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Sirviendo a Dios en los hermanos

Bosquejos Biblicos

Bosquejos Biblicos Cita Biblica:Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.” (Mateo 20:26-27)

Introducción

En el mundo, las personas importantes están sobre las demás y todos le sirven. Entre los cristianos, la persona más importante es la que está más al servicio del prójimo.  Porque consideramos que todos somos templos del Espíritu Santo, y por lo tanto para servir a Dios hay que servir al prójimo como si fuera Dios mismo. Es entonces que estamos realmente sirviendo a Dios.

I. Para servir a Dios hay que servir al prójimo (vers. 26)

a. La sociedad nos acostumbra que el triunfador debe pisar a los demás. La persona exitosa es aquélla que está más arriba que el fracasado y llegó allí por pensar en su progreso y en nada más. Los cristianos tenemos las enseñanzas de Jesús que nos indican lo contrario. Para ser más importante, hay que ser más humilde, sirviendo al prójimo con todo el corazón, como si fuera Dios mismo (vers. 26).

b. El Señor nos dio su ejemplo, al venir al mundo a ofrecer su vida por nosotros. No se valió de su condición divina, sino que se humilló hasta la muerte. Esto lo hizo no por necesidad, sino para darnos ejemplo de cómo debe actuar un cristiano. En primer lugar pensó en nuestra salvación, y la buscó a costa del precio de su vida (Mateo 20:28).

c. Cuando sea el día del juicio, seremos juzgados por nuestras obras de servicio al prójimo. Porque a Dios lo servimos cuando consideramos a los demás como templos del Espíritu Santo y obramos en consecuencia. Todas las obras de misericordia que hagamos a los hermanos son como hacérselas a nuestro Señor. Por eso debemos aprovechar este tiempo en la tierra, para ganarnos un tesoro en el cielo por nuestro servicio (Mateo 25:31-46).

d. Hemos recibido capacidades físicas y espirituales que debemos poner al servicio de los demás. Esto es lo mínimo que podemos hacer teniendo la vida misma como un don de Dios que hay que aprovechar. Y Cristo nos enseñó que debemos aprovecharla poniéndola al servicio de los hermanos. Cuando hagamos esto, recibiremos como recompensa la eternidad, a cambio de una corta vida entregada al servicio (Mateo 25:21).

II. El más importante es el que está más entregado al servicio (Mateo 20:27)

a. Entre los cristianos no debe haber relaciones de poder. No debe existir ningún cargo ni puesto que dé a unos poder sobre otros. Porque no es lo que Cristo nos enseñó, sino que nos pidió que sirvamos al prójimo con humildad. De esta manera lograremos la consideración de Dios como siervos fieles (vers. 27).

b. En una ocasión, los discípulos discutían sobre quién debería ser el mayor. Y Jesús les enseñó que el que quiera ser mayor, debe hacerse servidor. De esta manera estará sirviendo a Dios a través del servicio a los hermanos. Y esta actitud de vida debe durar siempre, no dejando que nos invada la vanidad o los celos, sino poniendo al prójimo en primer lugar (Marcos 9:35).

c. Así como queremos que trabajen los que están a cargo nuestro, debemos trabajar nosotros por el reino. Con mucha diligencia, no dejando que nadie nos adelante en el servicio al prójimo. Porque la pereza es el enemigo del progreso espiritual, paralizando nuestra capacidad de obrar. Dios quiere servidores fieles y solícitos, dispuestos en todo momento a entregar su vida por los demás (Romanos 12:11).

Conclusión

El Señor nos dio un ejemplo de humildad al vivir entregado a los demás en el servicio. Nosotros debemos ser iguales, poniendo todas nuestras capacidades al servicio de los hermanos. Es la manera que tenemos de servir a Dios mismo, ya que todos somos templos del Espíritu Santo y debemos respetar las cosas sagradas. Este servicio no se termina hasta el día en que seamos llamados a la presencia del Padre, para mostrarle el fruto de nuestras obras (1 Corintios 15:58).

Sirviendo a Dios a través del prójimo es la manera de ganarnos el cielo. Tenemos la promesa de Cristo de que donde esté Él estará también su servidor. Busquemos entregar nuestra vida sin dejarnos nada para nosotros, poniendo todos nuestros talentos al servicio de la comunidad. Así recibiremos la recompensa del servidor fiel (Juan 12:26).

Si el mundo se maneja a través del poder, nosotros no debemos ser iguales. Los cristianos que quieran ser más importantes, son los que deben estar más al servicio de los demás. Así seremos imitadores de Cristo, que lavó los pies a sus discípulos para darnos esta lección de humildad y entrega (Juan 13:14).

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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