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¿Qué pasa después de la muerte?

Estudios Bíblicos

Prédica de Hoy: ¿Qué pasa después de la muerte?

Estudios Bíblicos Lectura Bíblica de Hoy: “…Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza…” 1 Tesalonicenses 4:13

Introducción

Este estudio bíblico nace con el propósito de refutar las ideas que andan propagando la muerte total del ser. Si usted cree sinceramente que después de morir estará inconsciente, totalmente muerto, déjeme decirle que está equivocado.

La Biblia enseña otra cosa, y es precisamente a esa otra cosa a donde le quiero llevar. Algunas sectas, como los testigos de Jehová, por ejemplo, afirman categóricamente la muerte total y entera del individuo, y para ello se basan en algunos pasajes de la Biblia los cuales vamos a explicar.

En cuestiones de antropología bíblica, el ser está compuesto de cuerpo, alma y espíritu. Según la posición de algunas personas, el individuo no posee un alma, sino que es un alma. Es decir, que cuando muere no tiene nada inmortal que continúe viviendo.

Aparentemente en la iglesia de Tesalónica se hacían esta misma pregunta, y el apóstol Pablo comienza a enseñarles lo que ocurre con las personas después que mueren.

Lo que ocurre después de la muerte

El apóstol escribe: “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor.” (Filipenses 1:21-23).

Esto es de vital importancia. Si analizamos el texto nos sorprenderemos en grado sumo. Pablo está diciendo simplemente que si muere es mejor que vivir, y no sólo eso. Sino que, si el vivir es Cristo, entonces la muerte es ganancia. O sea, es un incremento. Y no obstante, hay una frase que resuena fuertemente: “teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor“.

Cualquiera pudiera decir aquí que Pablo sólo quiere morir para ir más rápido a esperar la resurrección. Pues para muchos la muerte es un lugar de espera inconsciente. Pero el apóstol no sugiere eso por ninguna parte. Es indiscutible el afán del apóstol para morir porque sabía que estaría con Cristo.

Si nos percatamos, Pablo dice que morir sería mejor. Si fuera verdad lo que dicen algunas sectas, de que al morir iremos a un lugar de descanso donde estaremos inconscientes a la espera de ser resucitados, ¿eso sería mejor que vivir? ¿Sería eso mejor para Pablo que estar vivo predicando el evangelio? Obviamente no.

Lo que enseñan las sectas acerca de después de la muerte

Algo que no pueden obviar las sectas es la palabra usada por Pablo para referirse a su partida. En el griego, hay varias palabras que se usan para partir, pero la que usa el apóstol es muy significativa. Pablo no se está refiriendo simplemente a partir desde un sitio a otro; el apóstol no sólo habla de trasladarse.

La palabra usada por Pablo es “analuo”, (ana = arriba, u otra vez; luo = soltar, liberar, desatar.).Vine nos dice acerca de este término, que ” significa partir, en el sentido de partir de la vida, metáfora sacada del hecho de largar las amarras en preparación para zarpar, o, según algunos, de levantar un campamento, o de sacar el yugo de unos animales.”

En conclusión, esta palabra sugiere quitar las amarras de un sitio para instalarse con las mismas en otro. Un comentario acerca de esto, es que la palabra describe el acto de quitar las estacas de una tienda para colocarla en otro sitio. Además de que significa morir, sugiere continuar en un lugar la misma actividad que se llevaba en otro sitio.

El apóstol habla de dos cosas: 1) quedarse en la tierra, y 2) “partir para estar con Cristo lo cual es muchísimo mejor.” Ya vimos que la palabra usada por el apóstol significa quitar algo para ir a otro sitio, y tiene la particularidad de que es un término o bien náutico, o bien militar. Significa primordialmente “irse rápido para acampar en otro sitio”.

Después de la muerte partir para estar con Cristo

Ahora bien, ¿no notas que el apóstol dice “partir para estar con Cristo”? Pablo no dice que morirá, sino “partir”. El hecho de partir quiere decir estar en otro sitio. Y añade: “para estar con Cristo”. Pablo obviamente no dice que partirá para estar dormido, ni que partirá para descansar inconscientemente hasta que se le resucite. Pablo dice que partirá para estar con Cristo, “lo cual es muchísimo mejor”.

