Predicas Cristianas
Prédica de Hoy: Comunión con Dios
Prédicas Cristianas Lectura Bíblica: 1 Corintios 1:9
Introducción
Todo cristiano nacido de nuevo debe permanecer en comunicación con Dios para llegar a conocerle de forma íntima. Al conocerlo, poco a poco, el cristiano va adquiriendo esa sensibilidad a las cosas de Dios.
Con la oración y la lectura de su palabra aprendemos de su voluntad, de su corazón y el propósito que tiene con la humanidad. Llegamos a tener la mente de Cristo, cuando somos renovados en nuestros pensamientos a través de su conocimiento (Efesios 4:23)
Esa comunión con Dios permite a cada uno llegar a ver los milagros que Él obra en beneficio de su pueblo. Así encontramos muchos relatos en la biblia de personas que estuvieron cerca del Señor y alcanzaron grandes cosas.
1. Comunión con Dios
La historia de cada uno de las personas que habitamos este mundo está llena de altos y bajos, bendiciones y tribulaciones. No llegamos a conocer a todos pero si a los que están alrededor, familia y amigos.
Tenemos una comunión muy especial con la pareja y lo hijos, les conocemos mejor que la mayoría de los que están alrededor. Y esas relaciones son muy importantes para cultivarlas. Se dice que una persona es afortunada si tiene al menos un amigo íntimo.
Es muy difícil contar con verdaderos amigos pues todos somos diferentes y para ser amigos necesitamos tener gustos y aficiones similares. Sin embargo nos esforzamos para cultivar amistades y compartir con ellas.
La comunión con Dios es mucho más importante que estas relaciones. Por supuesto eso no significa que debemos desatender a nuestra familia ni amigos, sino más bien ahora relacionarnos con cada uno de ellos en el amor de Dios. L
a comunión con Dios implica conocerle y hacer su voluntad. Esa comunión es integral que abarca cada aspecto de Dios.
a. Comunión con Dios Padre (Salmos 25:14)
Sabemos que Dios es uno solo, pero se manifiesta en tres personas diferentes. Esta es una característica difícil de comprender pero es una realidad maravillosa cuando interactuamos con Él con cada una de las personas que integran a nuestro buen Dios.
En Salmo 25:14 leemos como a quienes temen a Dios les es revelado su pacto. El temor de Dios no es un temor de castigo, sino un temor de respeto. Le amamos y respetamos y no queremos ofenderle por ningún motivo, pues es nuestro Padre y le amamos.
Al tener esa comunión íntima con Dios padre nos revela sus secretos. Conocemos sus planes para con nosotros. Nos revela proyectos, nos muestra su poder con Dios creador y formador. Nos muestra su gloria como Rey de Reyes y Señor de Señores.
Nuestro buen Dios quiere manifestarse a nosotros personalmente. No por medio de intermediarios sino directamente el Padre en comunión con nosotros. Es algo maravilloso.
b. Comunión con Dios Hijo (1 Corintios 1:9)
Con la persona de Jesucristo tenemos más comprensión, pues se hizo hombre como todos nosotros. No se manifestó con su gloria celestial sino que fue como uno de nosotros. Cada limitación, dolor, tentación que podemos sentir Jesús lo experimento.
La diferencia es que Él nunca cometió pecado. Claro que en cualquier momento Él hubiera podido detener todo su trabajo en la tierra y cubrirse de gloria. Ángeles le habrían servido, legiones lo hubieran defendido pero por amor a nosotros decidió hacerse hombre.
Tenemos esa comunión con el Hijo y somos más empáticos pues como hombre sufrió y murió. Pero también resucitó al tercer día para que nosotros también muramos a nuestros pecados y resucitemos a una nueva vida. Hemos recibido ese perdón que el Hijo nos dio con su muerte.
Jesús derramó hasta la última gota de su sangre para redimirnos de todos nuestros pecados, el de toda la humanidad. Sabemos que Jesús tuvo amigos y sufrió con ellos, tuvo seguidores y también enemigos. También fue trabajador en esta tierra, se dedicó con José a la carpintería. También fue respetuoso de las leyes.
De Jesús tenemos el ejemplo perfecto de lo que una persona debe ser y cómo conducirse en este mundo. Él se fue pero prometió regresar por nosotros. Su mensaje se quedó en esta tierra y se sigue predicando hoy en día, por todo el mundo.
Jesús también indicó que al conocerle a Él se conoce también al padre que le envió. Esto porque Jesús es Dios. Aceptamos al Hijo y su perdón de pecados. Aceptamos su sacrificio inmerecido para salvarnos. Aceptamos que es Dios hecho hombre. Aceptamos su amor.
c. Comunión con Dios el Espíritu Santo (2 Corintios 13:14)
Cuando Jesús se fue de la tierra dijo que no nos dejaría solos, sino que enviaría a la tercera persona de Dios, el Espíritu Santo. Él es la fuerza que convence al mundo de pecado. Es quien nos permite tener esa comunión íntima con Dios. Es quien quita la venda de nuestros ojos para que veamos la verdad.
El Espíritu Santo es Dios, y es quien nos ha traído al conocimiento de Cristo. Ciertamente hemos escuchado el mensaje de algún predicador, algún amigo o simplemente leyendo las escrituras. Pero es el Espíritu santo el que nos convence de pecado. Quien nos acerca a Dios.
