Reflexiones Cristianas
“…Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia…” Filipenses 1:21
Para los que no creen en Dios, la vida en la tierra es todo lo que hay, por lo tanto es natural para ellos desempeñarse en los valores mundanos: dinero, popularidad, poder, placer y prestigio.
Para Pablo, sin embargo, la vida significaba desarrollar valores externos y hablar a otros acerca de Cristo, es lo único que puede ayudarnos a ver la vida desde una perspectiva eterna.
La historia de Pablo desde su conversión ha sido unas de las más estudiadas hasta hoy, de ser un perseguidor profano, a un predicador de la verdad. ¿Cuántos de nosotros fuimos como Pablo?. Yo puedo alzar la mano.
Para poder caminar y agradar a Dios hay que morir, tú me dirás “cómo así” si no mueres a tu yo interno nunca vas a vivir para Cristo, unos de los males que hay en nosotros es el “YO” ese yo no te deja avanzar, todo lo sabe, todo lo entiende, no acepta consejos de nadie, y siempre anda teniendo la razón, muchos nos parecemos a este personaje. “YO YO” solamente yo y nadie más.
Pablo tuvo que entender que no solo era el, a pesar que se deleitaba cuando encerraban a los cristianos y los torturaban e incluso consentía de la muerte de algunos creyentes como Esteban. Dios tuvo que parar su locura camino a Damasco.
Como todos saben esta hermosa historia. De perseguidor a predicador (Hechos 9). Pero antes de hacerse predicador tuvo que pagar un precio alto, despojarse de todo lo que sabía, de todos su títulos y empezar desde abajo como si nunca hubiere estudiado. (Hechos 9:16).
Jesús le enseñaría a empezar de nuevo pero bajo sus reglas, de un doctor en la ley, vino a ser un maestro, y todo lo que vivió Pablo sus aflicciones, temores, dolores, sufrimiento, pesares, hambre, angustia, desnudez y rechazo, no era más que el pago por predicar la palabra, por eso él pudo decir, para mí el vivir es Cristo, todo lo que había tenido antes no se comparaba con lo que tuvo con Cristo, y todo lo que había conseguido lo estimaba como pérdida.
¿Cuantas veces desperdiciamos el tiempo en cosas que nunca veremos frutos? Cuando comprendamos que la razón de vivir es Cristo, entonces podemos decir para mí el morir es ganancia.
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