Ahora bien, esta última parte del texto habla mucho. Si Pablo estuviera diciendo aquí que iría a dormir inconscientemente luego de su muerte, ¿sería eso muchísimo mejor que estar aquí en la tierra salvando a las personas con el evangelio de Jesucristo y encargándose de la labor de apóstol que tenía? Por supuesto que no! Pablo sabía que lo único por lo cuál él dejaría su ministerio aquí en la tierra era por el estar con Cristo, porque eso era lo único mejor para él!

Después de la muerte versículos bíblicos

Para comprender el valor de este pasaje, aquí está lo que dicen varias traducciones acerca del mismo:

Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor…” (Nueva Versión Internacional)

Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor…” (Reina Valera 1960)

Me es difícil decidirme por una de las dos cosas: por un lado, quisiera morir para ir a estar con Cristo, pues eso sería mucho mejor para mí…” (Versión Dios habla hoy)

En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta mucho trabajo elegir. Si sigo viviendo, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme con Jesucristo, lo cual prefiero mil veces.” (La Biblia en lenguaje sencillo)

pues de ambos lados me siento apremiado, teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor…” (La Biblia de las Américas)

Unas veces quisiera vivir, y otras veces no, pues mi verdadero anhelo es irme para estar con Cristo, lo cual es mucho mejor que quedarme aquí…” (Versión Castillan)

Después de la muerte – Comentario de Eugenio Danyans

Como nota adicional y extraordinariamente reveladora, debo adjuntar aquí el comentario de Eugenio Danyans al respecto. El conocido teólogo escribió:

“La palabras del original griego son bien enfáticas: “Sunexomai de ek ton duo, tin episumian ekon eis to analusai kai sun Xristo einai pol-lo yap mal-lon kreisson.” Literalmente: “Estoy apretado de dos partes, teniendo el deseo de ser soltado y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor.”

Danyans aclara aún más el sentido, y amplifica nuestra comprensión del pasaje cuando argumenta:

“Nótese que la frase “to analusai kai sun Xristo einai” lleva un sólo artículo, “to”, para los dos verbos, lo cual indica que los dos efectos (ser soltado y estar con Cristo) guardan una mutua relación cronológica: el apóstol desea soltar las amarras del cuerpo mortal, como condición para gozar inmediatamente de la presencia del Señor”.

Después de la muerte – Lo que dice 2 Corintios 5:8

La carta que Pablo escribió a los corintios nos ofrece otra pista. Quizás habrás oído la frase «estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor». Pablo fue quien lo dijo: «Más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor» (2 Corintios 5:8).

Max Lucado ofrece un comentario sobre este texto: “En la Segunda Venida de Cristo nuestros cuerpos resucitarán. Pero obviamente en este versículo Pablo no está hablando de eso. De otra manera no habría usado la frase “ausentes del cuerpo”. Pablo está describiendo una fase después de nuestra muerte y antes de la resurrección de nuestros cuerpos. Durante este tiempo estaremos “presentes al Señor”.

La palabra usada por Pablo para referirse a la ausencia del cuerpo, es “endemeo”, que significa: “uno que está en su propio lugar o tierra”. Pablo se está refiriendo con esta palabra cuando dice “estar con el Señor”, a estar en la casa, estar donde debemos estar, estar en nuestra morada, en el lugar indicado, o nuestra propia tierra a donde pertenecemos. Vine nos ofrece un comentario exquisito: “La implicación de estar «en el hogar con el Señor» después de la muerte constituye un testimonio en contra de la doctrina de la inconsciencia del espíritu, cuando queda desligado del cuerpo natural.”

Después de la muerte – ¿Sabe lo que dice Apocalipsis 6:9?

En Apocalipsis 6 hay una frase que testifica duramente contra los que creen en la inconsciencia del alma. En la Biblia se habla muchas veces de las personas que mueren, y se dice que mientras están muertos están durmiendo, pero a diferencia de esto, en algunos pasajes los muertos hacen de todo menos dormir, ¿por qué?

Apocalipsis 6:9-11 dice: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.”

¿Qué quiere decir esto? En la Biblia del diario vivir, una edición de estudio, se nos da el siguiente comentario: “El altar representa el altar del sacrificio en el templo donde se ofrecían los animales para expiar nuestros pecados.

En lugar de la sangre de los animales al pie del altar, Juan vio las almas de los mártires que habían muerto por predicar el evangelio. A estos mártires se les había dicho que muchos más perderían la vida por su fe en Cristo (6.11).

