Hoy quiero ejemplificarte esta verdad con una historia que encuentro en la Biblia.
I. Dios nunca nos llevará a lugares de incompetencia
El libro de Ester, en el Antiguo Testamento, abarca el período entre el primer retorno de judíos guiados por el príncipe Zorobabel y el segundo retorno dirigido por el sacerdote Esdras.
Este libro relata la historia de cómo los judíos que quedaron en el imperio medo-persa durante el reinado del rey Asuero (Jerjes) fueron librados providencialmente de ser exterminados por medio de un plan ideado por Amán, uno de los principales líderes del reino y enemigo de los judíos.
Ante la amenaza de muerte del remanente judío, Mardoqueo que era primo de la reina Ester y quien la había adoptado como hija, “le envió una copia del decreto emitido en Susa, que ordenaba la muerte de todos los judíos. Y le exhorta a presentarse ante el rey para suplicarle compasión e intercediera a favor de su pueblo.” (Ester 4:8 NTV).
Pero Ester, que conoce el peligro que corre si se presenta ante el rey sin ser llamada, le responde a Mardoqueo: “cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a él: ha de morir; …y yo no he sido llamada para ver al rey estos treinta días.” (Ester 4:11). En otras palabras: Si hago lo que me pides, moriré.
Mardoqueo le respondió a Ester que de todas maneras moriría. Ni su título de reina ni su estancia en la casa del rey la librarían de la muerte cuando se descubriera que ella era judía (Ester 4:13). Y con una fe inquebrantable le envía a decir a Ester: “Si callas en un tiempo como este, Dios salvará a los judíos de alguna otra manera. Pero tú y tu familia morirán. ¿Y quién sabe si no es para esta ahora que has llegado a ser reina?” (Ester 4:14 LBD-Paráfrasis).
En un tiempo de angustia ante el exterminio de los judíos, Ester no podía callar, porque perdería la gran oportunidad y el privilegio de servir a Dios salvando a su nación. Aunque revelar su identidad implicaba el riesgo de muerte, ella debía intervenir a favor de los judíos; de lo contrario, ella y su familia perecerían, mientras que el resto de los judíos se salvarían de alguna otra manera, porque Dios buscaría otra vía de salvación
Cada vez que se nos presente la oportunidad de servir a Dios y a nuestra generación, no la podemos dejar escapar, ¡aprovechémosla! [1] Si no la hacemos, el Señor buscará a otro o encontrará otra manera de hacerlo.
Nunca olvidemos que, aunque somos instrumentos en las manos de Dios, su plan no depende únicamente de nosotros; Dios puede traer liberación y salvación de muchas formas. Somos necesarios, pero no imprescindibles.
Mardoqueo con su pregunta: ¿Y quién sabe si no es para esta ahora que has llegado a ser reina?, invita a Ester a reflexionar sobre el propósito divino detrás de su posición como reina.
Por alguna razón, ella, siendo judía, había llegado a ser reina del imperio medo-persa. Su llegada al reino no era solo por su belleza, sino porque tenía una asignación que cumplir bajo la providencia de Dios. Su lugar en el reino medo-persa no era pura coincidencia, sino parte del plan de Dios. Esta era su gran oportunidad de intervenir con valentía y salvar a su pueblo en ese momento tan crucial de vida o muerte.
Qué importante es buscar y descubrir el objetivo y propósito por el que Dios nos ha puesto en el lugar que ocupamos. Esto nos ayuda a conectarnos con los planes y propósitos de Dios, en lugar de enfocarnos en nuestras ambiciones personales, reconociendo que Dios es el centro de todo y que Su voluntad debe ser lo más importante para nuestras vidas.
Hoy vivimos en América un momento crucial y único en la historia de este país. Dios no tenía previsto en su agenda para este tiempo ni a Pablo, ni a Martín Lutero, ni a Juan Wesley, ni a los padres del pentecostalismo para que predicaran su Palabra ahora. A quien tenía en su agenda para este tiempo era a ti y a mí. Ahora nos toca a nosotros hacer historia.
Cuando Dios llamó a Moisés desde la zarza ardiente, le recuerda la continuidad de sus propósitos a través de las generaciones, cuando le dice: “Yo soy el Dios de tus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.” (Éxodo 3:6, 15; cf. Lucas 20:37; Hechos 7:32).
Los que nos antecedieron cumplieron su asignación; nosotros también debemos cumplir con la nuestra, y los que nos seguirán también lo harán. Dios siempre se provee de un remanente fiel. Nunca nos llevará a lugares de incompetencia. Con su guía y dirección siempre podremos enfrentar cualquier desafío.
La Gran Comisión de Cristo es su asignación permanente a todas las iglesias de todos los tiempos: “Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo.” (Marcos 16:15 TLA). Aunque parezca difícil, no es imposible. Dios nunca nos encargaría algo que no pudiéramos hacer.
El consejo del apóstol Pedro es preciso: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pedro 2:9).
Aunque parezca una locura en estos tiempos de tanta tecnología y avance científico, la predicación y enseñanza de la Biblia sigue siendo pertinente para esta nueva generación. “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1Corintios 1:18).
