Cómo Ganar la Batalla Espiritual | Predicas Cristianas
Tema: ¿Estás Librando una Batalla Espiritual? Descubre Cómo Vencer con la Verdad de Cristo
La Batalla por la Mente: La Verdad de Cristo Contra la Mentira del Demonio
Introducción
En la mente se produce la batalla espiritual entre la mentira del demonio y la verdad de Cristo. Por eso, debemos mantener una mente sana y llena de la verdad, donde todos los pensamientos estén ocupados por el Señor y la extensión de su obra de amor.
Leamos la Palabra de Dios en 1 Juan 4:1-6:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo…”
Hoy en día, es común hallar personas que parecen deambular como si fueran zombis, gesticulando, riendo o hablando solas. A simple vista, podrían parecer enajenados mentales, personas fuera de su sano juicio o bajo los efectos de las drogas o el alcohol.
Desde una perspectiva cristiana y con discernimiento del Espíritu Santo, podemos afirmar que estas personas están librando una intensa batalla espiritual en su mente. Las voces, gritos y ruidos que escuchan son tan reales para ellos que reaccionan como si estuvieran en medio de una conversación o discusión.
I. La Mente Como Campo de Batalla Espiritual
Sabemos que el mundo está bajo el poder del maligno (1 Juan 5:19), y muchos cristianos han experimentado la sensación de escuchar voces en su mente, como si alguien les hablara. Ante esta situación, surge la pregunta: ¿Es un problema físico o espiritual?
Como hijos de Dios, sabemos que no hay medicamento capaz de sanar completamente la mente. Si lo comparamos con una computadora, sería como intentar solucionar un problema de software reparando el hardware. No podemos sanar la mente si lo que tratamos es únicamente el cuerpo.
Cuando una persona está en medio de una batalla espiritual por el control de su mente, la ansiedad comienza a apoderarse de ella. Lo que inicia como un simple desgano puede terminar en una profunda depresión. La sanidad mental comienza cuando comprendemos nuestro lugar de privilegio como hijos de Dios y mantenemos una visión bíblica equilibrada, que reconoce la realidad del mundo espiritual.
Jesús nos asegura que no debemos temer a la muerte, porque Él ha ido a prepararnos morada:
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; y si así no fuera, yo os lo habría dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros” (Juan 14:2).
Con esta promesa, la paz de Dios debe guardar nuestro corazón y nuestra mente sana de manera permanente. Sin embargo, muchas personas tienen un concepto distorsionado de Dios, de su obra de amor y de sí mismos. Mantener una mente sana es posible cuando dejamos que la verdad de Cristo renueve nuestro entendimiento.
II. La Verdad de Cristo Que Libera la Mente
La Palabra de Dios nos presenta una realidad más completa que la que percibimos con nuestros sentidos. Como hijos de Dios, debemos observar desde una perspectiva espiritual:
“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18).
Dios es la verdad eterna, y solo viviendo en comunión con Él podemos experimentar la verdadera vida. Todo lo que se opone a Dios es una mentira del enemigo para mantenernos en esclavitud. El hombre natural, aquel que no ha recibido a Cristo, está espiritualmente muerto y separado de Dios por el pecado. Su mente ha sido programada por el mundo y está llena de engaños, lo que le impide comprender las cosas de Dios:
“El hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
La vida eterna consiste en conocer al Dios verdadero y a Jesucristo, a quien Él ha enviado:
“Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).
Cuando conocemos a Jesús, conocemos la verdad de Cristo que nos hace libres:
“Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).
Sin embargo, conocer la verdad no es suficiente; debemos practicarla. La verdad produce frutos cuando se inserta en nuestro corazón, transformando nuestra mente y nuestras emociones. Como cristianos, tenemos la verdad de Cristo y la vida dentro de nosotros, lo que nos permite recuperar lo que el enemigo nos había arrebatado. Al dejar que el Espíritu Santo guíe nuestra vida, sanamos nuestra mente sana y equilibramos nuestras emociones.
III. El Arrepentimiento y la Renovación de la Mente
Para sanar nuestra mente, necesitamos renovarla. El primer paso es el arrepentimiento y la fe en el evangelio:
“El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15).
Muchos médicos proponen terapias para sanar la mente, y existe la frase popular “mente sana en cuerpo sano”, que sugiere que la salud mental depende del bienestar físico. Pero como cristianos, sabemos que para tener un cuerpo sano debemos primero tener una mente sana, y esto solo es posible mediante el arrepentimiento.
El arrepentimiento implica un cambio profundo y significativo que afecta toda la vida de una persona. La transformación genuina se refleja en las acciones y el testimonio de quien ha sido renovado. Aquellos que siempre encuentran excusas para no asistir a las reuniones o para no servir en la obra de Dios aún están atrapados en las mentiras del enemigo.
Satanás es el padre de la mentira y el autor de la muerte, pero nosotros creemos en Jesús, que es la verdad de Cristo y el autor de la vida. Él nos ha dado libertad y vida en abundancia, y debemos proclamarlo para que el enemigo entienda que ha sido derrotado y ya no tiene poder sobre nosotros.
Cuando la mente está enferma, la enfermedad brota en el corazón, cuyo mayor mal es ser engañoso:
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9).
La batalla espiritual se libra en el pensamiento, lo que genera dificultades para leer la Palabra de Dios, asistir a las reuniones o servir en la obra del Señor. Pero la victoria está asegurada si hay un arrepentimiento genuino y total.
Esta batalla no es física, sino espiritual:
“No tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Conclusión
Nuestra defensa comienza al fijar la mirada en Cristo, quien es la verdad de Cristo. No podemos vencer al demonio de la mentira con razonamientos humanos o investigaciones científicas, sino únicamente mediante la revelación de Dios. La Palabra de Dios es el arma más poderosa en esta batalla espiritual:
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12).
En la Palabra de Dios encontramos las verdades esenciales que nos permiten mantener una mente sana y vivir en santidad. La santificación depende de creer la verdad de Cristo, apoyarnos en la obra que Él ha realizado en nuestras vidas y vivir conforme a la verdad que es Cristo.
Oremos para aprender a mantenernos firmes en la verdad de Cristo, de manera que nuestra mente sana sea testimonio de su poder, y podamos vivir, caminar y crecer en la vida que Él nos ha dado.
© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.
Aleluya aleluya aleluya pastor Coria no nos cansamos de agradecer a Dios por usted un hombre tan poderoso que es usted en la Palabra de Dios un hombre que el Señor Dios santo nos ha levantado a todos los que creemos en Él para guiarnos, que poderosa está predica de la batalla espiritual aleluya