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Los ambientes espirituales (Parte II)

Bosquejos Biblicos… Bosquejos para Predicar

DIOS QUIERE EN NOSOTROS UN AMBIENTE DE SANTIDAD, DE UN VIVIR EN EL ESPÍRITU, estamos llamados a ser uno solo con Él, a estar en comunión, a vivir en santidad. Podemos santificar el lugar donde estemos, de la misma manera como Dios Santificó al pueblo de Israel separándolo de las naciones. Pero tienes que conquistar esa santidad, y no un ambiente carnal que puede ir evolucionando.

EL AMBIENTE EN EL HOGAR (los círculos virtuosos, en el hogar). Es muy frecuente que los hogares sean bombardeados para que el ambiente no sea el más idóneo, es uno de los ambientes más difíciles para llevar a cabo todas las cosas que están dentro del plan de Dios, sobre todo, cuando se trata de la relación de marido y mujer.

Pero hay que conquistar la casa. Para Dios todo es posible (Lucas 1:37), y para mi si lo creo (Marcos 9:23). Vencer todo aquello que quiere robar ese ambiente propicio para Dios y para nosotros como la armonía, la paz, el acuerdo, el amor, en lugar de las obras manifiestas de la carne, peleas, contiendas, divisiones. Si el ambiente no es el ideal hay problemas, pero si lo es, vemos Su respaldo, Su bendición.

LOS AMBIENTES FÍSICOS: Por ejemplo si alguien se cambia de casa, primero hay que orar, tomar autoridad sobre ese lugar, que sean sanados los ambientes y después habitarla, es decir que cualquier entidad tendrá que salir de los ambientes. O también cuando viajamos y ocupamos un cuarto de hotel por ejemplo. Cuida de tu entorno, del ambiente espiritual.

El ambiente va a traer salvación a tu vida, familia, hay que tener cuidado porque el diablo puede disfrazarse (2 Corintios 11:14-15), corrompiendo los ambientes donde te muevas en algún momento, por ello debemos de estar cubiertos, revestirnos, usar nuestras armas espirituales.

Recuerda que “…ningún arma en contra de ti prosperara…,” (Isaías 54:17), pero tienes que orar, velar, estar atento, como hombre nuevo que soy.

Un ejemplo es la mujer samaritana en su encuentro con el Señor cuando le dijo: “…Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla… (Juan 4:15). Ella vivía engañada, hombre tras hombre, ¿a dónde la había llevado su vivir?, ¿Cómo había sido afectada por los ambientes donde y como vivía?

a. El ambiente babilónico (el mundo)
b. Los ambientes celestes
c. Los ambientes proféticos

Por ejemplo el caminar en un lugar y tomar control sobre los ambientes declarándolo con la boca.

EL REY SAÚL:

1 Samuel 10:10-11 “…Cuando llegaron allá a la colina, he aquí, un grupo de profetas y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos. 11 Y sucedió que cuando todos los que le conocían de antes vieron que ahora profetizaba con los profetas, los del pueblo se decían unos a otros: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Está Saúl también entre los profetas?..”

EL AMBIENTE PROFÉTICO EN JEREMÍAS: (6 órdenes)

Jeremías 1:10 “…Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir (completamente) y para derrocar (arruinar), para edificar y para plantar (De parte de Dios)…”

MOISÉS EN LA PRESENCIA DE DIOS:

Éxodo 34:34 “…Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35 Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios…”

ANA:

  • El ambiente que Ana había aceptado (Los enemigos, las circunstancias; tristeza, desánimo)
  • El ambiente que necesitaba en ese momento (su esposo) Jesús cambiaria el ambiente, (la samaritana. “…dame de esa agua…”)
  • El ambiente ideal (estar en su presencia)

AUN EN LA MISMA IGLESIA PUEDE QUE HAYA OTROS AMBIENTES:

En el que pocos habitan, (“…en espíritu y en verdad…” Juan 4:23-24), y no el ambiente en el que muchos se encuentran que es el que sus ojos ven, sienten. Gente de Atrios, del lugar Santo y no del lugar santísimo.

EL AMBIENTE EN EL QUE PERMANECÍA JESÚS:

Mateo 17:1-8Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto; 2 y se transfiguró delante de ellos; y su rostro resplandeció como el sol, y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. 3 Y he aquí, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con El. 4 Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús: Señor, bueno es estarnos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. 5 Mientras estaba aún hablando, he aquí, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube, diciendo: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido; a El oíd. 6 Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. 7 Entonces se les acercó Jesús, y tocándolos, dijo: Levantaos y no temáis. 8 Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo…” (LBLA)

DIOS OBRA EN DONDE HAY UN AMBIENTE PROPICIO:

Pablo y Silas Hechos 16:25-32 “…Hacia la medianoche, Pablo y Silas estaban en oración cantando himnos a Dios, y los presos escuchaban. 26 De repente se produjo tan gran terremoto que se conmovieron los cimientos de la cárcel; se abrieron todas las puertas de la cárcel y se soltaron las cadenas de todos. 27 El carcelero se despertó y, al ver abiertas las puertas de la cárcel, creyendo que los presos se habrían fugado, desenvainó la espada para matarse. 28 Pablo le gritó: “No te hagas daño, que todos estamos aquí”. 29 Él pidió una luz, entró y se echó temblando ante Saulo y Silas; 30 los sacó fuera y dijo: “Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?”.31 Ellos le dijeron: “Cree en Jesús, el Señor, y te salvarás tú y tu familia”. 32 Y le anunciaron la palabra del Señor a él y a todos los que había en su casa…”

Cuida y dale mucha importancia a los ambientes espirituales, porque en ellos veras manifestaciones no gratas o las propicias donde veras la bendición de Dios.

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión con su Santo Espíritu sea con todos nosotros.

© 2016, José Valiente

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