El poder de la intercesión

5. GUERRA ESPIRITUAL

Cada vez que una persona hace cosas positivas para Dios, Satanás tratará de detenerla. Mientras más alto suba por la escalera del liderazgo cristiano, más arriba estará en la lista de los ataques de Satanás.

Eso quiere decir que los pastores y otros líderes congregacionales estarán bajo ataque continuo espiritual, porque pasan la mayoría de su tiempo trabajando para edificar el Reino de Dios.

Pero quisiera ir un poco más allá de lo que hasta aquí hemos leído, permítame conducirlo hacia un secreto pastoral, reconozco que no todos los pastores tienen este problema en sus vidas pero este “problema” existe, no lo podemos negar, este es sin duda otra razón más de la importancia de la intercesión por nuestros pastores.

SECRETOS DE LA VIDA DE ORACIÓN DE LOS PASTORES

Muchos miembros de la iglesia dan por sentado que su pastor, como líder espiritual, se pasa mucho tiempo a solas con Dios. Aman su iglesia y a su pastor y asumen que este es <un hombre o una mujer de Dios>.

Pocos saben que uno de los asuntos principales en la lista de frustraciones pastorales es la brecha entre la vida de oración que los pastores saben que necesitan y el deseo que tienen, pero que al parecer no lo pueden poner en práctica en sus vidas.

Un pastor dice: “Yo, como la mayoría de las personas ocupadas estoy abrumado por las presiones, las fechas límite, las llamadas telefónicas, las “emergencias” y así por el estilo. A veces pienso que el diablo trabaja horas extra sólo para resguardarme de la oración” Conociendo al diablo, creo que estas palabras no son exageración.

¿CUÁNTO ORAN LOS PASTORES?

Se han realizado varias encuestas acerca de la vida de oración de los pastores, antes de reportar acerca de ellas, quisiera asegurarme de que es posible que no me esté refiriendo a usted cuando cite los promedios.

Usted, pastor podría ser uno de los que superan esos promedios: La revista Liderazgo, de origen norteamericano, halló que los pastores, oran más o menos veintidós minutos al día La institución Fuller, entrevisto personalmente a quinientos setenta y dos pastores a través de líneas denominacionales, regiones y por edades.

Se deseaba averiguar cuánto tiempo diario invertían los pastores en la oración. En esta encuesta no se tuvo en cuenta el estudio de la Biblia, la lectura de libros devociónales escuchar música espiritual ni ningún otro componente de una vida devocional plena. Sólo se ocupo de la oración. En la encuesta se hallo que:

  • 57% oraba menos de 20 minutos al día.
  • 34% oraba entre 20 minutos y una hora al día.
  • 9% oraban una hora o más diariamente.
  • El promedio general de tiempo invertido en la oración eran 22 minutos por día.

LA ORACIÓN ES LA RESPUESTA

¿Dónde? Halla el líder de la iglesia ayuda para combatir todas estas dificultades? La respuesta está en la oración. Tiene el poder de conquistar cualquier problema u obstáculo. Jesús lo demostró una y otra vez.

Su oración en el huerto de Getsemaní antes de su muerte enfatizo especialmente el poder de la oración. Dijo: <Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congrega dos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos> (Mateo 18:19-20).

La idea de acompañar en oración no es nueva. Muchas veces en el Nuevo Testamento los lideres cristianos pedían a la gente que orara por ellos y por otros. Pablo, por ejemplo pedía oración a los Romanos (15.30-31), a los Efesios (6:18-20), a los Colosenses (4:3) y a otros a los que escribió. Sin embargo, la intercesión en oración va mucho más atrás.

El primer ejemplo lo encontramos en el Antiguo Testamento, en Éxodo 17.8-13. Cuando los amalecitas atacaron a los hijos de Israel, dos hombres, Aarón y Hur, se pusieron en pie con Moisés, su líder, y le acompañaron con sus oraciones y su apoyo. Con la ayuda de Aarón, el hermano de Moisés, y un laico llamado Hur, Josué pudo obtener la victoria contra las fuerzas que trataban de destruir al pueblo de Dios.

LOS LÍDERES CRISTIANOS NO PUEDEN HACERLO SOLOS

Moisés fue uno de los más grandes líderes que jamás hayan vivido. Hablaba con Dios cara a cara, tal como lo hace alguien con un amigo (Éxodo 33:11). Pero aun así no pudo hacerlo solo. Necesitaba ayuda y aliento. Afortunadamente, Aarón y Hur reconocieron su necesidad y lo ayudaron.

Espero que usted reconozca la necesidad que tiene de formar un equipo de compañeros de oración en su congregación. El ministerio nunca es cosa de una sola persona; requiere una labor en equipo. Nosotros tenemos la costumbre de admirar más a individuos robustos, que a los jugadores en el equipo.

Nos maravillamos de la manera en que un jugador como Agustín Delgado anote goles a grandes equipos, pero pasamos por alto la importancia de cómo trabaja con sus compañeros de juego.

Admiramos los personajes representados por John Wayne o Rambo tal como los describe Silvestre Stallone, guerreros solitarios que pueden obtener todos los botines del enemigo.

