Bosquejos Biblicos
Gálatas 4:19 “Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros“
El Apóstol Pablo nos dice que Jesús tiene que ser formado en nosotros, por lo cual él sufre dolores de parto, la verdad siempre hay que pagar un precio por llegar a ser hechos hijos de Dios, esto nos habla de un proceso.
No solo es aceptar pues al hacerlo tú has sido engendrado en el Espíritu Santo, pero tiene que desarrollar y nacer de nuevo en el Espíritu y hasta allí comenzar a crecer hasta alcanzar la estatura del varón perfecto que es Cristo Jesús Señor nuestro.
Los dolores son las pruebas por las que diariamente tenemos que pasar para que la palabra dada a nuestro corazón dependiendo de el pueda ser atesorada para que el enemigo la robe, guardada para que nuestros afanes y preocupaciones no la ahoguen y pueda ser esta palabra la que arde dentro de nosotros y nos impulse a seguir.
2 Corintios 13:5 “Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿No os conocéis a vosotros mismos, si Jesús, el Cristo, ¿está en vosotros? Si ya no sois reprobados.“
Aquí nos manda a examinarnos recordando que Jesús mora en nosotros, al examinarnos nos daremos cuenta de cómo estamos hablando ya que en eso se nota si Jesús ya nació en nosotros, si nos enojamos rápidamente, si nos apresuramos a mentir, en momentos de dificultad si no maldecimos.
Cuando comparamos como Jesús reaccionaria ante esa misma situación en la que estás pasando tú te darás cuenta de cuanto él está en nosotros y nos está cambiando porque te das cuenta que no actúas por impulso como antes y ahora estas siendo controlado por el Espíritu Santo que está formando a Jesús en nosotros.
Lucas 24:32 “Y decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?“
Otra forma de darnos cuenta si el ya nació en nosotros en cuando sentimos ese fuego al oír su voz, o al leer su palabra, el mismo Jesús dijo mis ovejas oyen mi voz y me siguen, por lo que al poder diferenciar su voz entre tantas voces en tu interior la voz de tu orgullo, la voz de tu carne, la voz de tu vanidad, las pasiones de este mundo y todos peleando un lugar en tu corazón, y poder escuchar la voz de tu pastor es callar a todas estas voces en tu interior y traer paz a tu vida.
Sentir el fuego del Espíritu Santo al leer su palabra es reconocer que él es tu maestro y él te revela su palabra ya que si él no te las revela solo son letras muertas, pero si él te las revela son vida y vida en abundancia para el que las toma para sí.
Hechos 17:27-28 “Para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros: 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas dijeron: Porque linaje de éste somos también.”
En Él vivimos porque solo en Él hay vida eterna, nos movemos por Él es el único camino hacia el padre nadie viene al padre si no es por Él y somos porque fuera de Él nada podemos hacer, solo si permanecemos en el llevamos fruto y mucho fruto.
Hechos 26:15-16 “Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo Soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti“
Cuando nos damos cuenta que el ya nació en nosotros nos revela para que estamos, y esto es para ser testigo de lo que has visto, y en esto se resume todo el evangelio de Jesús de ser testigo de lo que él hace en tu vida, porque es el argumento que nadie te podrá quitar porque tu sabes, que sabes que el obro en tu vida y esto vale más que cualquier palabra o sermón que te puedan dar ya que es lo vivido por ti que el pide que testifiques.
Jesucristo no prometió que fuera fácil, más bien Él nos advirtió que en el mundo tendríamos aflicción pero que tuviéramos animo porque Él ya venció el mundo, Él solo manda a permanecer, no retrocedas, permanece y tu victoria vendrá.
© Edwyn Cordón Sabillon. Todos los derechos reservados.