No son las redes sociales ni la tecnología las que forman una generación intencional y con propósito, sino un encuentro transformador con el Cristo resucitado.
La enseñanza pura de la Biblia proporciona principios y valores que han perdurado a lo largo de los años, ofreciendo un fundamento sólido en tiempos de incertidumbre.
Junto a la predicación del evangelio, la iglesia tiene la asignación divina de denunciar el pecado, la injusticia social, la corrupción moral, la apostasía y las falsas doctrinas. La iglesia no está en el mundo para entretener y jugar a la religión. Es la herramienta más poderosa con la que cuenta Dios para disipar las tinieblas y proclamar el evangelio de Cristo. Es portadora de un mensaje de esperanza para los pecadores.
II. Dios siempre tiene un plan
Ante la confrontación de Mardoqueo, la reina Ester convocó a todos los judíos de Susa a ayunar, y también ella y sus doncellas ayunarían tres días y tres noches. Ester buscó el apoyo de su pueblo para enfrentar aquel peligro de muerte. En tiempos difíciles, la unidad es importante. No es momento de aislarse ni dividirse, sino de sumar y multiplicar. Cuando primero obtenemos el favor de Dios en oración, podemos esperar obtener el favor de quiénes sea necesario.
La historia registra que Ester determinó arriesgar su vida, a fin de salvar a su pueblo. Y resueltamente dijo: “entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca.” (Ester 4:16).
Y cuando Ester decidió entrar a la presencia del rey Asuero sin ser llamada, el rey no solo le extendió el cetro para recibirla, sino que también asistió a las dos fiestas que ella preparó estratégicamente para desenmascarar a Amán, enemigo de los judíos. Finalmente, la apoyó para que el pueblo judío se defendiera de sus enemigos que deseaban darle muerte.
La decisión de Ester de correr el riesgo de muerte de revelar su identidad judía es una excelente lección para los cristianos de este tiempo (Ester 7:3-4; 8:1-14). Los cristianos debemos declarar nuestra nueva identidad en Cristo. Somos ciudadanos del cielo y el mundo entero tiene que saberlo (Filipenses 3:20). No podemos avergonzarnos de Cristo ni del evangelio (Romanos 1:16).
Así como Dios ubicó en un lugar estratégico a Ester para intervenir y salvar al pueblo judío de la muerte, también los tres jóvenes hebreos fueron ubicados en puestos administrativos en el imperio babilónico.
El profeta Daniel ocupó altos cargos en los imperios babilónico y medo-persa.
El príncipe judío Zorobabel fue nombrado gobernador de la colonia de judíos que se establecieron en Jerusalén por el emperador Ciro.
El sacerdote Esdras llegó a ser funcionario del rey persa Artajerjes como escriba de la corte y guio la segunda oleada de judíos exiliados a Jerusalén.
Nehemías fue copero del rey persa Artajerjes y fue autorizado por el rey a reconstruir los muros de Jerusalén.
Estas historias me llevan a pensar que Dios nunca nos moverá a lugares de incompetencia. Él sabe dónde ubicarnos para que seamos más efectivos en su reino.
Según datos de internet, hasta 2023 se estimaba que había más 65 millones de personas de origen hispano en Estados Unidos, lo que representa más del 19% de la población total. Esto convierte a los hispanos en la minoría étnica más grande del país.
Nadie discute que los hispanos han contribuido significativamente a la cultura estadounidense en muchos ámbitos, como la música, la danza, la cocina y el arte.
No dudo que la iglesia hispana, con su rica herencia cultural y tradiciones de fe, haya enriquecido la vida espiritual de muchas personas en Estados Unidos. Sin embargo, es importante evaluar nuestras estrategias para asegurarnos de llegar a las nuevas generaciones con el evangelio de Jesucristo y responder a las necesidades cambiantes de la sociedad.
Conclusiones
En tiempos de exilio y adversidad, Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-nego, Zorobabel, Ester, Nehemías y Esdras brillaron con valentía y fe, sin avergonzarse de su Dios. No comprometieron ni su fe ni sus principios, a pesar de los peligros de muerte a los que fueron expuestos.
Su ejemplo nos inspira a mantenernos firmes en nuestra fe y a cumplir con el propósito para el cual Dios nos transportó a esta tierra de libertad y prosperidad económica que es América.
Como iglesia de Jesucristo, no estamos llamados a paralizarnos ni por el miedo ni la incertidumbre, sino a actuar con determinación y fe, como lo hizo la reina Ester.
Tenemos la firme promesa de nuestro Señor Jesucristo de “estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo”. (Mateo 28:20).
Pensamiento Final: “La vida no puede detenerse durante los momentos difíciles. Debemos hacer lo que esté a nuestro alcance en vez de rendirnos a causa del temor y la incertidumbre.”
LLAMADO A SALVACIÓN
LLAMADO A UN MAYOR COMPROMISO COMO IGLESIA HISPANA EN AMÉRICA
[1] Henry, M., & Lacueva, F. (1999). Comentario Bíblico de Matthew Henry (p. 497). 08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.