Los siete pecados capitales en la comunidad cristiana evangélica

GULA:

GULA: La palabra gula viene del latín gula, que significaba garganta, gaznate, y pasó a significar voracidad. La voracidad no sólo puede estar asociada con la comida, la voracidad también es la ansiedad o deseo exagerado de consumir, poseer o dominar.

Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;” (Mateo 20:25-27)

La gula o deseo exagerado de consumir, poseer o dominar, se encuentra entre nosotros. Un ejemplo realmente actual es lo que hoy ocurre en ciertas iglesias evangélicas en las que hay un grupo de pastores que se hacen llamar apóstoles. Ya todos los conocemos y no necesitamos nombrarlos para no herir susceptibilidades. La Biblia claramente especifica que el último apóstol elegido por el mismísimo Señor Jesucristo fue Pablo de Tarso y que no hubo, ni habrá otro después de él. Pero hoy en pleno Siglo XXI nos encontramos con un grupo de pastores que han pagado unos 250 dólares por cabeza para obtener el título de supuesto “apóstol”. Hermanos, estos tales apóstoles no son como Pedro, Juan, Mateo, Felipe, etcétera, que eran personas de gran corazón, formadas por el mismísimo Señor Jesucristo. Estos apóstoles modelo Siglo XXI buscan tener cierta jerarquía que va más allá de su “rol” de pastor, sintiéndose un selecto entre otros pares y estableciendo regímenes que no son del todo cristianos para incrementar sus ingresos.

Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” Mateo 23:12

IRA:

IRA: La palabra ira viene de latín ira (cólera, enojo). De ahí también las palabras: airar, iracundo y airado.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.” (Efesios 4:31)

El diablo obra en nuestras mentes en forma de ira, pero no es algo notable, sino que lo hace muy sutilmente. Pensemos que por ejemplo tenemos la manía de mentir, entonces le mentimos a nuestra familia, a nuestro jefe, a nuestros amigos, etcétera. En el día domingo venimos a la iglesia y justo el pastor está dando una predica sobre la mentira, pero no una prédica de esas que apenas nos explica que es, sino una predica en la que el Señor literalmente nos azota y nos recuerda todas las mentiras que hemos dicho y esto, obviamente no va a hacer sentir bien a quien es el padre de la mentira, es decir a Satanás, entonces sistemáticamente va a empezar a lanzarnos dardos a nuestra cabeza con planteos para llevarnos a la ira, y a través de esa sensación de enojo llevarnos lenta pero seguramente a dejar de ir a la iglesia. Porque estamos enojados. Entonces pensamos: “Bueno espero que el pastor escarmiente, y para el mes que viene vuelvo”. Pero pasa el mes y no volvemos, dos meses y seguimos enojados, tres meses y lo mismo. Y cuando menos lo pensemos ya no iremos más a la iglesia.

El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.” (Proverbios 14:29)

ENVIDIA:

ENVIDIA: La palabra envidia viene del latín invidere, compuesta de “in” (poner sobre, ir hacia) y “videre” mirar. Envidia significa, pues, “poner la mirada sobre algo”. ¿Curioso, no?

No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.” (Éxodo 20:17)

La envidia como tal, en la comunidad cristiana, se encuentra presente pero no de forma pública: Es muy difícil que un hermano cristiano diga abiertamente: “Que bella es la casa del hermanito… uy ojala pudiera tenerla para mi”. Esos comentarios se piensan, pero no se dicen, ¿no? Por el contrario, encontramos y demasiado en nuestra comunidad, al “primo hermano” de la envidia, que es el chisme, de eso sobreabunda en nuestra comunidad. “Ay hermanita, ¿viste la ropa que se puso la hermanita tal? Ese saco la hacia parecer como con 10 kilos de mas… le quedaba espantoso!” o “Hermanito, ¿vio lo que le pasó al hermanito tal? Lo dejo la esposa! ¿Como le parece? Fija que eso le pasa por perro…”. Lo que muchos ignoran es que con estos comentarios chismosos, no están desatando el chisme, sino que están aflorando su propia envidia, porque “la hermanita” no aceptaba que el vestido de su par sea de ella o que “el hermanito” no aceptaba que el par estuviera casado con su esposa ya que la quería para el.

He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.” (Eclesiastés 4:4)

AVARICIA:

A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.” (1 Timoteo 6:17)

AVARICIA: La palabra “avaricia” viene del latín avaritia y esta de avarus (avaro) la cual proviene del verbo avere (desear, querer, anhelar, con sutil significado de ansia) y está relacionado con el sánscrito amar, o querer.

Lamentablemente este pecado esta haciendo estragos en muchas iglesias cristianas, y lo que es aún peor, se hace carne en muchísimos pastores. Últimamente, estamos viendo que pastores, argumentando diversas cosas que no llegan a ser más que excusas, están comenzando a cobrar un monto mínimo de diezmo, o un monto mínimo de ofrenda y lo que es todavía peor, muchos cobran por predicar cuando sinceramente no están pasando necesidades materiales ya que poseen grandes congregaciones. Además, vemos que con el fin de incrementar sus ingresos (o “la obra” tal como justifican) son capaces de hasta hacer negociados dentro del templo. Cosa que como sabemos puso furioso a Jesucristo.

El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.” (Eclesiastés 5:10)

SOBERBIA:

Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores, y a los humildes dará gracia.” (Proverbios 3:34)

SOBERBIA: La palabra soberbia viene del latín superbus (el que está por encima, altanero), con una sonorización de la p intervocálica. Superbus es un derivado de súper, adverbio, preposición y prefijo que significa “por encima”. De él se derivan muchas palabras latinas, algunas de las cuales nos han quedado, como superar, superior, insuperable o supremo.

La soberbia es un supuesto rol que se ejerce en la iglesia para notar diferenciación entre hermanos, y las causas son muchas: que si el pastor elogió mi comentario, que si soy quien mejor vestido está en la iglesia, que si tengo más dinero que tal o cual hermano o hermana, no debería tratarla como a un igual, en fin, son muchos los comentarios o pensamientos que se dan en las congregaciones con cargas que denotan soberbia. Y lo más raro es que es un pecado que muchísimos cristianos practican pero muy pocos lo asumen como tal. Este pecado genera confrontamientos, celos, y divisiones dentro de las iglesias.

Mejor es humillar el espíritu con los humildes, que repartir despojos con los soberbios.” (Proverbios 16:19)

CONCLUSIÓN:

Existen muchos pecados que son la base de otros pecados, las consecuencias de estos, dan origen a las peleas, a las divisiones y hasta en muchos casos llegan a causar el fin de las obras de Dios. El Creador nos confió a todos nosotros para que, siendo sus hijos, contribuyamos a agrandarlas.

Sin embargo, con o sin conciencia, le damos un espacio al diablo para que ataque a la obra de Nuestro Padre. Debemos ser conscientes de nuestros errores para no volver a cometerlos, ser fuertes y resistir a estos vicios, que no son más que el señuelo que nos pone el enemigo para debilitarnos a nosotros mismos y obviamente a Nuestro Señor.

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