Al tener que afrontar la guerra, el hambruna, la persecución y la muerte, los cristianos serán llamados a permanecer firmes por lo que creen. Solamente los que permanezcan firmes hasta el fin serán premiados por Dios.”

Es evidente que los muertos que aparecen allí están vivos, están conscientes, y pueden hablar con Dios. Si nos vamos al griego, nuestro entendimiento de estas cosas será mayor.

La palabra usada aquí por Juan y se traduce por “muertos” (“los que habían sido muertos”) es “sfazzo”, y es un término que significa “degollar”, “inmolar”, y especialmente es la que se usa para las víctimas que eran inmoladas en el sacrificio. Juan nos dice que ve bajo del altar las almas de los que habían sido inmolados por el testimonio y la Palabra de Dios.

Adentrándonos un poco más en el griego, hay otra palabra digna de citar, y es el griego “biotikos”, un término que se traduce como “vida”, “las cosas de la vida”, “en esta vida”, etc. La preposición “bios” significa “perteneciente a la vida”.

También está la palabra que se traduce por “descasar” (“y se les dijo que descansasen todavía un pocoApocalipsis 6:11). Esta palabra es el griego “anapauo”, que significa una interrupción del trabajo, dar reposo, dar descanso, etc, pero no sugiere dejar de existir.

Se usa en Lucas 12:19 con el rico insensato, cuando decide dejar de trabajar para disfrutar de sus bienes. Se usa también en Mateo 26:45, en Marcos 6:31 durante la alimentación de los cinco mil, en 1 Pedro 4:14 traduciéndose por “reposo”, donde Pedro dice: “porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros“; además de estar presente en Apocalipsis 14:13, cuando se nos dice que los creyentes “descansarán de sus obras”, entendiéndose por obras a la misma palabra que usa Santiago en su epístola, la obra ejercida por la fe para salvación, dando a entender que los creyentes que mueren en ese tiempo específico ya no necesitarán estar haciendo obras de fe y descansarán de ello.

Como hemos visto, todo el pasaje testifica de la consciencia de los muertos del Apocalipsis. Y tomé la decisión de detallar bien el contenido del pasaje, a fin de cerrar la boca a los que dicen que este pasaje es simbólico. Si alguien dice algo así, entonces toda la Biblia es simbólica también.

Mateo 17:3

En el evangelio de Mateo se nos cuenta sobre la transfiguración de Jesús. Lucas aporta unos detalles que no aporta Mateo y esto lo dejo a su consideración a fin de que investigue por su cuenta. El pasaje muestra a Jesús hablando con Elías y Moisés, dos personas que habían muerto hacía siglos, pero que estaban vivas hablando con el propio Jesucristo.

¿Cómo es posible que estas personas estén vivas, conscientes, hablando con Jesús en un tiempo totalmente diferente al de sus épocas? ¿No dicen algunos que los muertos nada sabes, que no pueden hablar, respirar, etc. porque están completamente dormidos e inconscientes? No.

Está de más que busquemos en el griego, pues el pasaje es más que evidente. Para colmo, la Biblia nos dice algo respecto a la vida de estos hombres que nos hace pensar aún más en lo que estamos hablando: Moisés murió y sigue vivo según el relato de la transfiguración, mientras Elías no murió nunca, e igual sigue vivo, o sea, están juntos! Dicho de otro modo: tanto los que mueren como los que Dios ha arrebatado en vida están juntos, vivos y conscientes! El mismo Jesús dijo que Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para el Señor nadie muere del todo.

Hebreos 12:1

En Hebreos 12 se nos habla de una nube de testigos que están en derredor nuestro. ¿Qué quiere decir eso? Esta gran nube de testigos está formada por la lista de personas mencionadas en el capítulo 11 del libro. Lo interesante de esto es lo que dice el apóstol: “teniendo en derredor nuestro”. La palabra usada aquí es “prokeimai”, y se traduce por “que tenemos por delante”.

Este término significa literalmente “yacer delante”. Imagine usted, amigo lector, lo que significa esto: que si tenemos a nuestro alrededor a estas personas entonces debemos despojarnos del pecado que nos asedia. Dicho de otra manera, estas personas no están muertas! Y eso es compatible con las enseñanzas de Jesucristo de que Dios no es Dios de muertos sino de vivos, ¿porqué? Porque para Dios nadie muere!