El periodista radial Paul Harvey dijo una vez: Hemos tenido la tendencia a venerar al piloto del avión que hizo la hazaña solo y al doctor rural que nunca abandono la cabecera de la cama. Tal espíritu de independencia nos vino bien e hizo que creciéramos. Pero nunca hubiéramos llegado a la luna sin un espíritu de interdependencia. Y nunca hubiéramos erradicado la fiebre tifoidea, la viruela ni la poliomielitis sin un esfuerzo de cooperación.

Descubrimos que ninguna persona de por si puede arrancarle el petróleo al fondo del océano Encontramos que cada vez nos volvemos mas interdependientes, no solo en nuestro País, sino en el mundo entero. El espíritu de interdependencia no costará más que su valor.

En la escarpada pendiente que tenemos por delante es necesario que nos demos las manos. Y bien podríamos a aprender a disfrutarla. La necesidad del trabajo en conjunto y la cooperación se hace más evidente para todos y debería ser más evidente para nosotros los creyentes. Aarón y Hur eran compañeros de oración consagrados y acometedores, listos a ofrecer su ayuda para que su líder llegar a ser todo lo que Dios se propuso que fuera.

Si la intercesión personal por nuestros pastores y líderes denominacionales es tan necesaria como importante, entonces ¿a qué se debe que un numero tan reducido de pastores no usen la intercesión en sus ministerios? Creo que hay cinco razones importantes:

La ignorancia.– No tengo duda alguna de que la ignorancia es la razón principal de nuestro poco uso de la intercesión personal. La inmensa mayoría de los líderes cristianos no piensan en esto.

Lo que me hizo darme cuenta de la función que juega la ignorancia en el proceso de determinar la intercesión personal fue la desproporcionada respuesta que comencé a obtener cuando en ocasiones comencé a mencionar esto a algunos pastores.

Como ejemplo menciono la presente epidemia de pastores que están cayendo en la inmoralidad sexual, algunos de estos casos se han hecho comunes y públicos, esto no debería de pasar si la congregación intercediera por sus pastores.

El individualismo descomedido.– Los antropólogos culturales continuamente nos dicen que el ser humano es muy individualista, la noción de que <<si voy a alcanzar algo en la vida tengo que arreglármelas por mi mismo>> también se aplica a nuestras vidas espirituales.

Se sabe que esto es así y hasta cierto punto todos participan de ello. La buena nueva es que nuestro individualismo nos anima a aceptar la responsabilidad personal por cualquier tarea en particular.

Las malas nuevas es que tendemos a ignorar o detestar a otros miembros del Cuerpo de Cristo que necesitamos desesperadamente. Odiamos admitir que necesitamos ayuda o que nuestras acciones dependen de otros. Si queremos un ministerio sano y saludable tenemos que aprender a pedir ayuda a nuestra gente en sus oraciones.

El miedo.– Sin duda que al tener intercesores personales, ellos nos van a llevar a un nivel más profundo de vulnerabilidad y responsabilidad que antes, al compartir con ellos nuestros problemas y dificultades ministeriales para intercesión, Para superar esta tendencia es importante tener un sólido carácter ministerial.

La arrogancia espiritual.- Desearía que la arrogancia espiritual fuera un asunto menor, pero temo que ese no es el caso. Para muchos pastores es el obstáculo principal para su receptividad a la intercesión personal.

Hay una verdad espiritual dentro de la intercesión y es que usualmente los Intercesores reciben revelación divina y hasta la voz Dios, para resolver, aconsejar y orientar al pastor en ciertas situaciones en donde no hay aparentemente soluciones. Por este motivo el pastor deberá actuar con humildad, pero siempre pidiendo la confirmación de parte del Espíritu Santo.

La humildad excesiva.– La humildad es lo opuesto a la arrogancia, pero hay cierto peligro de que la humildad excesiva entorpezca el camino para recibir la intercesión. Yo mismo he tenido problemas con esto.

Esa manera de pensar se expresa de la siguiente manera: ¿Por qué tengo que esperar recibir esta poderosa intercesión cuando muchos de los miembros de mi iglesia no tienen el mismo privilegio?

En lugar de formar un equipo especial de compañeros de oración para mi mismo, ¿No seria mejor animar a todos los miembros de la iglesia para que oren los unos por los otros? Debido a su oficio el pastor y otros lideres no es igual al resto de los miembros del Cuerpo de Cristo. Los pastores necesitan la oración intercesora más que ningún otro miembro de la congregación y el plan de Dios es dársela.

COMO RECONOCER A LOS INTERCESORES

Los que tienen el don de la intercesión:

  • Oran durante más tiempo. He hallado que una hora al día es el mínimo; por lo general oran de dos a cinco horas al día.
  • Oran con mayor intensidad.
  • Disfrutan más de la oración y reciben mayor satisfacción personal de sus momentos de oración.
  • Ven respuestas más frecuentes y dramáticas a sus oraciones.

1 comentario en «El poder de la intercesión»

  1. Gracias a nuestro DIOS por encontrar un lugar de tanto provecho espiritual, claro, sencillo; Pero altamente clarificador. Bendiciones mis amados hermanos en CRISTO.

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