Los cimientos de la iglesia

Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Prédica de Hoy: Los cimientos de la iglesia

Predica Cristiana Texto Bíblico: Mateo 7:24-27

Tema: La necesidad de revisar los cimientos de la iglesia

INTRODUCCIÓN

Jesús termina el sermón de la montaña con esta parábola, y así sellar todo el contenido con lo mas importante, “escuchar y practicar”, son palabras que vienen de Jesús. Ser cristiano no es pertenecer a una estructura denominacional, ser cristiano es practicar y escuchar las palabras de Jesús, sí esta práctica se ha olvidado en la iglesia, nuestro cristianismo es falso, “insensato” y no tienen dirección.

Jesús lo dejó muy claro en su sermón, Mateo 7:12 “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas”. Nosotros podemos traducirlo a nuestro tiempo, “porque esto es el Evangelio de Cristo”.

La parábola es un llamado a revisar los cimientos donde estamos edificando la iglesia de Jesús, escuchando y practicando sus palabras, o edificando en arena que no posee la solides del Evangelio de Jesús. Pablo toma del mensaje de Jesús para decirnos: 1ª Corintios 3:10 “Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, eché los cimientos, y otro construye sobre ellos. Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye”.

Variedad de fundamentos

En la iglesia se han creado una variedad de fundamentos: Costumbres, tradiciones, mandamientos, formulas, disciplina, consignas y dogmas que no armonizan con el evangelio de Jesús. El mensaje de Jesús sigue siendo el mismo hasta el día de ahora, Mateo 7:21 “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.

No somos cristianos porque nos reunimos el domingo para cantar, ofrendar y escuchar el sermón de ese día, somos cristianos cuando ponemos por práctica las palabras de Jesús, Mateo 5:23-24 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. El Evangelio de Jesús pretende enseñarnos a vivir una vida cada vez más humana.

I. EL FUNDAMENTO SOBRE EL CUAL ESTAMOS CONSTRUYENDO

La iglesia comprometida en su proyecto.

Dos hombres construyendo una casa, ambos están comprometidos para una buena obra, nadie esta pensando o queriendo hacer una mala construcción, pero la diferencia consiste en el cimiento donde cada uno esta construyendo.

La iglesia cuando no escucha, ni pone en practica el evangelio de Jesús, esta construyendo sobre un fundamento frágil e inseguro, no estamos construyendo nuestro cristianismo sobre el cimiento solido del evangelio de Jesús. Pablo dice en 1ª Corintios 3:12-13 “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará”.

Es posible que no estemos construyendo sobre la verdad del evangelio, hemos estado demasiado atentos involucrados en actividades, reuniones, fiestas, comidas, actividades del quehacer religioso, que han venido a convertirse en los cimientos de nuestra edificación y nos hemos olvidado del evangelio de Jesús.

Los cimientos religiosos del pueblo judío no encajaron con el evangelio de Jesús. Mateo 23:23 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.

La iglesia arraigada en lo más profundo de sus actividades religiosas, está construyendo su evangelio sobre arena, y esta dejando lo más importante del evangelio, “la justicia, la misericordia y la fe”

¿Cómo estamos construyendo?

Las doctrinas por ser creación humana son imperfectas, y cuando la iglesia está trabajando en la formación de discípulos de un cuerpo doctrinal, el evangelio de Jesús escasea en la iglesia. La doctrina posiblemente no encaje en alguna determinada sociedad; pero el evangelio de Jesús es para todas las sociedades del mundo y en cualquier tiempo, época y cultura, porque el evangelio no es una doctrina, ni mucho menos una religión.

El Evangelio nos enseña a vivir la vida y relacionarnos con nuestros semejantes. Mateo 5:44-45 “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”.

Si la iglesia no va en esta dirección los cimientos donde está construyendo, no es la verdad del evangelio, y aunque lo grite desde el pódium o púlpito, su evangelio es “insensato”. Hay que revisar si la iglesia le está siendo fiel al evangelio de Jesús, o a una estructura doctrinal, ser honestos con realismo, cuales son los cimientos donde estamos construyendo la iglesia. No basta seguir clamando “Señor, Señor”, es necesario escuchar su Palabras y hacerlas en una vida práctica.