Después de la muerte – El testimonio de Pedro

El apóstol Pedro también creía claramente que, después de su muerte, estaría cara a cara con Su Creador. El testimonio de Pedro es comúnmente pasado por alto, pero es muy revelador. El apóstol está consciente de que la hora de su muerte está cerca, y escribe en su segunda epístola:

sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.” (2 Pedro 1:14-15).

Un análisis del griego, en este versículo, revela tremendas verdades y nos aclara cuán profunda es la inspiración del Espíritu Santo es las Escrituras. Pedro escribe: “sabiendo que en breve he de abandonar el cuerpo” (literalmente: “sabiendo que viene rápidamente el levantamiento de mi tienda de campaña”); “procuraré que después de mi partida” (griego: “meta ten emen exodon”); “podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.”

¿Qué quiere decir todo esto? Pedro sabía que moriría pronto, y finalmente fue martirizado alrededor del año 68 d.C. La palabra que Pedro utiliza aquí es “exodon”, y se traduce por partida. Vine nos cuenta que este término significa “un camino de salida”, y es una palabra que nunca expresa la idea de dejar de existir o morir, sino que indica traslado a otro lugar, pasar por una vía. Y es interesante el hecho de que los israelitas que cruzaron el mar rojo no quedaron inconscientes después de cruzarlo, sino que estaban vivos después de haber cruzado. Salir, no significa dejar de existir, sino trasladarse a otro lugar.

El Diccionario Ilustrado de la Biblia dice acerca de la muerte:

Un completo diccionario bíblico no deja de recalcarnos estas verdades. No pude extraer fragmentos resumidos del artículo por considerarlo, en su contexto, muy valioso como para cortar, de modo que presento aquí la información casi en su totalidad:

La muerte humana no implica dejar de existir; más bien consiste básicamente en una separación. La muerte física es la separación entre lo físico y lo inmaterial, o sea, entre el Cuerpo y el Alma. La muerte espiritual es la separación del ser humano de su Dios.

La muerte física fue resultado del pecado original, pero Adán no perdió la vida el día que comió del fruto prohibido, sino vivió 930 años (Génesis 5:5). Su muerte consistió en dejar de ser inmortal: comenzó a envejecer desde aquel momento y la muerte le fue inevitable. Se supone que si no hubiera desobedecido a Dios, hubiera sido inmortal, tanto física como espiritualmente.

Normalmente la muerte física sigue siendo inevitable para todo ser humano. Sin embargo, ha habido y habrá excepciones. Enoc (Hebreos 11:5) y Elías (2 Reyes 2:1–11) fueron trasladados al cielo sin sufrir la muerte física, y en los últimos días cuando el Señor arrebate a su Iglesia, todos los creyentes que aún vivan en aquel día serán trasladados directamente al cielo (1 Tesalonicenses 4:13–18 Segunda Venida). Por eso Pablo dice: «No todos dormiremos; pero todos seremos transformados» (1 Corintios 15:51). Esto es motivo de gran esperanza y consolación para el pueblo de Dios (1 Tesalonicenses 4:18).

La doctrina de la Resurrección del cuerpo nos indica que la separación del cuerpo y el alma no se considera como un estado permanente. A su debido tiempo los cuerpos tanto de los creyentes como de los inconversos serán resucitados y unidos nuevamente con sus almas (Juan 5:28-29).

El mismo diccionario nos cita en otra página:

La muerte humana no implica dejar de existir; más bien consiste básicamente en una separación. La muerte física es la separación entre lo físico y lo inmaterial, o sea, entre el Cuerpo y el Alma. La muerte espiritual es la separación del ser humano de su Dios.

La muerte física fue resultado del pecado original, pero Adán no perdió la vida el día que comió del fruto prohibido, sino vivió 930 años (Génesis 5:5). Su muerte consistió en dejar de ser inmortal: comenzó a envejecer desde aquel momento y la muerte le fue inevitable. Se supone que si no hubiera desobedecido a Dios, hubiera sido inmortal, tanto física como espiritualmente.

Normalmente la muerte física sigue siendo inevitable para todo ser humano. Sin embargo, ha habido y habrá excepciones. Enoc (Hebreos 11:5) y Elías (2 Reyes 2:1–11) fueron trasladados al cielo sin sufrir la muerte física, y en los últimos días cuando el Señor arrebate a su Iglesia, todos los creyentes que aún vivan en aquel día serán trasladados directamente al cielo (1 Tesalonicenses 4:13–18 Segunda Venida). Por eso Pablo dice: «No todos dormiremos; pero todos seremos transformados» (1 Corintios 15:51). Esto es motivo de gran esperanza y consolación para el pueblo de Dios (1 Tesalonicenses 4:18).

