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Ser humildes como Moisés

Bosquejos Bíblicos

Prédica de hoy: Ser humildes como Moisés

Texto Bíblico Principal: “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Números 12:3

Introducción

La humildad no tiene que ver con nuestro concepto socioeconómico ó comparación con los demás. Ser humildes es que sin importar las circunstancias, podamos reconocer a los otros como dignos e iguales.

La humildad es una virtud de Dios. Implica entender que en este mundo, nadie es mayor o menor que otro.

En la Biblia aprendemos de muchos personajes humildes. Dios escoge a quienes demuestran que en su corazón no hay espacio para la soberbia. Uno de ellos fue Moisés, quién a pesar de sus dificultades y éxitos, siempre destacó por su humildad.

I. Igual que Moisés, humildes desde su llamado (Éxodo 3)

Cuando Moisés fue llamado con la misión de liberar al pueblo de Israel, él se mantuvo humilde. Su actitud no cambió en pos de volverse poderoso y creerse más que Dios. En cambio siempre se mantuvo firme, aceptando cada palabra que el Padre enviaba para trazar su camino.

Cuando alguien recibe poder, sí es de espíritu débil se desata su ambición. Existen aquellos que no les importa dañar a alguien, con tal de tener mas. Basta mirar sí tenemos un conocido que cuando tuvo un cargo de jefe, miró a los demás como inferiores. Esto va en contra de la humildad.

Dios nos llama a ser como Moisés. Sí el nos da una misión grande, es porque confía en que somos capaces de hacerla. Pero debemos mantener nuestro corazón limpio y lleno de humildad desde el principio.

II. Como Moisés humildes para aceptar consejos (Éxodo 18:13-27)

En éste pasaje se nos cuenta que Moisés pasaba todo el día escuchando las consultas del pueblo. Su suegro le aconsejó que repartiera esa tarea entre los más virtuosos. El fin de esto era enseñar la ley y abarcar otros asuntos de Dios. Es decir, organizar mejor el tiempo.

Su suegro dio éste consejo poniendo a Dios por delante y buscando su bienestar. ¿Moisés se enojó y le pidió que no se metiera en sus asuntos? Jamás. Él fue humilde e hizo lo que le dijo.

Debemos ser humildes cuando alguien con respeto nos da un consejo. Sí estos nos edifican y ayudan, lo más inteligente es prestar oídos y aprender.

III. Como Moisés humildes para compartir (Números 11:25-29)

Cuando una persona tiene autoridad, tiende al egoísmo. Es la naturaleza del pecado. Más nosotros debemos ser humildes para compartir incluso nuestros tesoros.

Cuando el ayudante de Moisés le advirtió que otros ancianos israelitas profetizaban, él no se molestó. No quiso impedirlo, sino que le explicó que no había motivos para sentir celos, y deseó que todos pudieran profetizar. Ser humildes se trata de compartir lo mucho o poco que tenemos.

Aún con lo respetado que era Moisés, no se olvidaba del lugar que ocupaba. Era un obrero de Dios, no mas que eso.

IV. ¿Por qué ser humildes como Moisés? (Marcos 9: 35)

Cuando somos humildes debemos tener una actitud de servicio. Esto lo enseñó Jesús a sus discípulos y se asemeja muy bien a la actitud de Moisés.

¿Con qué intención realizamos nuestros actos? Sí es para ser los mejores, esto no significa nada mas que vanidad. Moisés hacía todo lo que Dios le ordenaba por amor de poner su vida en servicio de esa gran obra. Él no tenía pretensiones de nada y aun así se convirtió en un ser sumamente honorable.

V. Intenciones de ser humildes (Isaías 57:15)

La recompensa de seguir a Dios es vida en abundancia. Pero debemos ser humildes incluso con nuestras intenciones para seguirlo. Él nos conoce y es imposible mentirle.
Jehová no quiere “sirvientes” que esperan una paga. Nuestro servicio debe venir del amor y gozo de hacerlo. La recompensa es la eternidad, pero sí lo seguimos con condiciones, nos estamos olvidando de ser humildes.

Podemos asimilarlo a Jesús, quien teniendo el amor de Dios, era humilde para enseñar y hacer su voluntad. Esperaba en el Padre, pero no tenía exigencias o intenciones interesadas, aún siendo su hijo unigénito. Esa es la humildad que debemos manifestar.

Conclusión

Debemos ser humildes ante Dios y nuestros hermanos, independientemente de los recursos que tengamos. Desde el comienzo de su misión, Moisés era un pastor de ovejas, y aún con la autoridad que le fue dada, no dejó de ser humilde.

Sí, debemos estar dispuestos a aprender y ser transformados por Dios; pero sin olvidar que es su voluntad la que se manifiesta y no la nuestra.

En cuanto queremos el mérito para nosotros, estamos olvidando que el poder en el mundo no significa nada. Todo toma valor en cuanto es entregado para la obra del Señor.

Debemos ser humildes para seguir consejos y compartirlos. Nunca desde la superioridad. Dios no tiene jerarquía con sus hijos y tampoco hace excepciones. Todos los que le siguen con intenciones de amor y humildad son mas que bienvenidos.

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

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