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¿Qué implica vivir a Cristo?

Bosquejos Biblicos – Bosquejos para Predicar

Base Bíblica: Romanos 12:14-21

Introducción:

Cuando permitimos a Cristo obrar en nuestras vidas, Él opera transformación en todas las áreas de nuestra existencia. Una de las formas como apreciamos ese cambio, es cuando nuestro trato hacia los demás es diferente. Dios obra en nuestras relaciones interpersonales y nos permite cultivar una sana convivencia con quienes nos rodean.

I. Vivir a Cristo implica aprender a convivir con los demás (vv. 14-16)

1. A pesar de los ataques que libran en contra nuestra, debemos declarar bendiciones sobre quienes nos hacen daño (v. 14)
a. Las persecuciones son inevitables, sin embargo, lo que marca la diferencia es cómo reaccionamos.
b. No está bien maldecir a quienes nos persiguen

2. Debemos “ponernos en los zapatos del otro” para entender lo que están viviendo (v. 15)

3. Dios espera que aprendamos a convivir (v. 16)
a. Buscando unidad
b. Dejando de lado la arrogancia
c. Dando prelación a la humildad
d. Desechando la idea de que sólo nosotros tenemos la razón

II. Vivir a Cristo implica someterle nuestras emociones (vv. 17-20)

1. El amor de Cristo nos insta a no pagar con la misma moneda a quienes nos hacen daño (v. 17)
a. Es necesario revisar nuestras reacciones
b. Debemos procurar el bien hacia los demás

2. Nuestro compromiso debe ser procurar la sana convivencia (v. 18)

3. No podemos permitir que en nuestro corazón aniden sentimientos de venganza (v. 19)
a. Deben cambiar nuestras actitudes hacia quienes nos causan daño (v. 20)
b. Lo que Dios nos demanda es hacer el bien a quienes nos causan mal

III. Vivir a Cristo implica vencer el mal con el bien

1. Nuestra inclinación es responder a quienes nos hacen daño

2. La forma eficaz de vencer el mal es obrar el bien (v. 21)

Conclusión:

Los seres humanos somos proclives a reaccionar ante lo que interpretamos ataques de quienes nos rodean. Sin embargo, Dios nos llama a revisar cuál es nuestra respuesta ante quienes hablan o hacen algo contra nosotros. Jamás podemos olvidar que nuestro propósito, conforme a la voluntad de Dios, es procurar la sana convivencia. Contribuir a una sana y buena relación con otras personas.

© Fernando Alexis Jiménez

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