Os he Llamado Amigos

La lealtad de un amigo se comprueba en los tiempos de gran gozo y en los tiempos de grandes pruebas. Jesús vivió con sus discípulos tiempos de mucha alegría, mientras se dedicaba a enseñarles tantas verdades nuevas y mientras crecían en su devoción hacia él. Pero hay que destacar que él, como nadie más, experimentó la deslealtad de aquellos que habían jurado no negarle ni abandonarle en su más terrible momento de prueba. Hablando de esa lealtad del amigo, ya muchos años atrás Salomón lo había expresado así: “En todo tiempo ama el amigo” (Prov. 17:17).

El amigo verdadero no le da vacaciones a su lealtad por aquellos a quienes ha prometido amor y fidelidad. Con esto desmontamos el mito que el mejor amigo del hombres es el perro. El perro tendrá mucha bondad y fidelidad, pero no podrá aconsejarte, llorar contigo o gozarse cuando tú te gozas.Un amigo es aquel que vendrá a luchar a mi lado sin ser llamado. Alguien lo suficientemente amigo para decirme las verdades que no quiero oír, aun sabiendo que todo lo que me dice pudiera enfadarme. Un verdadero amigo siempre te protegerá las espaldas, no permitirá que nadie hable mal de ti. En eso es conocida la lealtad del amigo.

2. El sacrificio del amigo v. 13.

Para ese momento, los discípulos no sospechan que el Maestro les esté enviando un mensaje real. Él iba a morir por ellos, porque han llegado a ser sus amigos. No es sino después de la resurrección cuando ellos entendieron estas palabras. La verdad es que de acuerdo a lo que Jesús nos dice en este texto, la mejor definición del amor es la del sacrificio. Para poner la vida por otro, necesariamente tengo que sacrificarme. Eso fue lo que hizo Jesús por todos nosotros; por lo tanto, el mejor amigo del hombre seguirá siendo Jesús.

David y Jonatán son un verdadero ejemplo en la Biblia acerca de una amistad real. Hay términos que son sorprendentes con los que la Biblia califica aquella limpia relación. La amistad entre los dos comenzó con estas palabras: “Lo que deseare tu alma, haré por ti” (1 Sam. 20:4).Estas palabras revelan el sacrificio de la identificación. Frente el odio que desató Saúl contra David, así reaccionó el amigo Jonatán: “Nunca tal te suceda; antes bien, si yo supiere que mi padre ha determinado maldad contra ti, ¿no te lo avisaría yo?” (v. 9). Estas palabras revelan el sacrifico de proteger al amigo. Una amistad no puede concebirse sin que haya un sacrificio El egoísmo es enemigo del verdadero amigo.

III. PARA JESÚS UN AMIGO VERDADERO ES AQUEL A QUIEN SE LE PUEDE CONFIAR LOS MÁS IMPORTANTES ASUNTOS

1. “Ya no os llamaré siervos…”v. 15ª.

La palabra para siervo es “doulos”, y traduce literalmente “esclavo”. Los esclavos no tenían derecho. Sus amos disponían de ellos como bien les pareciera, hasta la misma muerte si él quisiera. Normalmente un esclavo hace lo que se le dice sin comprender lo que hace su señor o su propósito. Si bien es cierto que esta no era la posición de Jesús con sus discípulos, pues la relación con ellos era más de maestro a alumno, Jesús les llamó en varias oportunidades siervos (esclavos) para que ellos entendieran cuál era la razón de su ministerio entre los hombres.

Los apóstoles le oyeron decir: “el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mt. 20:28).Cuando Jesús les reprendió acerca de quién de ellos era el mayor, dijo: “El que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor” (Mt. 20:26). Pero ahora no los llamará más siervos. La razón es porque Jesús entraría en una profunda intimidad con ellos. Los amos de antes jamás llegaban a esta decisión. En algunos casos los esclavos eran vendidos a otros amos. Que Jesús comience a llamar distintos a quienes son sus seguidores es porque nos quiere revelar algo mejor.

2. “El siervo no sabe lo que hace su señor…” v. 15b.

He aquí la razón por la cual Jesús invita a sus discípulos a un rol más profundo en su relación con él. Un siervo jamás podrá conocer los planes y los propósitos de su amo. Él no es invitado a una mesa de discusión para que comparta sus ideas acerca de algún proyecto que su amo tenga. El amo no tiene por qué tomar en cuenta a su siervo acerca de sus decisiones. Él sabe que esa persona tiene una sola posición y tiene una sola cosa que hacer: obedecer.

Bien pudiera el siervo anhelar tener algún privilegio como lo tiene el hijo de su señor. A lo mejor sueña con ser parte de la vida de aquella familia y que sea consultado para dar su aporte. Quisiera él entrar en una relación de amistad donde el amo lo busque para que lo aconseje sobre algún trabajo que va a emprender. Simplemente no es así. “El siervo no sabe lo que hace su señor” porque él no forma parte de su grupo íntimo. Este es un texto triste. Nos revela esa condición de aquellos que por no tener una relación personal con el Señor, no pueden experimentar las bendiciones que solo son reservadas para aquellos que son distintos a su condición. La verdad es que esta posición es propia de una falta de intimidad.

3. Los amigos conocen las cosas del Padre v. 15c.

He aquí la gran revelación de este texto. Jesús llega a una conclusión asombrosa. Él ha llamado “amigos” a sus discípulos para contarles todo lo que él sabe acerca del Padre. ¿Quiénes eran sus discípulos para ser tomados en cuenta con los “secretos del cielo”? ¿Cómo es que aquellos hombres tan vulnerables fueron escogidos para que el Señor le contara todas las cosas que oyó de su Padre se les haya dado a conocer? En el caso de Jesús, a diferencia de los amigos terrenales, su intención era que ellos divulgaran la confidencia. Tenían “luz verde” para hablar del asunto.

Cuando hablamos de los amigos verdaderos, estamos consiente que son a ellos a quienes les revelaremos lo que hay en nuestros corazones. Es por eso que los amigos son los únicos que conocen las confidencias de otros. A nadie más se le revelará un secreto, a menos que la otra persona sea de su extrema confidencia o su particular confianza. Lo que Jesús les ha dicho a sus discípulos es que los admite como amigos a un compañerismo libre e ilimitado, sin ocultarles nada de lo que he recibido de su Padre. ¡Qué privilegio para estos imperfectos hombres! ¡Qué bendición para todo creyente ser llamado amigo de Jesús!

CONCLUSIÓN:

¿Qué produce en su corazón el oír que el Señor le llame amigo en lugar de siervo? La verdad es que esto pareciera absurdo. ¿Cómo es que simples seres humanos puedan disfrutar de una amistad con el Todopoderoso quien creó con su palabra todo lo que vemos? ¿No es atrevido pensar que Dios se deleite conmigo, un ser sujeto a debilidades y con mis luchas y mis fracasos personales?

Bueno, fuera absurdo si lo viéramos bajo nuestra perspectiva, pero esto es una idea del Señor. El que Jesús decida llamarnos “amigos” es porque anhela tener con nosotros la más incomparable intimidad. Un siervo no se puede reunir con su amo para oírle íntimamente. Pero observe que Jesús nos llama “amigos” porque anhela nuestra comunión. Esta invitación es la más grande que ser humano pudiera conocer. ¿Me siento verdaderamente amigo del Señor?

(571) 251-6590

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