Aquel joven especialista posteriormente sufrió un problema de cálculos en sus riñones y fue valorado por su colega que le dijo: “no te preocupes, que yo soy gallo para estos procedimientos “
Entonces él, en condición de paciente le dijo: esas son las palabras que más me dan miedo ahora antes de someterme a una cirugía como está, no veo a Dios en tu vocabulario, yo te pediría que oráramos antes de ese procedimiento por sencillo que fuese.
El Urologo le dijo: ¿Dios? No, yo no puedo hacer eso que me pides, eso es debilidad, el que sabe sabe. No necesito andar orándole a nadie.
El especialista ortopédico dijo: colega, buscaré una segunda opinión entonces, pero no siento paz.
Wilson salió de aquella consulta y se fue a buscar a otro colega y amigo, y finalmente llegó donde otro homólogo y le explicó sobre su caso, y el Urologo le dijo: bueno, yo solo puedo saber que ni una hoja de un árbol se mueve si no es por la voluntad De Dios.
Así que aquí está la orden de ingreso para mañana, pero toma estos analgésicos y en el nombre de Jesus tómalos, recuerda que Dios puede también hacer que esa piedra incrustada allí en la pelvis renal pueda desintegrarse o disolverse de la noche a la mañana, pero eso no esta en mis manos, así que mañana nos vemos.
Después de aquel analgésico, los dolores cesaron y esa noche mientras se levantó al baño de su habitación, y al empezar a orinar un dolor intenso en su espalda, y que se le irradió a su escroto derecho y una sudoración se apoderó de Wilson el joven especialista, y expulsó una piedra color negra con varios salientes como pequeños cachitos que alguien pudiera decir, y con poco de sangre en su micción y dio un grito de dolor y alegría y dijo: ¡Dios es bueno! Todo lo que haga lo haré en el nombre de Jesus de ahora en adelante.
Al siguiente día el se realizó un ultrasonido abdominal, y en efecto su cálculo había desaparecido, y su dolor y eso evitó su cirugía.
El Urologo le dijo: no solo no te opere, sino que mi fe en Dios aumentó aún más y más.
Wilson dijo: como me está hablando Dios a cada momento y me he hecho el sordo y el ciego y a cada momento en nuestra área nos habla.
En la mucha ciencia la fe es una palabra olvidada, más no sabiendo que ambas proceden del mismo ser y algunos solo conocen una de ellas, y cuando manipulan a su conveniencia, solamente a una por separado entonces es cuando los problemas vienen a las personas, ambas deben ir juntas para así aún más glorificar a Dios.
Si solo usas una de ellas corres el riesgo de envanecerte y terminar derribado y lleno de egocentrismo y olvidar de dónde proceden ese vasto mundo.
Conocemos poco del conocimiento y conocemos aún menos de la fe en Jesus, la fe avala el conocimiento y el conocimiento avala la fe, pues ambas proceden del mismo Dios quien ha dejado en las manos de los seres humanos para beneficio de los unos por otros.
Muchas personas son víctimas del mucho conocimiento solo, y muchos son víctimas de la fe sola. Ambos deben ir concatenados pues un profesional de la salud que no tiene la habilidad para hacer algo que nunca ha aprendido, aunque diga tener fe está siendo falto.
El profesional que aún sabiendo los conocimientos que tiene y aún así ese conocimiento lo pone a los pies del que emana dicho conocimiento eso es en verdad maravilloso pues queda concatenada la fe en el ser todo poderoso y los conocimientos que emanan de arriba al que pide con fe.
Pues La Fe en Jesus es algo más que solo sanar algo para el momento, es algo que es el sello de todo lo que hace lo hace como para Dios y con responsabilidad.
Los profesionales de la salud y otros campos han perdido este eslabón de la Fe, por eso su “Éxito” es tan pesado que no pueden cargarlo y llevarlo por mucho tiempo y menos a la eternidad, pues todo se lo consumió su egocentrismo y se quedan sin nada para llevar, ni siquiera la Fe para poder pasar a los pastos verdes y ver el río que cruza dichos pastizales y ver las calles empedradas de oro y el mar de cristal que Dios ha prometido a los que crean de verdad en su nombre.
“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres“. Colosenses 3:23
© Dr Mauricio Loredo