La doctrina de la Resurrección del cuerpo nos indica que la separación del cuerpo y el alma no se considera como un estado permanente. A su debido tiempo los cuerpos tanto de los creyentes como de los inconversos serán resucitados y unidos nuevamente con sus almas (Juan 5:28-29).

Después de la muerte – El Testimonio de la Iglesia primitiva

Por último tenemos el testimonio de la iglesia primitiva. Los cristianos que resultaron de la predicación de los apóstoles y en su defecto de cristianos inmediatos a éstos, creían que los muertos estarían conscientes y en el gozo del cielo inmediatamente después de la muerte.

Para comprobarlo, basta con leer el testimonio de alguno de éstos es momentos antes de su muerte.

A Justino Mártir, luego de que el Prefecto le amenazara de muerte, le preguntó:

“¿Suponéis que si fuerais azotados y vuestras cabezas cortadas subiríais al cielo para ser recompensados?” El testimonio de Justino quedó grabado para la inmortalidad: “No lo supongo, lo sé y estoy plenamente convencido de ello…”. El relato continua diciendo: “…y efectivamente; los prisioneros murieron glorificando a Dios. Sus cuerpos fueron recogidos secretamente y sepultados con honor”. Eso ocurrió en el año 165 de nuestra era. [1][ii]

Pero también tenemos el caso de Policarpo, quien afirmó de manera categórica:

“…te bendigo por haberte dignado conducirme hasta este día y hasta esta hora para que tome parte e el consorcio de los mártires y en el cáliz de tu Cristo, en la resurrección de la vida eterna, tanto del alma, como del cuerpo, en la incorrupción del Espíritu Santo entre los cuales te ruego sea yo recibido hoy en tu presencia como sacrificio agradable y acepto, del modo que tu Dios sea veraz, la has preparado, cumpliendo las cosas que mostraste de antemano. Por lo cual, por todas las cosas te alabo, te bendigo y te glorifico, por medio del Pontífice sempiterno Jesucristo, tu Hijo Unigénito por el cual, juntamente con el Espíritu Santo, te sea dada gloria ahora y por los siglos de los siglos. Así sea.”

Luego, el relato nos dice que apenas se escuchó el “amén” de Policarpo, el encargado de prender el fuego comenzó su trabajo para martirizar a varios siervos de Dios de aquellos años. Pero éstos habían sabido que Su redentor les había dicho que no temieran a los que matan al cuerpo, porque al alma no la podían matar. Dios bendito, gracias por la divina esperanza que nos das en Cristo Jesús, nuestro Salvador, Amén!

Así que debemos estar conscientes que la idea que el Señor nos ha dado a través de Su Palabra es que Él no es Dios de muertos, sino de vivos, que para Dios nadie muere definitivamente (como lo expresa, categóricamente, la ley de la termodinámica), y que inevitablemente resuena la voz del Dios a través del apóstol: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza” (1 Tesalonicenses 4:13). Dios le bendiga.

¿Qué debe decir la Promesa en Lucas 23:46?

Un texto muy usado para referirse a la vida inmediata después de la muerte es la promesa contenida en Lucas 23:46. En este pasaje se nos narra que mientras el Señor Jesús estaba siendo crucificado junto a dos ladrones, uno de ellos le pidió, en un valeroso e intrépido salto de fe, que se acordara de él cuando viniera en su Reino. La respuesta del Señor no se hizo esperar de la manera más solemne, diciéndole: “Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”

Mucho se ha dicho acerca de esta promesa. Pero hay quienes no la creen tal y como nos ha sido legado este texto a través de generaciones. Los testigos de Jehová, por ejemplo, han modificado este texto para hacerlo coincidir con sus doctrinas, y algunos grupos sectarios, aunque no modifican directamente sus escrituras, lo interpretan y enseñan tal y como lo dice la Biblia de los testigos de Jehová, que ha vertido el pasaje de la siguiente manera: “Y él le dijo: Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso”.

La razón que admiten los que traducen o están de acuerdo con esta traducción, es que en el griego de la Biblia no existían los signos de puntuación, y que la coma debe ser rodada para que el texto diga que simplemente el hoy no se refiere al cumplimiento de la promesa, sino al momento en que fue dicha la promesa. ¿Debemos tomar esto así? ¿Qué dicen los conocedores del griego bíblico?

