Procuremos crecer en la intimidad con Dios

Aarón: líder con poca firmeza; está en el valle = figura de lugar bajo, lejos de Dios y no oye su voz, sino la del pueblo (Éxodo 32:1-2).

Josué: líder fiel a Moisés, pero falto de discernimiento, está en la mitad de la montaña = lugar intermedio, no sabe que pasa arriba, ni que pasa con el pueblo (Éxodo 32:17-18), pero sigue allí.

Moisés: líder en la presencia de Dios que oye su voz y sigue su dirección; está en la cima, en lo alto del monte = significa lugar de revelación (Éxodo 32:7-8).

Dios revela sus secretos y su voluntad personal en la intimidad, Éxodo 34:3-4.

Y no suba hombre contigo, ni parezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. Y Moisés alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra”.

Dios se revela en general a través de la creación. Sin embargo, hay diferentes niveles de revelación particular del Señor. Moisés debía estar a solas con Dios. Cuando alguien busca a Dios, Dios viene a él (Éxodo 34:5).

Allí Dios reveló: la Ley, el modelo y construcción del tabernáculo, las instrucciones para el sacerdocio, y el orden para marchar por el desierto (A veces Dios no nos quita el desierto, sino que nos instruye para atravesarlo).

3) EN LA PRESENCIA DE DIOS OCURRE LA TRANSFORMACIÓN

La verdadera amistad implica tiempo, Éxodo 34:28Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos”.

Los cuarenta días nos hablan de tiempo (de hecho en la Biblia el numero 40 significa prueba: Israel anduvo 40 años por el desierto, 40 días Jesús ayuno,). Desarrollar amistad requiere tiempo y es fortalecida en las pruebas. Hoy día nuestra sociedad corre a gran velocidad… Sin embargo Dios espera de nosotros responsabilidad en nuestra vida espiritual. El devocional diario es fundamental (el tiempo diario con Dios).

Hay muchos enemigos del tiempo para Dios: los afanes, las preocupaciones, el exceso de trabajo, la pereza, la inconstancia, etc.

La transformación no es el resultado de un momento, sino de un proceso en Su presencia (Éxodo 34:29-30).

Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano… no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él”.

Moisés invirtió tiempo, esfuerzo propio, compromiso, sometimiento, un deseo profundo y personal por Dios. La transformación, el resplandor (gloria) vino “después que hubo hablado con Dios”, y los demás lo vieron, Moisés no tuvo que anunciarlo.

Conclusión:

Cuando estamos en Su presencia, muchas cosas comienzan a ocurrir en nuestra vida, busquemos a Dios, con perseverancia, con pasión, con expectativa de lo nuevo que él trae a nuestras vidas. Dios quiere manifestarse en ti, y a través de ti.

© Gonzalo Sanabria. Todos los derechos reservados.

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