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Luminares en el mundo

Bosquejos Bíblicos

Prédica de Hoy: Luminares en el mundo

Bosquejos Bíblicos Texto Bíblico:Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;” (Filipenses 2:14-15)

Luminares en el mundo – Introducción

Hay un cambio en las personas cuando vienen a los pies de Cristo. Tenemos el ejemplo de Pablo, que se transformó de ser un perseguidor de la iglesia a ser uno de los grandes predicadores usados por Dios para llevar su mensaje a las naciones.

Así como la transformación de Pablo han habido muchas y continúa el Señor transformando la vida de las personas. Muchos son los que antes de conocer la verdad de Dios eran detractores del evangelio pero han venido a los pies del Señor y son convertidos en siervos del Altísimo.

Estas transformaciones que son hechas por Dios, sirven de testimonio a las naciones, que Cristo salva y transforma las vidas. Esta transformación sirve de ejemplo a los perdidos, pues hay esperanza para el extraviado, hay esperanza de redención en Dios.

I. Ser luminares en el mundo es glorificar a Dios con todo (Marcos 12:33)

Dios no quiere que en nuestra nueva vida continuemos haciendo las mismas cosas, sino que seamos transformados hasta en nuestros pensamientos. El Señor busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad. Dios busca personas que le amen con todo el corazón, con todas las fuerzas. No busca el Señor la mitad de nuestro ser, sino que le entreguemos todo a Él.

a. Con todo nuestro ser (1 Tesalonicenses 5:23)

Dios busca que todo nuestro ser se encuentre listo para estar delante de Él. Dios busque que estemos preparados para su venida y nuestro ser completo, espíritu, alma y cuerpo sea hallados irreprensible en su venida.

b. Obedientes (Romanos 16:19)

Dios busca personas obedientes. En su palabra encontramos que aquellos hombres y mujeres de fe que hallaron renombre en su palabra, fueron obedientes en todas las cosas. La obediencia a Dios es recompensada por el Señor, sabiendo que Dios hace todas las cosas perfectas y que Él da una medida apretada y remecida. Por lo tanto es bueno obedecer al Señor y su palabra en todas las cosas.

c. Sin murmuraciones y contiendas (1 Pedro 4:9)

Cuando el pueblo de Israel murmuró contra Dios o contra Moisés, el Señor los castigaba. Dios no quiere que seamos murmuradores, bien dice su palabra que nuestro sí sea sí y nuestro no sea no. El Señor nos habla con la verdad y no se agrada con las cosas a medias. Si decidimos servirle debemos hacerlo de todo corazón, no por contienda, no por vanagloria, sino con todo nuestro ser rendido al Señor.

II. Ser luminares en el mundo es ser irreprensibles y sencillos (1 Pedro 1:16)

El Señor busca a los sencillos y humildes. El Señor Jesús en el sermón del monte da algunas bienaventuranzas, en ellas habla de los pobres de espíritu, de los mansos, estos son los que alcanzan la gracia de Dios.

Dios también quiere que nuestro comportamiento sea irreprensible, que andemos en sus caminos con cuidado, con temor y temblor. Porque Dios es santo y quiere que sus hijos seamos santos también.

III. Tenemos que ser luminares en el mundo en medio de un mundo malo (Juan 18:36)

El reino del Señor no es de este mundo, por lo tanto no servimos a este mundo sino al Señor. Por eso el mundo no está conforme con lo que procede de Dios, porque el reino de Dios no se compara con lo que en este mundo obtenemos. Ciertamente vivimos en este mundo pero no somos de Él ni le servimos.

a. Que no teme a Dios (1 Juan 4:18)

El mundo no teme a Dios, pero le temen a la muerte pues no saben qué esperar. El mundo no teme a Dios pero no quiere ir a condenación, pero la palabra de Dios es clara y si nos constituimos amigos del mundo somos enemigos de Dios.

b. Que nos aborrece (Juan 17:14)

El mundo aborrece a los hijos de Dios, porque no les servimos, porque no seguimos la corriente que los lleva a la perdición. Es mejor obedecer a Dios que a un mundo que lleva a la muerte. El mundo desprecia a Dios y aborrece a todos aquellos que son hijos del Altísimo porque vamos contra la corriente de maldad que impera en las naciones.

c. Lleno de aflicciones (Juan 16:33)

El Señor nos advierte que en el mundo tendremos aflicciones. Este mundo es contrario a todo lo que viene de Dios y nosotros, los cristianos, venimos de parte del Señor para hablar lo que es verdad, la palabra de Dios. Por lo tanto el mundo trata de estorbar a todo lo que tiene que ver con el Señor.

IV. Nosotros somos los luminares en el mundo (Mateo 5:14)

Los hijos de Dios debemos servirle con todo nuestro ser. Debemos ser hallados irreprensibles delante del Señor, porque este mundo de maldad tratará de desviarnos de los caminos del señor.

Pero la gloria es del Señor quien nos da la fortaleza para servirle con autoridad y ser luz a las naciones. Ese contraste entre la oscuridad del mundo y la luz de Dios en nuestra vida resulta en la gloria del Señor. Porque no es nuestra luz que brilla, es el Señor en nosotros que resplandece. Moisés no brillaba con luz propia, sino que por estar en la presencia de Dios su gloria se le pegaba a él.

Somos esa luz que resplandece, que debe ponerse en lo alto para alumbrar en medio de la oscuridad. Somos la luz del mundo, en este mundo de maldad debemos brillar con la luz de Dios para que su nombre sea glorificado.

Conclusión

Con la ayuda de Dios y con una determinación total en serle fiel y obedecer sus mandamientos podemos ser esa luz que el mundo de maldad necesita. Porque el mundo necesita la luz de Dios, debemos estar dispuestos a ser usados por nuestro Padre para que, con sencillez de corazón, llevemos su gloria a las naciones. Regresemos a nuestro lugar, y seamos los luminares de Dios en el mundo.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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1 comentario en «Luminares en el mundo»

  1. Muy bueno, tengo una predica el viernes y el Señor traía a mi este tema pero no sabía como desarrollarlo pero ahora me eh estado apoyando en algunos puntos del bosquejo y me ah servido mucho.

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