Inicio » Ilustraciones Cristianas » Una oración personal

Una oración personal

Acabo de cantar aquel famoso salmo cinco de David, sin exagerar creo que lo he cantado más veces que el mismo salmista. Mi pensamiento y mi voz siempre retumban al clamor que constantemente lo hago a Jehová. En mi boca siempre está la frase: “Escucha Señor mi oración, considera mi pensamiento, atiende a la voz de mi clamor porque a ti oraré”.

Sin embargo, ¿Quién soy yo para que tú te acuerdes de mí? ¿Nada ni nadie, verdad Señor? Soy tan insignificante que tal vez no te has percatado que existo y creo en ti, soy demasiado pequeño ante tu grandeza.

¿Sabes cuánto mido? Ni siquiera alcanzo los dos metros de altura, dondequiera que me encuentro no ocupo ni un metro cuadrado de superficie y pensar que todo el planeta que nos has dado tiene 510’082.000 km. cuadrados, no metros cuadrados. ¿Te imaginas Señor? No soy nada frente a esa inmensidad.

Muchas veces he alzado mis ojos al cielo para tratar de buscarte en el infinito. He subido varias veces a algunas montañas para que puedas divisarme mejor, pero todos esos esfuerzos han resultado infructuosos. Me he dado cuenta que esas nubes que yo veo desde abajo no alcanzan ni los 5.000 metros de altura y, difícilmente logran alcanzar los 10.000, a pesar de que nuestra atmósfera posee por lo menos 1’000.000 de metros de altura.

¿Quién soy yo frente a esa dimensión? Aun más, si la atmósfera tiene 1’000.000 de metros de altura, para llegar hasta el sol se requiere viajar 149’504.200 km., aunque pareciera que está cerca, pero está tan lejos que su luz a una velocidad de 300.000 km. por segundo, nos llega en 8 minutos y 18 segundos. No soy nada, apenas un polvo cósmico en todo el infinito.

¿Dije infinito? ¿Qué significa eso? Si yo no soy nada comparado con la Tierra que tiene 510’082.000 km. cuadrados de superficie, así también la Tierra no es nada frente al sol que tiene una superficie 11.900 veces más que la Tierra.

Igualmente nuestro sol es uno de los más pequeños frente a los 50.000’000.000 de soles que existen en la Vía Láctea. Esta Vía Láctea tiene aproximadamente 200.000 años luz de distancia, es decir que si yo deseo viajar de un lado a otro, debería fabricarme una nave que viaje a 300.000 km. por segundo (algo que hasta el momento es imposible para el hombre) y a esa velocidad viajar 200.000 años, cuando yo apenas viviré máximo 100 años.

De ahí que el solo imaginar cómo es la Vía Láctea me trastorna, y pensar que en todo el universo hay unas 100.000 galaxias como la Vía Láctea. Tienes razón Señor de no acordarte de mí, pero necesito tu protección, tu provisión y tus promesas cumplidas en mi vida.

Algo muy cierto que dice tu palabra es que cuando alguien confía en ti, te alegras más por él que por 99 que están dentro de tu redil. Te digo con sinceridad que lo creo porque yo me considero dentro de tu redil, por tanto, olvidado. Alguien dirá que no es cierto, que pida y será hecho, que busque tu reino y todo será añadido, que todas las cosas me ayudan a bien, que tu Espíritu Santo me ayuda en la debilidad, pero necesito más de cerca tu respuesta.

Señor dame sólo la vida abundante, que implica tu protección, tu provisión y el cumplimiento de tus promesas en mi vida y con seguridad te serviré con mayor entrega. ¿Acaso pido demasiado? No lo creo, pero si fuera posible quisiera a partir de hoy mismo ver tu respuesta. Contempla mi vida Señor, tú sabes lo que siento y lo que pienso, yo te amo mucho, trata de comprenderme, por favor.

Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

Deja un comentario