El Espíritu Santo es poder de Dios, y por medio de Él son hechos los milagros. Él imparte dones a sus hijos y da fortaleza al débil. Es quien nos permite esa sensibilidad de espíritu para poder comunicarnos con Dios y escucharle claramente cuando nos habla. El Espíritu Santo nos da denuedo para predicar, unción para orar unos por otros y discernimiento para mantenernos en el camino de Dios.
Dios se comunica con nosotros por medio de esa comunión con el Espíritu Santo. Así conocemos la mente de Dios. Estando en oración o leyendo su palabra podemos escuchar algún mensaje específico que Dios nos envía y por su Espíritu sabemos que es Él quien nos habla.
2. Comunión unos con otros (Hechos 2:42)
Es interesante haber experimentado el llegar a una comunidad de personas, que al igual que uno han experimentado la gracia de Dios. Con quienes se puede hablar el mismo idioma. Con quienes hablamos de las maravillas de Dios y comprendemos perfectamente de qué estamos hablando.
No sucede así con alguien que no ha venido al evangelio. Aun hablando el mismo idioma es difícil comprenderse con personas incrédulas. Pero con esta comunidad de personas redimidas es fácil comunicarse.
Recuerdo haber conocido a una señora mayor antes de ser ambos rescatados por Dios. Y esta persona por alguna razón no me agradaba, aunque no la había tratado mucho simplemente no me interesaba conocerla. Pero Cristo nos alcanzó a ambos y la situación fue muy diferente. Inmediatamente puede amarla en el amor de Dios.
Con esta comunidad de gente común y corriente que ha sido lavada con la sangre de cristo compartimos muchas cosas. De hecho dice la biblia que los primeros cristianos tenían en común todas las cosas.
También podemos experimentar ese poder de Dios cuando le buscamos en comunidad, pues Él dice que se manifesta donde están dos o tres congregados en su nombre.
Nuestra fe crece cuando nos reunimos con personas que tienen los mismos ideales, y es lo que Dios quiere. Que todos juntos le adoremos y compartamos con los demás su palabra. Debemos estar todos juntos en armonía como dice la biblia.
Cuando el amor de Dios está en nosotros esto es muy fácil. Tenemos la paz de Dios en medio de nosotros, lo que nos permite esa comunión con la familia de Dios, con quienes confiadamente podemos llamar hermanos en la fe.
3. La comunión con Dios nos lleva lejos
En la biblia leemos acerca de profetas que tuvieron comunión íntima con Dios y Él los usó para hacer grandes cosas.
Moisés llegó a hablar con Dios cara a cara. Él mismo aclaró que con los demás profetas Dios se comunicaría por sueños y visiones, no así con Moisés con quien se comunicaría cara a cara.
Unas pocas palabras habla la biblia acerca de Enoc pero nos dice suficiente. Enoc tenía una comunión tan grande con Dios que la biblia dice que caminó con Dios.
Él no permitió que Enoc viera muerte, sino que se lo llevó a su presencia directamente. Dios se agradaba de esa comunión con su siervo y quería tenerlo siempre a su lado.
Noé, dice la biblia, que halló gracia ante los ojos de Dios. Aunque la maldad era grande en la tierra Noé pudo ser esa luz de justicia que alumbró a la humanidad y Dios lo utilizó para comenzar todo de nuevo, hacer perecer a toda la humanidad pecadora y hace un gran pacto con él.
Y así podríamos hablar de David, de los jueces, de Abraham, etc. Pero el punto es que la comunión con Dios nos lleva lejos. Nos lleva a rescatar naciones, a hablar con Dios cara a cara, a caminar con Él y ver su gloria.
4. Muestras de la comunión con Dios (1 Juan 1:5-7)
Al estar en comunión con Dios nuestra vida cambia. Nuestra forma de hablar y caminar en este mundo es diferente, los demás pueden verlo. Porque no podemos estar cerca de Dios sin que su mente, su gloria y su presencia no se impregne en nosotros para bendecirnos.
Jesús dijo que por nuestros frutos seremos conocidos y al estar en esa comunión no necesitamos esforzarnos en hacer el bien, sino que Dios mismo en nosotros nos lleva a vencer la tentación y permanecer en la luz de Cristo.
1 Juan dice que si estamos en tinieblas estamos mintiendo y no tenemos esa comunión con Dios, porque quien está cerca de Dios no permanece en pecado y la luz de Cristo se refleja en el.
Conclusión
Si ya hemos tenido un acercamiento con Dios, ahora es nuestro deber mantener una comunión íntima con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Esa comunión con Dios nos llenará de Él y se mostrará en amor los unos por los otros y amor por los que no han conocido de Cristo.
Con esa comunión podemos alcanzar grandes cosas por el poder de Dios en nosotros. Permanezcamos en esa luz para iluminar a los demás. Dios se agrada cuando le buscamos en oración y procuramos conocerle mejor.
Busquemos como Noé hallar gracia ante los ojos de Dios, como Enoc caminar íntimamente con Él y como Moisés hablar con Dios cara a cara.
Busquemos a Dios con todo nuestro corazón y seguramente lo encontraremos. Su presencia vendrá a nuestra vida y después de eso no seremos los mismos nunca más.
© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.