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Si estás buscando prosperidad

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Si estás buscando prosperidad

Predica Cristiana Lectura Bíblica: 3 Juan 2-4

Introducción

Si estas buscando prosperidad debes de tener claro que prosperidad no es sinónimo de riquezas materiales pues ésta es una simple posición relativa respecto de otra persona, cuando un Hijo de Dios habla de prosperidad se está refiriendo a ser íntegramente próspero, se está refiriendo a ser próspero de espíritu, alma, cuerpo, y además …… en las áreas materiales.

Leemos la Palabra de Dios en 3 Juan 2-4 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad”.

Buscando prosperidad

El alma es el principio vivificante e inteligente que anima al cuerpo humano, empleando los sentidos corporales como agentes de exploración del mundo material, y los órganos corporales como método de expresión de si misma y de comunicación con el mundo exterior, es la forma de exteriorización que posee; el espíritu es el centro y fuente de la vida del hombre, el alma es dueña de ésta y la usa expresándola por medio del cuerpo.

Nuestro espíritu es lo que distingue al hombre de todas las cosas creadas y puesto que representa la naturaleza humana o la naturaleza de Dios, está relacionado con la calidad de su carácter; aquello que toma dominio de un espíritu pasa a formar parte de su carácter.

Si permites que el orgullo domine, la altivez o la soberbia serán parte de tu carácter; cuando las malas pasiones dominan al hombre, vienen las manifestaciones perversas en su carácter, significando esto que la vida natural o carnal, que el alma ha destronado al espíritu, pasando a un estado de muerte espiritual, y es por esto que resulta necesario un nuevo espíritu, el Espíritu Santo de Dios.

Siendo la Biblia la palabra inspirada de Dios, las promesas y principios revelados a través de ella no son antojadizos y por cierto que son para bendición del pueblo de Dios, “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2).

Equivocadamente, hay gente que piensa en prosperidad como acumulación de dinero o bienes materiales, sin embargo analizando el versículo expuesto nos damos cuenta que Dios nos está hablando de una prosperidad integral pero basada en la prosperidad que tengas del alma.

No se es próspero teniendo dinero pero estando enfermo, tampoco se es próspero siendo rico pero infeliz, y menos aún se puede ser próspero siendo rico, sano y aparentemente feliz si no se es salvo, si no tenemos en nuestro corazón el Espíritu Santo de Dios y a Jesucristo como nuestro Señor.

En este punto sería bueno aclarar que los verdaderos Hijos de Dios, aquellos que aplican en sus vidas los principios establecidos en su Palabra, son prósperos pues han sembrado en su corazón la Palabra de Dios y buscan primero el reino de Dios y su justicia (Mateo 6:31-33).

En contraposición, el hombre pecador, el hombre sin Dios, es un depredador, es un depredador pues no siembra, solamente recolecta; el pecador acumula sin miramientos, mientras acumula empobrece y destruye a los demás al afectar con ese cúmulo de pecados a todo su entorno.

El hombre que vive en pecado está en desventaja, seguramente que le resultará imposible alcanzar las metas u objetivos que se haya propuesto pues estos están también afectados o fundados sobre una esencia pecaminosa, tal vez den algún avance en su vida pero un día sus pecados le han de alcanzar, “Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará” (Números 32:23).

Los Hijos de Dios, aquellos que realmente integran el Cuerpo de Cristo, entienden que la fuente de toda prosperidad es Dios mismo y por tanto debemos buscar los lugares celestiales, nuestras metas deben ser puestas en Cristo, en la dimensión del espíritu, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,” (Efesios 1:3).

Solamente Él nos puede bendecir en los lugares celestiales, solamente Él tiene toda la autoridad para hacerlo, y lo único que nos pide a cambio es que dejemos o nos alejemos de todo aquello que nos hace daño y que solamente hagamos lo que nos hace bien.

Nuestra prosperidad espiritual está en haber insertado en nuestro corazón el bien supremo, está en haber permitido que Jesucristo haga morada en nosotros y a través de Él nos pudiéramos reconciliar con nuestro Padre celestial.

Cuando entendemos que esta prosperidad debemos mantenerla por medio de nuestra perseverancia en la comunión con Dios, no nos resultará difícil mantenernos ocupados en las cosas espirituales, logrando por medio de la oración, el ayuno y la lectura bíblica esa vida de santidad que dios pretende para cada uno de nosotros, esa vida consagrada al ser mas bueno y lleno de amor que es Jesucristo, nuestro Señor.

Resulta lógico o naturalmente razonable pensar que teniendo un Dios tan bueno y lleno de amor, Él va a desear siempre nuestra felicidad. Pues para alcanzar ésa felicidad que Dios desea para nosotros, debemos sanar nuestra alma puesto que ésta es el nexo, es la que une nuestro cuerpo con el espíritu, en el alma es donde está nuestro carácter, los recuerdos y las emociones.

No podremos alcanzar la felicidad si los recuerdos nos perturban, no podemos ser felices si los demonios o las circunstancias nos oprimen; la felicidad que nos produce la comunión constante, la comunión permanente con Dios a través de Jesucristo, su Hijo amado.

Hemos dicho anteriormente que ya Dios nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). A imagen y semejanza de ese Dios que hizo toda la creación a través de la palabra (Génesis 1:1-25).

Pero está en nosotros ejercer la autoridad que como Hijos de Dios y como miembros de su iglesia nos corresponde, para así apropiarnos de esas bendiciones; olvidemos lo que quedó atrás, pues ese pasado ya no nos pertenece, sanemos las viejas heridas del alma pues han sido vendadas y curadas por Cristo, pongamos hoy mismo nuestros ojos en Jesús y comencemos a construir esa nueva vida que Él nos brinda.

