Arrepentirse es el primer paso

Luis Alberto Coria

El arrepentimiento

Arrepentirse es el primer paso

4.9
(7)

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Arrepentirse es el primer paso

Predica Cristiana Lectura Bíblica: Mateo 4:12-17

Introducción

Arrepentirse es el primer paso para que el reino de Dios se establezca en el hombre, si no hay arrepentimiento no puede haber perdón de pecados puesto que no hay arrepentimiento por la falta de convicción de pecados.

Leamos la Palabra de Dios en Mateo 4:12-17Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea; y dejando Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí, para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, Camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció. Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.

En Mateo 18:20, la Escritura nos hace una promesa muy importante, nos dice: “Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. En este momento somos bastante mas de dos o tres los que estamos congregados en el nombre de Jesús. Tomándonos de ésta promesa podemos decir con absoluta seguridad que el Señor está en medio de nosotros dispuesto a escuchar a su pueblo; en ésta convicción de que Él esta en éste lugar, oremos leyendo la oración que nos dejara en Mateo 6:9-13.

Arrepentirse es el primer paso

Cuando oramos al Padre mediante ésta oración que el Señor dejará establecida, le decimos al Padre “Venga tu reino” (vers. 10), le estamos pidiendo al Padre nada mas y nada menos que venga y establezca su reino en nosotros, le estamos pidiendo que Él venga a nuestra vida y se posesione de ella, haciéndose rey; en éstas palabras le estamos dando a Dios la soberanía de nuestras vidas, entregándole la posesión absoluta de ellas y de todo cuanto nos pertenecía.

Conforme dice la Escritura, “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23), y es éste pecado el que generó la barrera de separación con el reino de Dios y que impide hoy que éste venga y se establezca en nosotros; quizás muchos piensan, ¿En qué he pecado?

Lo cierto es que para conocer nuestros pecados debemos confrontar nuestra vida, aún lo más íntimo de ella con la luz de la Palabra de Dios, “Y a los asentados en sobra de muerte, Luz les resplandeció”, es el Señor quien trae la luz de justicia a nuestra vida para sacarnos del estado de muerte espiritual y darnos vida abundante en Cristo.

Cuando la luz llega a nuestra mente nos muestra la situación real, nos muestra cómo estamos frente a los ojos de Dios; en éste punto es donde debemos tomar la decisión, ya nos sabemos pecadores y Dios nos exige un cambio, Dios nos exige un arrepentimiento sincero y genuino de nuestro accionar pasado, transformando nuestra mente (Romanos 12:2).

Es por medio de esta transformación que conoceremos la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta para cada uno de nosotros, al cambiar nuestra mente se producirá un cambio de propósitos, cambiará nuestra forma de actuar frente a las distintas circunstancias de la vida, cambiará entonces nuestra forma de pensar y nuestra forma de vivir; a nadie podemos culpar por nuestros pecados, es imposible ser obligado a pecar, cuando lo hacemos, lo hacemos en forma consciente y por nuestra propia voluntad, es por ello que si hay arrepentimiento, necesariamente debe producirse un cambio radical en nuestras vidas.

Hemos pedido al Padre que “Venga su reino a nosotros”, pero esto solamente es posible si hay arrepentimiento ya que es esto lo que produce el acercamiento a Dios y nos devuelve la comunión con Él, “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19).

Un arrepentimiento verdadero está marcado por un cambio de hábitos, de tradiciones, de posiciones establecidas por el sistema del mundo, y por supuesto, deben cambiar nuestras prácticas religiosas ya que a la luz de la Palabra de Dios debemos haber entendido que todo esto no es agradable a Dios.

Si no hay cambios en tu vida es porque no hay un arrepentimiento genuino y aún sigues creyendo las mentiras del mundo aunque profeses creer la verdad de Cristo, la luz de su verdad no ha llenado tu vida y el reino de Dios no se puede establecer en medio de tinieblas.

Podemos creer que nuestros pecados están muy ocultos, pero tengamos cuidado con las mentiras que el demonio pone en nuestra mente, “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz” (Marcos 4:22), si hay arrepentimiento hay confesión de pecados, luego viene la prosperidad y misericordia del Señor, “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13).

