Virtud de Obrar

Moreiba Cabrera

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Predicaciones Cristianas - ¡Es tiempo de rompimiento!

Virtud de Obrar

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Estudios Biblicos

Estudios Biblicos Prédica de Hoy: Virtud de Obrar

INTRODUCCIÓN

Hasta ahora hemos hecho un recorrido bastante interesante, buscando ser virtuosos en todo nuestro ser. Tocando el área de nuestro intelecto, hemos aprendido a SABER, Saber pensar, pensar los pensamientos de Dios. Tocando el área de los sentimientos, hemos aprendido a SABER SER, a tener nuestros sentimientos bien encaminados hasta llegar a sentir lo mismo que sintió Jesús y ahora, tocando el área de nuestra voluntad, nos toca recorrer el camino del SABER HACER.

Queda bien reflejada la conexión que existe en nuestra alma, entre nuestros pensamientos, sentimientos y nuestra voluntad. Joseba Andoni Barañano dice: “Por lo tanto, los pensamientos adecuados y honorables nos conducirán a tener emociones adecuadas para comportarnos y para responder adecuadamente en medio de las situaciones y eventos presentados”.

VIRTUD DE OBRAR: LA VOLUNTAD.

La voluntad es la facultad y la capacidad de decisión para determinar una acción. Es aquella facultad que nos lleva a desear, a elegir entre un comportamiento u otro con vistas a la consecución de un fin.

Nuestro actual concepto de voluntad proviene del latino voluntas, término del cual deriva en lenguas como el italiano o francés el verbo “querer” (volere, vouloir). El verbo castellano “querer” deriva a su vez del latín que, en su original (quaerere), significaba tratar de obtener algo. La voluntad, por lo tanto, podría describirse como un querer, como un deseo de obtener algo para lo que racionalmente dispondríamos distintos medios.

Debemos tomar en cuenta que el hombre está en posesión de una voluntad libre. Esto significa que es soberano, que tiene una voluntad soberana, lo que el desaprueba no puede serle forzado, a lo que se opone no debe serle impuesto.

La voluntad libre significa que el hombre puede escoger o elegir lo que quiera, no es un juguete mecánico que otros hacen funcionar, no es una especie de marioneta, títere que otros dirigen, es responsable de todas sus acciones.

La voluntad controla desde lo profundo del ser todas las cosas del interior y exterior de él, no es gobernado automáticamente por una fuerza exterior, sino que alberga un principio en su interior por el cual determina sus actos.

Éste era el estado del hombre cuando fue creado por Dios. El hombre que formó el Creador no era algo mecánico, Dios lo hizo un ente moral libre, con facultad de elegir y decidir, y esto se ve muy claro cuando Dios le dijo al hombre en Génesis. 2:16.17.: “…de todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás: porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

De la forma que Dios se le expuso el mandamiento al hombre fue libre, respetando el albedrío del hombre, solo lo persuadió, y le hizo una advertencia, pero no lo obligó.

Adán estaba en la disposición de obedecer o no obedecer y comer del árbol prohibido o abstenerse de hacerlo, pero tenía que ser Adán el que tomara la decisión, pero él no quiso escuchar y comió desobedeciendo el mandamiento; ni aún Dios con todo el poder que tiene podía impedírselo, Él le dio al hombre la facultad de decidir y a esto se le llama libre albedrío o voluntad libre.

Dios le advirtió las consecuencias del pecado producto de la desobediencia dándole un mandamiento, sin embargo la responsabilidad de escuchar o no, se hallaba en el hombre.

Dios a causa de su justicia no quería forzar al hombre a hacer lo que este no quería hacer. Para que el hombre obedezca a Dios se requiere la voluntad de hacerlo; puesto que Dios nunca obliga. Él podía emplear varios medios para hacer que el hombre ceda su voluntad, pero es la ética de Dios, dejar que el hombre determine y haga su propia elección, porque de todo eso le tendrá que dar cuenta.

La voluntad es tan determinante en la vida de un hombre que la Biblia dice que Jesús tuvo que aprender la obediencia cediendo su voluntad.

Hebreos.5:8 “…Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia

Debemos tomar en cuenta que Jesús como Dios sabía lo que era la obediencia pero no sabía lo que era obedecer, eso fue lo que aprendió al experimentar la obediencia entregando la voluntad. Leer Mateo 26:39.42. Marcos 14:26. Lucas 22:42.

El obedecer es fácil cuando no se confronta la voluntad, cuando no se pone en riesgo el abandono de lo que más deseamos.

Los momentos más decisivos para Jesús en cuanto a obediencia se dieron en el Getsemaní. En su más íntimo deseo estaba evitar la copa que equivale al sufrimiento. Aunque la copa implicaba un sacrificio era más importante ceder a Dios su voluntad y entrar en obediencia.

Por eso digo que el obedecer es fácil cuando no se corren riesgos, cuando no se tiene nada que perder, cuando no hay nada a lo cual renunciar.

¡Qué difícil es la obediencia que implica la entrega de la voluntad renunciando a lo que más deseamos, a lo que más anhelamos, a lo que más queremos!. La obediencia tiene valor cuando se pierde todo para ganarlo a Él.

No olvides esta verdad: nada de lo que perdamos por causa de Dios se le puede llamar perdida, todo es ganancia.

Llegarán momentos decisivos a tu vida donde Dios demandará obediencia, momentos dónde vas a entrar en conflicto, donde tienes que desprender de tu alma lo que más amas y deseas, sean tus bienes, una posición, un ser amado.

Por esta causa para entrar en obediencia se debe producir en nuestra voluntad lo que se conoce como el “quebrantamiento”.

VIRTUD DE OBRAR: QUEBRANTAMIENTO.

