El clamor que se somete a la voluntad de Dios

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: El clamor que se somete a la voluntad de Dios

Bosquejos Bíblicos Lectura Bíblica: “Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (VRV1960) Él clamará a mí, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; le libraré, y le glorificaré; de larga vida le hartaré, y le mostraré mi salvación”. Salmos 91:15-16 (VM)

INTRODUCCIÓN:

Cuando clamamos al estar atravesando por circunstancias difíciles, pero estamos en la confianza que todo esto está en la perfecta voluntad de Dios, esto provoca un crecimiento espiritual en nuestras vidas y la satisfacción de saber que Dios no nos dará carga que no podamos llevar. Dios siempre tiene el control.

Así, pues, si clamamos en medio de una necesidad, pero lo hacemos confiados en que la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros, y aceptaremos lo que Él decida para nuestras vidas, entonces nuestra clamor en oración nos proporcionará excelentes bendiciones. Veremos algunas de esas bendiciones a continuación.

I. EL CLAMOR PROPORCIONA FORTALEZA

a) Al clamar Dios multiplica nuestras fuerzas cuando éstas se han agotado.
b) Al clamar el poder de Dios se perfecciona en nuestra debilidad.
c) Al clamar estamos llamando al Todopoderoso.

II. EL CLAMOR PROPORCIONA CONFIANZA.

a) Cuando clamamos sabemos que Dios nos escucha.
b) Cuando clamamos sabemos que Dios está con nosotros.
c) Cuando clamamos sabemos que Dios nos responde.

III. EL CLAMOR PROPORCIONA VICTORIA.

a) Nuestro clamor hace que el poder de Dios se manifieste.
b) Nuestro clamor transforma las circunstancias adversas en bendiciones.
c) Nuestro clamor nos lleva de triunfo en triunfo.

CONCLUSIÓN:

El Señor Jesucristo mismo atravesó por un momento crítico, al experimentar la carga del pecado de la humanidad. Sus fuerzas físicas se acababan y tuvo la necesidad de clamar al Padre. “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Mateo 27:46

Experimentó el deseo de abandonar aquella experiencia, sin embargo el saber que la voluntad del Padre era otra, pidió fuerzas, tuvo la confianza y experimentó la victoria.