Dios en medio de su amor está siempre dispuesto a perdonar cuando hay un arrepentimiento verdadero, “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:19).

Puede que lleves mucho tiempo en el camino del Señor y tu crees estar haciendo lo correcto; Nadab y Abiú (Levítico 10) quisieron ofrecer ofrenda de olor grato a Jehová, pretendieron hacer algo que no les correspondía, quisieron hacer más pero algo que nunca les mandó Jehová.

Lo cierto es que solamente lograron ofrecer fuego extraño ante Dios y fue así que con fuego fueron quemados y muertos; puedes llevar tiempo en la iglesia pero durante todo ese tiempo haber ofrecido fuego extraño a los ojos de Dios, cuantos cristianos se preguntan: ¿Por qué no recibo sanidad? ¿Por qué no soy liberado del yugo del demonio? o ¿Por qué sigo sometido a la pobreza y necesidad?.

Cada uno debería revisar lo profundo de su corazón para comprobar si en uso de su libre albedrío no ha estado ofreciendo fuego extraño, deberíamos revisarnos si nuestro arrepentimiento ha sido sincero, si en nosotros no hay rastros de soberbia, de rebeldía, de egoísmo o en general revisar si no quedan aún en nosotros rastros ocultos de nuestra vieja manera de vivir y que hacen de nuestra decisión un acto almático, algo superficial que no logra destruir la barrera de separación con Dios.

Los restos de la vieja vida, la falta de arrepentimiento no solo te afecta a ti sino que se verán afectados quienes te rodean, tu familia, tus amigos; ¿Te has planteado alguna vez si tu arrepentimiento ha sido verdadero?, para obtener una respuesta solamente debes observar tu vida y ver allí si se efectuaron los cambios que el Señor te encomendó: ¿Dejaste los vicios? ¿Dejaste de creerte el mejor o el que mas sabe?

¿Dejaste de ver errores en cada congregación o en cada pastor?, ¿Fuiste sanado, libertado y prosperado?, ¿Has cambiado realmente o sigues cargado de los mismos problemas?; tómate un momento ahora, o tal vez te resulte mejor en la intimidad de tu dormitorio para presentar tu vida delante del Señor, para exponerla ante sus estrados y que sea Él quien verdaderamente juzgue tu vida y tu accionar como cristiano.

Comienza a pensar seriamente en si tu arrepentimiento es verdadero no sea que venga el Señor a buscar su iglesia y aún tus vestiduras no estén blancas como Él desea; “Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de mi amado que llama: Ábreme” (Cantares 5:2).

En el mundo o como cristiano tal vez has dormido durante mucho tiempo a pesar de percibir en tu corazón el llamado amoroso de Dios que te decía: “Ábreme”, tal vez durante todo este tiempo no le ofreciste a Dios un verdadero arrepentimiento que le permitiera ingresar a tu vida y sanar allí todas tus heridas; es posible que la falta de arrepentimiento solo hiciera que pongas excusas para no someterte a su señorío y dejar que sea Él quien verdaderamente guíe tu vida, buenas excusas, “Me he desnudado de mi ropa; ¿Cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿Cómo los he de ensuciar?” (Cantares 5:3) pero que en definitiva solo son eso, excusas.

Excusas para no cambiar tu forma de vivir, excusas para no quitarte la soberbia y la rebeldía para seguir haciendo lo que yo quiero y como yo quiero aunque el Señor desee otra cosa, excusas para no establecerte definitivamente en un lugar y dejar que sea el Señor quien te use en su plenitud

Excusas que el demonio se encarga de poner en tu mente para que no hagas la voluntad de Dios, excusas que solamente saldrán de tu vida cuando en ella haya un verdadero arrepentimiento y abras tus puertas al llamado de tu amado Jesús cuando te dice: “Ábreme. Porque mi cabeza está llena de rocío, Mis cabellos de las gotas de la noche” (vers. 2).

 ábreme pues durante mucho tiempo, de día y de noche he llamado a tu puerta y no me has atendido, durante mucho tiempo has endurecido tu corazón en tus propios pensamientos sin importarte mi llamado; dormías pretendiendo no escucharme pero tu corazón velaba escuchando mi llamado, te he llamado al arrepentimiento y aún no eres sincero conmigo, “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él” (Apocalipsis 3:20).

