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El Zapatero de la gran Ciudad 2da Parte

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

Aquel amable zapatero le dijo: son 6 lempiras mi ilustre médico .

Ángel sacó de su billetera el dinero y le dijo: -Don Agustín, muchas gracias, no tiene idea como le agradezco esta gran pasada que me ha hecho .

Y El zapatero le contestó: – ya sabe, cuando necesite mis servicios, aquí en el mismo lugar me tendrá usted doctor, ah y recuerde esos zapatos no serán para mucho tiempo pues la calidad del material del que están hechos no es buena!

Ángel salió contento mirando y mirando sus zapatos, ahora ya no importaba ver algunos zapatos en exhibición en las tiendas, ya tenía lo que necesitaba, zapatos para rato.

Pasaron 2 meses y Ángel regresó a aquel ameno lugar donde Don Agustín le recibió con una cara de alegría .

Doctor, buenas tardes, qué alegría verle, y ¿qué tal le va por esa práctica en ese gran Hospital ? Allí sí que tienen trabajo ustedes los médicos y enfermeras !

Ángel le contestó: Mire Don Agustín, aquí de nuevo, el Hospital siempre lleno de trabajo, usted ya se imagina.

Don Agustín A quien no le fallaba el periódico, le dijo: Mire Doctor, siéntese y lea un poco, y ahora que me trae?

Ángel abrió una bolsa negra de supermercado y le dijo: Aquí de nuevo con mis “caites” bien me dijo usted que no sería para mucho tiempo .

Don Agustín tomó los zapatos y le dijo: um!! Déjeme ver déjeme ver!

Ángel miró como Don Agustín sin ningún tipo de mala cara y acostumbrado a los olores de las cuerina su cueros, sus dedos gruesos y descamados pero que tenían una firmeza observaba sus zapatos y los analizaba, Ángel al ver dicha escena y ver la seriedad de cómo tomaba Don Agustín sus viejos y rotos zapatos blancos realmente veía que El quería ayudar a las personas a que se pusieran de nuevo sus calzados y que estuvieran cómodos con dicho trabajo que solo costaba unos lempiras en ese tiempo .

Finalmente Don Agustín le dijo: Mire mi querido Hombre de Blanco, yo a estos no les veo arreglo, lo ideal doctor es que compre otros!

Ángel le dijo: Mire Don Agustín, realmente no tengo dinero, aún no nos pagan y le pido que por favor me ayude dándole un poco de vida a esos zapatos pues ese tiempo me serviría para poder esperar el pago y comprar otros.

Don Agustín quedó viendo al joven practicante y con mucha estima le dijo: Mire doctor deme chance para analizar este caso, pues está bien complicado pero déjeme ver qué puedo hacer por usted.

Ángel en ese momento estaba sintiendo como aquel Zapatero se interesaba de una forma tan entregada en unos viejos zapatos blancos que eran ya prácticamente basura, pero al no tener el metálico para comprar otros entonces si podía ahora entender lo que se siente que le arreglen los zapatos en una gran necesidad cuando hay un corazón agradecido y Dios pone las personas adecuadas entrenadas en las áreas que nos necesitamos los unos a los otros, Ángel meditaba dentro de sí, sobre su labor como médico practicante, este viejo zapatero estaba siendo uno de sus mejores maestros de la vida ya que su entrega en lo que hacía con cada nuevo caso de viejos zapatos lo hacía de manera tan especial y profesional en su nivel.

Ángel recordaba cuando en las emergencias llegaban las personas con sus familiares y cuando veian trabajar a cada médico practicante podría ser que sintieran algo similar a lo que él estaba sintiendo si es que lo hacía con pasión y compasión por una vida, pero como era posible que un zapatero podría enseñar algo de la misma vida a un joven médico practicante ? Estas son las perspectivas que cada persona puede tomar de otra para llenar y poner en práctica en su propio oficio o profesión .

Pero, ¿por qué impactaba esta escena en la vida de un futuro médico? Por la pasión que se pone en lo que se hace y el verdadero deseo de querer ayudar a un necesitado de algo .

Ángel mientras meditaba todo esto fue interrumpido por aquel zapatero y le dijo: Doctor estese tranquilo, veré qué puedo hacer, usted por mientras vaya a su casa y estudie esos casos difíciles que le tocaran a usted, recuerde estimado que usted no sólo por el talento y su inteligencia llegará muy alto sino por ese espíritu de determinación que le veo y brota de usted.

Ángel preguntó: – ¿Y como sabe usted que tengo determinación en la vida ? El zapatero le dijo: – el hecho de traerme estos viejos zapatos, me hace pensar que usted no lo pararía nadie, pues se requiere valor para una persona de su nivel venir hasta aquí a un viejo mercado y con un viejo zapatero ponerse a hablar, la mayoría mandan a otras personas puede ser por vergüenza o falta de interés a pesar que tienen la necesidad. Por eso le digo eso.

Muchas personas piensan que solo porque tienen el talento y la inteligencia en que llegaran donde quieren, pero fíjese que no doctor, yo he visto tantas personas que tienen la inteligencia y el talento y les veo en esa cantina de la esquina, allí desfilan hasta colegas suyos, por eso le digo, no sólo la inteligencia es importante ni los talentos que Dios nos da, también es necesario ver para arriba mientras estamos de rodilla y ver para lo que somos buenos y tener clara determinación en la vida mi querido doctor .