No hay duda acerca de que el diccionario de Vine es una referencia obligada en cuanto al conocimiento del griego bíblico, y que puede explicarnos substancialmente la realidad sobre este asunto. Cuando consultamos acerca del término “Hoy”, Vine nos dice:

“La cláusula que contiene semeron se introduce en ocasiones con la conjunción joti: «que» (p.ej., Marcos 14:30; Lucas 4:21; 19:9); algunas veces sin la conjunción (p.ej., Lucas 22:34; 23:43, donde «hoy» tiene que ser relacionado con «estarás conmigo»); no hay razón gramatical alguna para la insistencia de que deba ser conectado con la afirmación «de cierto te digo», ni tampoco esta idea está demandada por ejemplos ni de la lxx ni del NT; la estructura de la oración dada en la Versión Reina-Valera es la correcta.”[iv]

Por si fuera poco, este mismo autor nos presenta otro comentario de igual valía acerca de lo tratado, pues cuando consultamos el concepto del término “Paraíso”, Vine lo define, e inmediatamente pasa a relacionarlo con nuestro texto de estudio, y explica:

En Lucas 23:43, la promesa del Señor al ladrón arrepentido se cumplió en el mismo día; Cristo, en su muerte, habiendo encomendado su espíritu al Padre, fue de inmediato en espíritu al cielo mismo, la morada de Dios (la mención del Señor de aquel lugar como paraíso debe haber sido un gran aliento para el malhechor; para la mente oriental expresaba la suma total de bendición).

Allá fue que el apóstol Pablo fue arrebatado (2 Corintios 12:4), y le da el nombre de «el tercer cielo» (el vers. 3 no introduce una visión diferente), más allá de los cielos de la creación natural; véase Hebreos 4:14, con referencia a la ascensión. Esta misma región es mencionada en Apocalipsis 2:7, donde el «árbol de vida», el antitipo figurativo del que estuvo en Edén, ofrecido al vencedor, es mencionado como estando en «el paraíso de Dios»; cf. Génesis 2:8.”

Al cristiano verdadero, estas palabras para explicar este hecho no le son necesarias, pues cree simple y llanamente a lo que dice la Biblia: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, sin recurrir a ningún artefugio para desvirtuar el texto o alterar la traducción. Pero hay quienes aún así prefieren confiar en el engaño de que el texto debería decir: “te digo Hoy: estarás conmigo…”, y para ello, Eugenio Danyans, teólogo y escritor bíblico, nos ofrece un interesante comentario:

“Cristo no usa tan absurda redundancia en ninguna otra ocasión. La expresión “de cierto te digo” se encuentra más de ochenta veces en los cuatro Evangelios y es una de las más características de Jesús. En cada caso sigue inmediatamente el mensaje solemnemente anunciado. En ninguna ocasión hay un adverbio antes de la sentencia. No le oímos decir al Señor: “De cierto os digo hoy, el que cree en mí tiene vida eterna”; o bien: “Os digo hoy: antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.”[v]

Para Danyans la cuestión es obvia: Si se traduce como lo hacen los testigos de Jehová, entonces el término “Hoy” estaría de más, y simplemente no haría falta, pues Cristo no sería capaz de cometer un error de tal magnitud en su discurso, y mucho menos cuando sabemos que no lo hizo después de haberse expresado más de ochenta veces con la misma forma gramatical. Para agregar, Nelson aporta su grano de arena a la verdad, y en una de sus muchas obras, el Diccionario Ilustrado de la Biblia, afirma al definir el Paraíso:

“Los judíos asociaban la palabra paraíso con el huerto del Edén. Luego llegaron a creer que los justos al morir iban a un lugar similar al paraíso. Ya en el rabinismo desarrollado el paraíso podría significar: (1) el huerto original del Edén; (2) la morada temporal de los justos muertos entretanto llega la resurrección, o 3) el huerto, morada eterna de los justos. Por otro lado, los rabinos creían que la gehenna era la morada de los injustos (Seol).

