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Un Nivel Más Alto

Hechos 18:24-28

INTRODUCCION:

¿Sabe usted cuál es la diferencia entre una contribución y un compromiso? Bueno, observe cuando usted pone en un plato al huevo y al jamón. En este caso la gallina hizo una contribución, pero el cerdo se comprometió. Y esto fue lo que sucedió. Así que un día, mientras una gallina y un cerdo daban un paseo por el mercado, y viendo como la gente compraba sus productos, la gallina le preguntó al cerdo: “¿Has visto cómo la gente busca lo que nosotros producimos?”. A lo que el cerdo le respondió: “Sí, solo que mientras tú haces una contribución, yo tengo que hacer un sacrificio”. Hay creyentes que viven solo para la contribución, pero no para el sacrificio.

¿En qué nivel se encuentra usted? Repentinamente en el capítulo 18 de Hechos, Lucas nos cuenta de un tal Apolos. Sus cualidades simplemente eran excepcionales. La manera cómo hablaba, usando una particular oratoria, no tenían competencia. El espíritu con el que utilizaba su verbo encendido, nadie podía igualarlo. Sus enseñanzas para explicar el Antiguo Testamento eran de una alta erudición que no admitía oponentes.

Una primera lectura de sus cualidades nos pareciera indicar que a ese creyente no le faltaba nada. Pero un día mientras Apolos estaba exponiendo con gran elocuencia la palabra de Dios, un matrimonio compuesto por Priscila y Aquilas, se dieron cuenta que este hombre estaba en la mitad del camino. Que aun cuando exponía la palabra con toda su fuerza, ese hombre estaba incompleto. Que aun cuando hablaba cosas muy elocuentes, le faltaba algo a su enseñanza. Que aun cuando habla de Jesús, a lo mejor no tenía al Espíritu Santo. Es por eso que este matrimonio les tomó aparte, y procediendo de una manera muy discreta, le llevaron a una relación correcta con el Señor v. 26. En la vida de Apolos nos encontramos con un creyente que asciende de un nivel a otro. Su testimonio es una inspiración para ir más allá de la mitad del camino. Veamos.

I. ¿A QUIÉN TOMA DIOS PARA LLEVARLO A UN NIVEL MÁS ALTO?

1. Al creyente que sigue en serio las Escrituras v. 24.

Lucas tuvo que ver y oír a Apolos cuando éste hablaba. Tan impresionado quedó de él que cuando lo describe no ahorra palabras para enaltecer sus conocimientos. Lo primero que destaca es su “elocuencia”. Por cuanto venía de Alejandría tuvo que poseer este arte, seguramente adquirido es las escuelas de filosofías donde estudió. Lucas destaca que era un hombre “poderoso en las Escrituras’. Que se diga de alguien que es bueno en la exposición de las Escrituras ya es una gran cosa, pero que se califique como “poderoso”, es un asunto muy serio. Hay que reconocer que hay muchos creyentes que están lejos de ser “poderosos en las Escrituras”. La verdad más bien es que hay muchas “analfabetas” bíblicos, pues sus conocimientos de las Escrituras no pasan de lo que escuchan en algún mensaje o en algún estudio. Así que los creyentes que son promovidos por Dios a otros niveles, son los que se meten en la palabra. ¿Es usted uno de ellos?

2. Al creyente que se instruye en el camino del Señor v. 25ª.

Es posible que Apolos haya sido instruido por alguno de los discípulos de Juan el Bautista, pues solo conocía el bautismo que éste trajo al comienzo de su ministerio. Por lo tanto su instrucción fue limitada. Observe que cuando Pablo tuvo el encuentro con los doce hombres en Éfeso (Hch. 19:1-5), ninguno de ellos había conocido al Espíritu Santo. Apolos estaba en la misma condición. La deducción lógica es que el tampoco había conocido al Espíritu Santo.

Así que este hombre había sido instruido en “el camino del Señor”, pero no completamente. La reacción de Priscila y Aquilas pone de manifiesto la necesidad que él tenía de un encuentro más profundo con el Señor. Aquí hay algo que debe decirse, hasta que no tengamos un encuentro real con el Espíritu Santo nuestra vida no tendrá el impacto para el cual fuimos salvados. Hay creyentes como Apolos que pudieran impresionar con su conocimiento, y hasta su elocuencia, pero necesitan pasar a un nivel más alto porque su actuación pudiera ser más de “humana sabiduría”. Pero bueno es Dios que está interesado en usarnos. Para ello nos invita a subir un peldaño más en nuestra capacitación. La medida de mi instrucción me levanta a un nivel mayor.

3. Al creyente que es de un espíritu fervoroso v. 25b.

Apolos, como predicador al fin, era vivaz y afectuoso, de espíritu ferviente. Era un hombre poseído de celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas preciosas, aunque estaba limitado. Por supuesto que esta cualidad es tan fundamental para hacer la obra de Dios. Ojalá todos poseamos esta clase de espíritu. Pero tenemos que reconocer que el entusiasmo es una de las grandes carencias en la vida de algunos creyentes, aunque tengamos al Espíritu santo. Qué bueno que el espíritu fervoroso que mostramos cuando hay algo que nos gusta sea el mismo que presentamos para hacer la obra del Señor. Observe que Apolos también “hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor”.¿Quién pudiera pensar que este hombre necesitaba algo más en su vida espiritual? ¿Quién no deseara tener las características de Apolos? Sin embargo, hay que ir a un nivel más alto. No es suficiente el conocimiento obtenido, pues podemos estar en la mitad del camino.

II. ¿CÓMO TOMA DIOS A UN CREYENTE A UN NIVEL MÁS ALTO?

1. A través del proceso de crecimiento, 25a.

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