El dador alegre

Al referirse a ese don, lo que más se destaca es el incomparable amor de Dios por esta humanidad perdida (Juan 3:16; Efesios 3:18). Y es que nada podrá ser más grande que este don inefable entregado por Dios. También Pablo hablaba del don inefable de los cielos (2 Corintios 12:13).

¿Qué es lo que nos espera en el cielo? Pablo dijo: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman”.

¿Acaso no es esto suficiente motivación para tener un corazón alegre y generoso? Si ya somos poseedores de semejante don inefable, ¿por qué no ser fiel al Señor en lo poco cuando lo que nos espera es tan grande?

II. EL SIGNIFICADO DE SER UN DADOR ALEGRE

1. Lo que no significa: Dar con tristeza.

La tristeza es todo lo contrario al gozo. Dios nos hizo tan a su imagen y semejanza que estas dos reacciones delatan el comportamiento del corazón. Esto me hace pensar que el momento de más gozo o el de más tristeza del culto es cuando estamos entregando nuestros diezmos u ofrendas. ¿Qué significa el dar con tristeza?

El dar con tristeza es cuando en verdad no se quiere dar. Aquí hablamos del creyente que desea a toda costa evitar que se toque ese tema. Es el creyente que está en una iglesia; le gusta como funciona todo, pero quisiera que en el programa se evitara la parte que corresponde a los diezmos y a las ofrendas.

“Dar con tristeza” significa dar lo menos posible. Se trata del momento cuando abro la cartera y deseo que aparezca el billete de más bajo estimación. Es el momento de su lucha mental.

El que da con tristeza tiene un espíritu mezquino y reacio a desprenderse del dinero. Pero sobre todo, posee un corazón cerrado a las bendiciones de arriba (Ilustración).

2. Lo que sí significa: Dar como propuso en el corazón (dador alegre).

Aunque si bien es cierto que en la mayordomía del dar, el diezmar es nuestro punto de partida como un deber cristiano, así como lo fue para los judíos, ninguno de nosotros está restringido a una cantidad específica al momento de participar en este acto. Pablo introduce la nueva manera de dar que corresponde a la dispensación de la gracia. Él dice: “Cada uno de como propuso en su corazón”.

En esta sola oración se resume la verdadera motivación de este tema. Por un lado, se habla de un deber individual al decir “cada uno”. En este sentido doy mi parecer sobre la importancia que tiene la instrucción familiar.

Los padres debemos enseñar a nuestros hijos desde su temprana edad el gozo de traer la ofrenda al Señor. Si esto lo hacemos, cuando ellos crezcan no tendrán problemas en ser buenos mayordomos.

Por otra parte, el texto nos dice que el asunto del dar es una decisión del corazón. Si usted razona varias veces va a descubrir que no puede dar debido a sus compromisos.

Pero si usted pasa de la cabeza al corazón, entonces encontrará que su corazón tiene una deuda de gratitud con la cual desea honrar a su Señor. El dar con el corazón también es un dar voluntario, sin ninguna presión o compulsión externa.

Esta forma de dar es según hayamos sido prosperados. Este es el gran reto de fe en la mayordomía del dar. Por cuanto la promesa del Señor es que es poderoso para “hacer que abunde en vosotros toda gracia…” (vers.8), en la medida que prospero, y doy así, Dios cumplirá su parte. ¿Haré yo mi parte en mi corazón?

III. LAS RAZONES PARA DAR CON ALEGRÍA

1. Porque Dios es un dador alegre.

Cuando Dios hizo al mundo, no lo hizo con tristeza, sino que todo respondió a un plan de dar alegremente. Quiero pensar que cada vez que terminaba un día en su creación y se ponía el sello de “vio Dios que era bueno”, su rostro tenía que ser de incomparable alegría. Tome en cuenta un simple ejemplo. Mire al sol, el llamado “astro rey”. Su luz es esplendorosa y brillante.

Fue creado para dar su luz y su calor, pero de una manera generosa. Tan esplendido es el sol en su manera de dar que la vida del planeta depende de su generosidad.

¿Ha dejado el sol alguna vez de dar su luz? Vea el resto de la tierra que Dios ha creado. Desde que tenemos uso de razón ella siempre da. Así que todos los días comemos de la generosidad de ella.

Toda la creación es el ejemplo de un dador alegre. Dios no hizo nada para si mismo, sino para darlo. Todo lo hizo hermoso en tu tiempo pensando en el hombre creado.

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