La voluntad se compone de: decisiones, intenciones, propósitos, gustos y deseos. Todos estos componentes deben pasar por un proceso que se llama Quebrantamiento.

Los principios y el sistema del mundo son opuestos a los de Dios. En el sistema del mundo y lo secular se gana ganando y se pierde perdiendo, en Dios, cuando ganas pierdes y cuando pierdes ganas.

Jesús dijo en Lucas 17:33. “Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, por causa de mi la salvará

En el mundo cero por cero es cero, nadie puede multiplicar por cero. En Dios, Él multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Isaías 40:29. “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas

En el mundo y lo secular para tener hay que ahorrar, en Dios para tener hay que dar.

En el mundo y lo secular las cosas cuando se resquebrajan, se parten, se rompen, pierden su valor, en Dios mientras más te resquebrajes, te rompas, y te quebrantes mas vales para Él.

Según las Escrituras, el término “quebrantamiento” del griego es “sunthalao” que indica romper, aplastar, volver pedazos, es el acto de caer sobre una piedra.

Jesús dijo refiriéndose al quebrantamiento, Mateo.21:44. Lucas.20:18 “…Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará”. El término quebrantar según el pasaje tiene que ver con la confrontación que viene de parte de Dios al conocer su demanda.

El desmenuzar del griego “Likmao” es el resultado que se da desde el punto de vista negativo por haber resistido al quebrantamiento.

Jesús les dijo a sus discípulos que llevaran su yugo que según la ilación del pensamiento indicaba para ese momento que acataran y se sometieran a sus enseñanzas.

Mateo 11:29. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.

Nadie puede entrar en obediencia si no se ha dado en su alma un quebrantamiento.

El quebrantamiento produce la humillación, la humillación la abnegación, la abnegación, la entrega de la voluntad, cuando entregas la voluntad entras en sumisión, la sumisión te lleva la sujeción y la sujeción te conduce a la obediencia.

El quebrantamiento es el acto de desmoronarte, segmentarte, desarmarte, inutilizarte, a fin de que todo tu ser pueda morir y Cristo pueda vivir en ti. Esto lo entendió y lo vivió el Apóstol Pablo en carne propia. Gálatas 2:20. “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;”

Jesús entendió, enseñó, y vivió este principio, en Juan 12:24, Él dijo: De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”.

En esta alegoría que Jesús presenta, relaciona la cáscara como el alma no santificada, que contiene la voluntad que está viciada y dominada por el pecado y adquirió tal autonomía y despliegue que es prácticamente infranqueable para el espíritu renacido. La vida está dentro de la cascara que es la semilla, hasta que esta no sea resquebrajada no germinara y por ende no habrá fruto.

Morir al “yo” es negarse a sí mismo, es una entregar la vida al que tiene Vida, es entregarse al que todo lo puede y esto es sabiduría. Morir es negarse para que Él crezca, morir es renunciar a la vida para que Él haga su vida en mí. Solo con los que han muerto a sus decisiones, y a su voluntad Dios puede trabajar.

El quebrantamiento es la destrucción del egocentrismo, del “yohismo”, de tus planes, metas, propósitos, ambiciones, incluso de tus propios esfuerzos.

Lo más importante para Dios y lo que cuenta para Él, no es lo que hagamos, sino que hagamos lo que Él nos envió hacer. 1 Samuel 15:22. “Porque se agrada más Jehová en la obediencia que de los sacrificios, y el que le prestes atención a sus palabras que la grosura de muchos carneros”.

Tus mejores motivaciones o intenciones no pueden ocupar el lugar de la voluntad de Dios en tu vida.

La dependencia de Dios nos llevara a la grandeza, la Independencia de Dios y la dependencia de nosotros mismos nos llevarán al fracaso.

Esto es quebrantamiento, nuestra dependencia total de Él y una renuncia total de nosotros.

Pablo dijo en Filipenses 3:7-8: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo…”

Dios escoge al vil para avergonzar al sabio. Pablo dijo en 1 Corintios 1:28.29.: “y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia

No te olvides que nosotros somos libres de tomar cualquier decisión, pero no somos libres de sus consecuencias. El tomar decisiones es como caminar en suelo de cristal con zapatos de plomo, damos un mal paso, partimos el cristal y no sabemos dónde vamos a caer. Debemos tener cuidado con nuestras determinaciones y con los pasos que damos.

En Dios hay caminos que no tienen regreso. Con el tiempo y la voluntad de Dios no se juega.

Hay errores que un hombre comete por causa de un pecado, el error es tan grave que Dios perdona el pecado pero el error no lo pasa por alto. Por todas estas observaciones debemos ser sabios y prudentes en nuestras decisiones para no lamentarnos de los fracasos.

Nunca olvides esta verdad: Somos nosotros los que tenemos que quebrantarnos y tomar decisiones en la vida.

En Filipenses 2:7-8 aprendimos que Cristo se despojó y se humilló a sí mismo; el quebrantamiento vino de Él por causa de las condiciones que recibió de Dios. No le pidas a Dios que haga lo que tú tienes que hacer, ni que te quite lo que tú tienes que dejar.

Para finalizar quiero decirte, que el deseo más grande de Dios es que tanto en tus pensamientos, sentimientos y voluntad, seas un imitador suyo; pensando como Él, sintiendo como Él y obrando como Él: Andando siempre en amor. Haciendo todo esto garantizaremos ser personas virtuosas.

Efesios 5:1Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados: 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó á sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave.

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Moreiba Cabrera
Autor

Moreiba Cabrera

Moreiba Cabrera, Misionera, Pastora principal de la iglesia Nueva Vida de Madrid. Directora de la extensión de Madrid del Centro de Estudios Superiores de Teología de Asambleas de Dios CSTAD.

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