II. ESCUCHAR Y PRACTICAR EL EVANGELIO DE JESÚS

Palabras que son espíritu y dan vida

En las primeras comunidades cristianas del primer siglo, se leían los evangelios no como palabras dichas por Jesús en el pasado, sino como palabras que en cada tiempo son espíritu y vida, Juan 6:63 “las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Los Evangelios deben leerse en ese sentido, donde Jesús nos invita a construir nuestra vida sobre sus palabras, Mateo 7:24 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”.

La iglesia cada día se está alejando del evangelio de Jesús, sin embargo, proclama predicar el mensaje de Jesús; pero Jesús no se observa en la iglesia, vive involucrada en otras actividades, menos en predicar el evangelio de Jesús, el evangelio de Jesús es compasivo y de misericordia, así lo dijo Jesús. Lucas 6:36 “Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”.

Dios quiere misericordia antes de la ofrenda y culto.

Si no aprendemos de Jesús que lo primero para Dios es siempre la misericordia, nos falta algo esencial para ser sus discípulos. Una Iglesia sin misericordia es una Iglesia que no camina tras los pasos de Jesús, y está próxima a morir. Apocalipsis 3:1 “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”. De continuar en esta dirección, la ruina que se avecina para la iglesia será grande.

Para ser seguidor de Jesús, debemos adéntranos en su camino y seguir sus pasos, ser capaz de reproducir hoy en esta sociedad su estilo de vida, y abrir nuevos caminos al gran proyecto anunciado por Jesús, el “Reino de Dios”. La iglesia debe ser signo de misericordia; Jesús seguirá siendo siempre nuestro referente para vivir esta vida.

Jesús está en casa de Mateo, sentado a la mesa con los suyos. Pero no están solos. Muchos publícanos y pecadores acuden al banquete y se sientan con Jesús y sus discípulos. Jesús queda sumergido en un ambiente de pecadores. Mateo 9:10 “Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos”.

Esta actitud de Jesús representa el gran proyecto de un Dios que ofrece a todos su salvación: su misericordia de Padre no puede ser medida ni explicada por los hombres de la religión, Mateo 9:11 “Cuando vieron esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores? ”

Jesús responde a las acusaciones descubriendo la hondura de su actuación. En primer lugar, su manera de mirar a quienes, por razones diferentes, no viven a la altura moral de quienes actúan conforme a lo prescrito. Los ve como enfermos.

Más víctimas que culpables; más necesitados de ayuda que de condena. Así es la mirada de Jesús. Mateo 9:13 “Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”.

La iglesia no esta para marginar o condenar, debe ser signo de misericordia; pero muchas veces margina y condena aquellos que por alguna causa no viven de acuerdo con sus normas de religiosidad establecidas. Pensemos por un momento cómo actuaría Jesús, los condenaría o los recogería. ¿Cuál es el pensamiento de Jesús, “Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos”

CONCLUSIÓN

Cristo Jesús, es la piedra angular de la iglesia, donde los apóstoles colocaron el fundamento, Pablo hace la exhortación a construir sobre estos cimientos, Efesios 2:20 “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo”.

Lamentablemente la iglesia está construyendo en otros cimientos que no son compatibles con los ya establecidos en la Palabra de Jesús.

Cimientos como el dinero, la fama ministerial, el orgullo ministerial, el egoísmo ministerial, la envidia ministerial, un dios manipulable, un dios de reacción inmediata, un dios implacable, un dios de prosperidad, un dios de milagros, un dios negociador. Estos cimientos son frágiles y no soportan los fuertes vientos de la vida, cuando el cimiento es un dios de milagros, y no se hace efectivo, la casa se me derrumba.

Si mi cimiento es el de un dios negociador le ofrezco ofrendas, sacrificios y servicio para extraer el favor de Dios, y si no responde, cuando venga la lluvia la casa se me caerá. Como lo explico el apóstol Pablo, Cristo es la piedra angular, ¿qué debemos entender como piedra angular?

Aquí la respuesta: Mateo 22:37-40 “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.

Este es el fundamento donde la iglesia debe edificar, para decir que somos seguidores de Jesús, que escuchamos y practicamos su Palabra.

© Francisco Antonio Martinez. Todos los derechos reservados.

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