La palabra paraíso aparece solamente tres veces en el Nuevo Testamento. En Lucas 23.43, Jesús promete al ladrón arrepentido que irá al paraíso ese mismo día, indicando así que es el lugar al que iban provisionalmente los justos al morir. El mismo concepto se halla en la parábola del rico y Lázaro, pero se vale de la figura del «Seno de Abraham» (Lucas 16.23). En 2 Corintios 12.2ss, Pablo identifica el tercer Cielo con el paraíso. Luego, en los últimos capítulos de Apocalipsis es prominente la idea de un hermoso huerto eterno para los justos, pero no se usa la palabra paraíso.”[vi]

William Barclay, erudito del griego bíblico y profesor de la Universidad de Glasgow, en una de sus muchas obras traduce el texto de la siguiente forma: “-Te doy mi palabra –le contestó Jesús- que hoy estarás conmigo en el Paraíso.” Y luego, pasa a comentar el texto no interviniendo en su forma gramatical sino en su valor, afirmando:

“La palabra Paraíso viene del persa, y quiere decir “un jardín amurallado”. Cuando el rey persa quería hacerle un gran honor a alguno de sus servidores, le nombraba su acompañante en el paraíso, para que paseara y conversara con el rey en aquel lugar delicioso. Fue más que la inmortalidad lo que Jesús le prometió al ladrón arrepentido: le prometió el honor de gozar de su compañía en el jardín de la corte celestial.”[vii]

Hay quienes discrepan de esto debido a que Cristo, cuando resucitó, dijo que aún no había subido al Padre, y que como el Padre está en el Cielo al igual que el Paraíso, entonces el ladrón no pudo haber obtenido el cumplimiento de su promesa. Pero pensar así es pensar irresponsablemente, ya que “queda a nuestra interpretación” el lugar de Dios o el Cielo.

Después de la muerte – ¿Los Muertos nada saben?

La Biblia dice en Eclesiastés 9:5: “Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni esperan nada, pues su memoria cae en el olvido“. (Nueva Versión Internacional). Con este texto, muchos intentan decir que la muerte es algo inconsciente. ¿Dice eso? No.

En los escritos del Nuevo Testamento hay una forma hebrea de explicar las cosas denominada “paralelismo”, que consiste en ampliar la información de algo con un comentario posterior; esto funciona mucho en los salmos y libros sapiensales, y este texto de Eclesiastés es un ejemplo de ello. Para ampliar lo que queremos saber acerca del verso 5, debemos ir ahora al 6, que dice: “Sus amores, odios y pasiones llegan a su fin, y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida“.

Aquí tenemos lo que quiere decir el autor, y no es precisamente acerca de la inconsciencia del alma o del que muere, sino a su falta de conocimiento sobre las cosas terrenales, pues dice: “y nunca más vuelven a tener parte en nada de lo que se hace en esta vida”.

Observe claramente que el autor está comparando las cosas que se hace en esta vida, y dice que tales ya no se tendrán después que morimos, que nuestros amores, nuestras pasiones y odios ya no las podremos disfrutar. Ahora bien, ¿Dónde dice el texto que estaremos inconscientes después de muertos? Obviamente no lo dice, y sería irresponsable de nuestra parte admitir tal cosa. Un autor nos dice acerca del texto:

“Cuando Salomón dice que los muertos no saben nada y que no hay trabajo, ni planificación, ni conocimiento, ni entendimiento en la muerte, no está contrastando la vida con la vida después de la muerte, sino la vida con la muerte. Una vez que usted muere, no puede cambiar lo que ha hecho. La resurrección a una nueva vida después de la muerte era un concepto vago para los creyentes en la época del Antiguo Testamento. Sólo quedó claro después de que Jesús se levantó de los muertos.”[viii]

Esto, como ya se dijo no es prueba de la inconsciencia del alma. No dice nada al respecto, y nuestra posición debe ser que con toda sinceridad lo admitamos, pues es bien sabido que la Biblia no se contradice, y si ello es así, entonces ¿cómo es que se nos habla de la consciencia de los que mueren? Para ello, podemos ver Isaías 14:9-10 que dice: “El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

¿Ve Usted cómo es la Biblia…?

No está muerto, está dormido…

En los escritos bíblicos hay una frase que bien merece nuestra atención, que es “dormir en el Señor”, pues la muerte es a menudo comparada con un sueño. En Juan 11:11 hay un claro ejemplo de ello: “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle…” Tanto aquí como en varios textos, se habla de la muerte como de un sueño, y sus partidarios afirman que el que muere, está dormido, completamente inconsciente de lo que pasa a su alrededor.