Las herramientas para esa edificación siempre estuvieron a nuestra disposición pero tal vez no las supimos usar o tal vez no las usamos correctamente; la primera herramienta que debemos usar es la fe.

Un tiempo atrás el Señor nos enseñaba que el principio de la fe es el hacer la voluntad de Dios puesto que si no hacemos su voluntad es porque en realidad no estamos confiando en Él, no estamos creyendo que su voluntad es realmente lo mejor para nuestras vidas.

En fin, si no cumplimos con la voluntad de Dios no tenemos fe, es fácil para cualquiera decir: “Yo creo en Dios”, asumiendo un cierto grado o porcentaje de certeza de que Dios existe, pero un verdadero creyente, un verdadero miembro de la iglesia debe decir: “Yo no creo que Él existe, yo estoy seguro de que Él existe, que vive y que reina”, allí estamos dando total certeza de su existencia.

Si la fe es la certeza de algo que no se ve (Hebreos 11:1), entonces no tiene lógica y no pasa por el razonamiento, por la fe creemos aún cuando no entendamos, es un atributo espiritual, es una potencia del espíritu puesto que tiene el poder de hacer realidad lo que no existe, “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:3).

Y es por ello que debemos afirmar, debemos testificar o confesar nuestra confianza absoluta de que la Palabra de Dios se cumplirá, lo harán pues Dios eternamente lo decretó, “Así será mi palabra que sale de mi boca. No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11).

Pero sucede que uno puede emplear la fe correcta o incorrectamente; cuando el hombre usa sus capacidades fuera de los propósitos de Dios está practicando brujería o curanderismo y puede que tenga algún poder limitado y con resultados temporales; sin embargo cuando nuestra fe la ponemos en sintonía con los propósitos de Dios y nos ponemos en sus manos para que Él obre, los efectos son ilimitados y perduran en el tiempo.

Debemos comprender el poder de la Palabra de Dios, pero aunque en menor medida las nuestras también tienen poder, cuando emitimos una palabra estamos produciendo un poderoso efecto en el mundo espiritual, transformemos nuestra lengua en una sin igual herramienta de bendición, renovemos nuestra mente con la Biblia, con la Palabra de Dios.

Cambiemos nuestro léxico de derrota por uno de victoria, comencemos a usar nuestra lengua según Efesios 5:19-20, como instrumento de bendición y edificación, comencemos a ser un pozo de agua dulce para los demás y para nosotros mismos; comencemos a edificar conforme a la imagen de Cristo, comencemos a confesar:

SANIDAD, muchas veces usará Dios los médicos y las medicinas puesto que Dios previó eso (Jeremías 8:22) y otras veces Él se deleitará obrando milagros; comience a orar y recordar a Dios sus promesas, cumpla sus leyes y apodérese de la sanidad divina, (Isaías 53:4-5; Santiago 5:14-15).

PROSPERIDAD, si estás en necesidad recuérdale a Dios que tu prosperidad es señal de su pacto (Deuteronomio 8:18); cumple con Dios y Él te prosperará, un verdadero creyente no da porque tiene sino que tiene por que da.

SANTIDAD, porque si no vives en santidad pierdes las promesas de Dios, claro que la santificación es progresiva pero debemos encaminarnos hacia ella, debemos comenzar a caminar en ella; Él quiere que realmente seamos linaje escogido, pueblo adquirido por Dios, (1 Pedro 1:1-2).

PAZ, GOZO Y FELICIDAD para nuestros seres queridos (Hechos 16:31; Salmo 37:25) y para nosotros mismos.

Debes saber que los milagros tal vez lleven tiempo en ocurrir y durante ese lapso el enemigo te tratará de desanimar o de que confieses derrota; no te prestes al juego, confía en Dios, mira la imagen de Cristo y edifica según sus líneas.

Cuanto mayor sea la comunión, cuanto mas íntima sea la relación que mantenemos con Él, cuanto más nos dejemos guiar por su Espíritu Santo, más nos sorprenderá con cosas nuevas que ni siquiera se nos hubieran ocurrido, “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).

Para finalizar, te diré que cuenta una historia que un niño interrumpía constantemente a su padre que trabajaba en casa pues estaban solos y este niño no hallaba con qué entretenerse el padre, ya molesto por las interrupciones que le impedían concentrarse en su tarea buscó la forma de que estuviera ocupado por algún tiempo.

Halló en una revista un mapa bastante grande he hizo con él un rompecabezas; siendo el niño pequeño y sin conocimientos pensó que le llevaría tal vez días armarlo, pero la sorpresa fue cuando regresó a los pocos minutos con todo el mapa armado; entonces le preguntó el padre cómo hizo para armarlo tan rápidamente.

El niño respondió: Fue fácil, en otro lado hay una figura muy simple, la armé y así quedó armado todo el mapa.

Conclusión

Para una persona que tiene el alma rota o su interior destruido, el mundo entero le parece destruido y su propia vida parece un gran rompecabezas; cuando recibimos a Cristo como nuestro Señor y Salvador, pasando Él a ocupar el centro de nuestra vida, pasaremos a armar el gran rompecabezas basados en la imagen de Jesús y así se irán arreglando todas las áreas de nuestra vida y ubicándose en el lugar apropiado nuestras metas y propósitos.

© Luis Alberto Coria. Todos los derechos reservados.

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Luis Alberto Coria
Pastor jubilado de la iglesia Nueva Jerusalén en provincia de Córdoba República Argentina.

1 comentario en «Si estás buscando prosperidad»

  1. Que poderosa predica aleluya aleluya todos acá nos gozamos con sus predicas es una gran comunidad que está creciendo pastor Coria usted con sus predicas nos pastorea es verdad pastor Coria nos gozamos en la Palabra de Nuestro Dios por medio de sus predicas poderosas y inspiradas

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