Ángel pensó dentro de sí que aquel viejo, quien estaba dando cátedra desde su pequeño blanquito de zapatero y daba gusto verlo laborar debería ser llevado a dar clases de vida a la universidad, pues muchos jóvenes engañados que pierden su tiempo y creen que solo lo que aprenden en las aulas de clases es lo que les serviría en la vida, pero eso solo ayuda técnicamente, pero estas vivencias son las que realmente podían hacer crecer a cualquiera viniendo de alguien que no se pensaba tenía una filosofía de los golpes de la vida y los ejemplos que había visto y vivido en sus tantos años de existencia .

Ángel aún sabiendo que no le iban a reparar sus zapatos ese día pero se quedó aún más tiempo con aquel sabio hombre que le daba aún mucha enseñanza aún sin saberlo el viejo zapatero. Ángel le dijo al zapatero de la gran ciudad: — ¿sabe algo? Gracias a Dios por no tener dinero a estas alturas y poder venir personalmente a este lugar, pues yo sé que algún día me podré comprar cualquier par de zapatos, pero me llevaré estos sabios consejos que los estoy aprendiendo antes de tener más zapatos y no lo vuelva a necesitar a usted .

Don Agustín le dijo: – si Doctor, usted después ya no necesitará zapateros, pues habrá alcanzado otro nivel de vida, pero lleva dentro el sello de cuando no tenía para comprarse zapatos y eso es lo que importa. Hay experiencias y eso es lo que cuenta . Dios nos regala experiencias no para que vivamos en ellas ,es para que aprendamos de ellas.

Finalmente 2 días después Ángel tenía reparados sus blancos zapatos y ahora le dijo el zapatero: – bueno despídase de esos zapatos una vez que se rompan, pues me tuve que ingeniar para que usted los pueda usar por una última vez, por lo menos le dará chance para cuando le paguen en el hospital.

Ángel le contestó: Si eso haré Don Agustín .

Don Agustín muy triste le dijo: fue un placer conocerlo mi estimado doctor, los zapatos nuevos nos separaran de ahora en adelante, pero no olvide que aquí estamos a la orden y no se aparte de Dios, para que le de siempre buenos zapatos, recuerde que los zapatos serán un reflejo de su vida, ente más cómodos son los zapatos es porque cómodo se siente el dueño.

Ángel se despidió con mucha alegría en su corazón y sabía que contaba con un viejo amigo consejero de la vida y esa fue aquella ultima enseñanza de vida.

Ángel hizo su internado y servicio social, trabajo por muchos años, luego hizo su especialización y nunca olvidó a aquel zapatero y un día lo envió a llamar y le compró un traje fino a aquel zapatero y se lo llevó a la conferencias que este ahora especialista daba a muchas personas y aquel zapatero tuvo una excelente participación donde todos no dejaban de aplaudir por aquella gran enseñanza de vida .

Todos los jóvenes pedían fotografías con el zapatero de la Gran Ciudad Una frase dicha por este gran personaje de los zapatos fue: Nunca en mi vida pensé en vivir este momento, jamás pensé que alguien pudiera acordarse de mí y darme un privilegio de estos de venir a la casa de aquel joven que no tenía para comprarse un par de zapatos y ahora estoy viendo y disfrutando de la familia de este especialista .

Nunca podré olvidar un gesto como este, me lo llevaré hasta el cielo.

El especialista ahora, sabía que Dios había hecho aquella unión nuevamente, y que ese gesto es la forma que Dios quiere que podamos usar con aquellas personas que nos ayudaron en cierta forma en el proceso de nuestra superación y que lo hicieron con gran esmero y dedicación sin esperar nada a cambio.

El especialista Ángel dijo: el que más aprendió en esta etapa fui yo, y le doy las gracias a Dios, por darme la oportunidad de poder vivir estos momentos especiales de la vida .

Ángel ahora recuerda aquel momento que llevó al zapatero a dar una vuelta al mall de la gran ciudad y el zapatero le dijo: ¿sabe algo hijo? Nunca había venido aquí a este lugar! Yo conocí este lugar cuando era un potrero, pero jamás había podido venir hasta aquí, que lindo estos lugares, gracias por traerme y poder disfrutar de estos otros aires y ver lo bonito que son estos lugares llenos de tiendas y con aire acondicionado!

Ángel, tenía lágrima en sus ojos, y una alegría o gozo extremo en saber que Dios quiere que podamos brindar bendición y satisfacción a otros dejando nuestra ocupada agenda y dedicarlo a otras personas que necesitan de nuestra buena disposición, voluntad y ayuda .

Dedicado a un gran Amigo hasta la gran ciudad de Sps El Puma Don Abraham Márquez un buen amigo y un gran Zapatero de generaciones que ayudó a muchos a que se lucieran bien sus pies, pero son pocos lo que le recordaran ahora que ya se pueden comprar muchos pares sin visítarle más.

© Mauricio Loredo

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