Aquí el término “dormir” es el griego “kekoimētai”, que se deriva del verbo “koimaomai” que se traduce por dormir. Tanto A.T. Robertson como Vine nos dicen que se trata de una metáfora, pero es Vine quien amplía nuestra comprensión:

“Este uso metafórico de la palabra dormir es apropiado, por la similitud de apariencia entre un cuerpo dormido y un cuerpo muerto; por lo general lo que caracteriza a ambos es el reposo y la paz.

El objeto de la metáfora es el de sugerir que, así como el que duerme no deja de existir mientras su cuerpo duerme, de la misma manera la persona que ha muerto sigue existiendo a pesar de su ausencia de la región en la que los que permanecen se pueden comunicar, y que, así como se sabe que el sueño es cosa temporal, lo mismo sucederá con la muerte del cuerpo…

Cuando la estructura física del cristiano (la casa terrena de nuestro tabernáculo, 2 Corintios 5:1) se disgrega y vuelve al polvo, la parte espiritual de su sumamente complejo ser, el asiento de su personalidad, parte para estar con Cristo (Filipenses 1:23). Y ya que el estado en el que el creyente, ausente del cuerpo, está en el hogar con el Señor (2 Corintios 5:6-9), es descrito como «mucho mejor» que el estado presente de gozo en comunión con Dios y de feliz actividad en su servicio, que por todas partes queda reflejado en los escritos de Pablo, es evidente que la palabra «dormir», allí donde se aplica a los cristianos que han partido, no tiene en absoluto la intención de comunicar la idea de que el espíritu se halle en estado de inconsciencia…

“Los primeros cristianos adoptaron la palabra koimeterion, que era usada por los griegos para denominar a una casa usada para alojar a forasteros, para designar el lugar de sepultura de los cuerpos de los suyos que habían dejado esta escena; de ahí proviene la palabra castellana «cementerio», «el lugar de dormir»» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, p. 172)”[ix]

Eugenio Danyans también tiene algo qué decirnos, y agrega:

“Debemos decir aquí que la expresión “dormir en el Señor”, refiriéndose a la muerte, se hizo peculiar entre los cristianos primitivos después de haber visto a Jesús resucitado, y probablemente recordando lo que él había dicho de los muertos a quienes resucitó (Lucas 8:52 y Juan 11:11); pero que la expresión dormir, tanto en labios de Jesús como en los de los apóstoles, se aplica al cuerpo, no a la parte espiritual y consciente de nuestro ser, lo demuestra el caso de Esteban, en donde, al lado de la frase “durmió en el Señor”, oímos al propio mártir exclamar: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Bien claramente prueban estas palabras que lo que duerme no es el espíritu sino el cuerpo…”[x]

Podemos estar seguros que dormir en el Señor es estar ausente del Cuerpo, y presentes con Cristo, lo cual es muchísimo mejor…!

Bibliografía

[1] Eugenio Danyans. Proceso a la Biblia de los testigos de Jehová. Editorial Clie; pág. 199.

[2] El Martirio de San Justino, mártir en Roma en el Ante Niceno-Library. Citado por Eugenio Dañinas en “Proceso a la Biblia de los testigos de Jehová”. Editorial Clie, 1971. Pág 207.

[3] Eusebio de Cesárea, Historia Eclesiástica, libro IV, capítulo XV: “Padecimientos de Policarpo juntamente con otros en la ciudad de Smirna durante el imperio de Vero”. Edit. Nova, Buenos Aires, pág 185. Citado por Dañinas en “Proceso a la Biblia de los tesigos de Jehová, pág 207, 208.

[4] Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.

[5] Danyans, Eugenio, Proceso a la Biblia de los Testigos de Jehová. Barcelona, 1971. 7ma edición. Editorial Clie.

[6] Nelson, Wilton M., Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1998.

[7] Barclay, William. Comentario al Nuevo Testamento, vol 4. Editorial Clie. España, 1991. Pág 343,344.

[8] Barton, Dr. Bruce B., Editore, Biblia del Diario Vivir, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 2000, c1996.

[9] Vine, W.E., Vine Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento Exhaustivo, (Nashville: Editorial Caribe) 2000, c1999.

[10] Danyans, Eugenio, Proceso a la Biblia de los Testigo

© Juan Pablo Valles. Todos los derechos reservados.

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4 comentarios en «¿Qué pasa después de la muerte?»

  1. Gracias y bendiciones
    Esperando que Dios los siga bendiciendo con la sabiduría que se necesita para explicar su palabra.
    En donde nuestro Señor sea glorificado.

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