Puede ser que digas: Aún tengo tiempo, y aún allí te equivocas y la soberbia de la carne, la mentira que ha llenado tu mente por tanto tiempo aflora una vez mas en tu vida, “Porque el hombre tampoco conoce su tiempo” (Eclesiastés 9:12).

No se lo que cada uno espera para llegar al Señor con un arrepentimiento verdadero que produzca un cambio integral de su vida, quizás estés esperando el sonar de las trompetas, una voz de trueno o que sea el mismo Señor quien llegue a ti diciéndote que te arrepientas y cambies tu forma de pensar, que cambies tu forma de actuar y que cambies tu forma de vivir; ahora abre tus oídos para escuchar la voz de Dios diciéndote: “Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre esta presto” (Juan 7:6).

Tu tiempo se ha cumplido, es hora de tomar en serio el llamado del Señor, arrepiéntete y cambia tu relación con el Señor no sea que sigas durmiendo, dejes pasar tu hora y luego sea tarde, “Abrí yo a mi amado; pero mi amado se había ido, había pasado” (Cantares 5:6), este es el tiempo de ponerse en las manos del Señor y quitar de nuestra mente las tinieblas para dejar que la luz de Cristo nos ilumine, este es el tiempo de quitar de nuestras vidas todo aquello que le es desagradable al Señor, este es el tiempo del arrepentimiento del corazón.

Es el Señor quien te llama, no es el hombre, no dejes pasar este momento en que el Señor está en este lugar y le has pedido al Padre que venga su reino a tu vida para reinar en ella, arrepiéntete verdaderamente para destruir la barrera de separación que el pecado había creado y deja que el reino de Dios quede establecido en ti.

No dejes que el demonio siga gobernando tu vida, no dejes que tu vida siga en tinieblas, no dejes que se haga tarde para dejar entrar a tu amado pues si éste ya ha pasado saldrás a buscarlo y cuando lo halles solo te dirá: “De cierto os digo, que no os conozco” (Mateo 25:12).

CONCLUSIÓN

El tiempo de tu arrepentimiento ha llegado, debes reconocer que a pesar de que el Señor te llamó en muchas ocasiones y de distintas formas para que te arrepientas verdaderamente de la vida que llevas.

A pesar que muchas veces llamó a tu puerta para que le dejaras entrar y quitar de tu vida el pecado; a pesar de que pretendiendo dormir, tu alma velaba escuchando su llamado insistente y no le hiciste caso; debes reconocer que a pesar de todo, de todo, el Señor quiere tomarte en sus brazos y llenarte de su amor y de su misericordia, el Señor a pesar de todos los desplantes que le hicieras hasta ahora quiere venir a establecer su reino en ti para que goces de todos sus beneficios, Salmo 103.

¡¡GRACIAS SEÑOR POR TU INMENSO AMOR!!, sea para ti la Gloria, la Honra y el Poder. ¡¡ALELUYA!!.

© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones … Predicas Cristianas

¿Qué tan útil fue esta publicación?

¡Haz clic en una estrella para calificarla!

Luis Alberto Coria
Autor

Luis Alberto Coria

Pastor jubilado de la iglesia Nueva Jerusalén en provincia de Córdoba República Argentina.

3 comentarios en «Arrepentirse es el primer paso»

  1. De verdad mis lágrimas salieron usted con que poder trae la Palabra se lo pedimos yo y dos iglesias en el estado de Nayarit México siga subiendo sus predicas usted desde esta plataforma nos pastorea es un hombre de Dios y necesitamos sus predicas para llegar al nuestro Señor Jesucristo amén

    Responder
  2. Dios le bendiga Pastor, que hermoso mensaje tan edificante para mi ! Me ensen̈a tanto con su mensaje gracias a Dios por su vida y por compartirnos tanta sabiduria que nuestro Padre Dios le ha dado, muchas bendiciones Para usted y siganos ensen̈ando por favor.

    Responder
  3. Muy acertado el mensaje. Le agradezco y felicito por su tiempo y por compartir su conocimiento. Reciba lluvia de bendiciones desde la provincia de Rioja-departamento de San Martín- Perú.

    Responder

Deja un comentario