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¿Enfermo o enferma?

Devocionales Cristianos.. Mensajes Cristianos

Amados hermanos:

Durante dos días no pude enviarles este devocional por encontrarme de viaje en las provincias orientales. A partir de hoy continuamos como hasta, esperando que su vida en el reino sea edificada-

Nadie que esté en su sano juicio dará una fiesta, ante el diagnóstico médico de que está atravesando por una enfermedad considerada como grave. La noticia nos toma de sorpresa y nos golpea violentamente en el rostro, por la sencilla razón de que en nuestra teología pensamos que nunca llegarán a nuestras vidas las malas noticias.

Los padecimientos del cuerpo nos ponen ante la disyuntiva de muchas veces pensar ¿y dónde está Dios?

Desde que tenemos uso de razón sabemos que en algún momento tendremos que enfrentarnos al sufrimiento, que de una manera u otra todos padeceremos. El gran problema es que cuando toca a nuestra puerta, nos deja una sensación de amargura, confusión y desamparo. Esto siempre va a ocurrir sea más o menos grave nuestro diagnóstico, y el secreto para enfrentar estas adversidades (enfermedades), no radica en ver nuestro padecimiento como un gigante invencible sino en nuestra manera de enfrentarlas.

Es un hecho probado por muchos, que la actitud que asumamos nos propiciará alcanzar algunas consecuencias o beneficios, y serán una buena forma para mostrar amargura o madurez. Nos toca a nosotros escoger la mejor opción, que no es otra que poner en las manos de Dios nuestra confianza, que no dudo siempre será mejor que ponerla en nosotros o en la ciencia, pues la experiencia nos demuestra, que cuándo la ciencia dice hasta aquí llegamos, Dios extiende su mano de misericordia para someternos a la quimioterapia del cielo.

¿Estás enfermo? ¿ Te han diagnosticado un padecimiento difícil de vencer ? Yo estoy en ese ejército y la mejor opción es recostarnos en el regazo del Señor y descansar en sus manos, sabiendo que Él utilizará todos los recursos humanos y sobrenaturales a favor nuestro.

Versículo para hoy.

“..¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío…” Salmo 42:5

Todos los que padecemos enfermedades digamos hoy al Señor enséñame a creer en ti como el Cristo sanador, y ¿el resto? Simplemente a aferrarme a tus tiernos brazos con la convicción de que nunca tú me abandonarás.

© Francisco Medina

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