El consejo del Campesino a su hijo Universitario

Devocionales Cristianos… Devocional Cristiano

El consejo del Campesino a su hijo Universitario

Un joven criado por sus padres humildes campesinos y quienes lucharon para que el pudiera llegar a las puertas de la Universidad su padre le aconsejo: mire hijo, ya nosotros estamos mayores, sin embargo hemos hecho lo que está a nuestro alcance, recuerde cuando desde niño usted nos acompañaba a la iglesia, cantabas, servias con alegría a los demás, impartías clases en la escuela dominical, eres un excelente ayudante para nosotros en la casa y en la milpa, eso Dios lo va a recompensar, pues dice la misma palabra: “…honra a tu padre y a tu madre…” (Éxodo 20:12)

El hijo creció, la universidad le “abrió” aún más su mente y ahora el joven llega a casa de sus padres aún vivos y les dice: padres, pues verán, ahora he crecido, soy más educado que ustedes, no soy ya más un niño, ahora pienso lo que yo debo pensar, no creo que Dios haya hecho todo lo que está escrito en ese libro, además siendo lo más justo con los demás es suficiente, te cuento papá que ahora si sé que la inteligencia vale mucho.

El anciano le carraspeo y le dijo: hijo, inteligencia sin sabiduría, ¿de qué le sirve? En Proverbios 1:7 la Biblia dice: “…El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza…” Lo malo es que la mucha letra mata el deseo de que Dios viva en los corazones de la gente, muchos no tienen en su léxico a Dios, entonces también Dios no los pondrá en Su léxico, y ni en Su libro de la vida, si no se arrepiente a tiempo la gente mijo.

Hijo, el hecho que tengas una mejor preparación y que no creas en Dios significa que ahora tampoco creas en tus padres y tus orígenes, ¿quien te ha calentado la cabeza muchacho?, con esa manera de pensar no vas a ninguna parte más que para el mismito infierno, recuerda la ciencia nunca fue del todo sincera, de hecho nunca lo será, pues cambia muchas veces con el tiempo, y te pondré un ejemplo: los primeros decían que la tierra era plana, pero ellos no habían leído el libro que usted dejó de leer, por andar creyendo tonteras de los más adoctrinados en esas materias de oscurantismo y proselitismo.

El hijo levanta la voz y dice: ya basta padre, déjame a mí pensar lo que yo quiera.

Un momento hijo: usted no está pensando lo que usted quiera, usted está pensando lo que otros menos sabios que la Biblia le ha metido en la cabeza a Ud. a través de sus libros vanos.

Lea ese libro de nuevo y te dirá en tiempo presente todo lo que es, ha sido y será. El señor se dio la vuelta y le dijo una vez más: ignorante es ustéd hijo, deja el pan por por el plato vacío, recuerde el plato se quiebra, el pan que lo sostiene le mantendrá pensando en las cosas que le ayudarán a ser mejor persona y así mismo trasciende de generación a generación.

¿Digame quién puede vivir sin Dios el altísimo?

Los que lo han hecho están allá ardiendo y pidiendo clemencia, pero ¿por qué? Porque se dejaron llevar por la mente de otros y no por la voluntad de Dios, y Su voluntad que es todos puedan llegar a conocer a Jesús como su Señor y Salvador, que reconozcan que Él vino a morir por nuestros pescados, y llevó los sufrimientos de su pueblo para poder darnos la vida eterna, y está vida se encuentra escondida en Él, así que debemos buscarle y hallarle mientras pueda ser hallado.

Mire hijo, esta tierra le da de comer y lo ve crecer, pero también lo verá desaparecer.

Hijo, no deje que otras mentes frustradas con un sistema del mundo le cambien su forma de pensar, que no salga Cristo de su mente y su corazón, que ni siquiera la política te mueva tu amor por Jesús, más bien la política debe girar alrededor de Jesús. Cuantos andan ofreciendo algo mejor que Jesucristo, los tales son vanagloriosos y mentirosos, pues están llenos de maldad e ignorancia.

Hijo, aquí está este libro de libros, léelo y medita en el, para que hagas conforme a lo que en el está escrito y veras que entenderás aún más tu propósito aquí en la tierra.

Aquel joven cayo de rodillas llorando y diciendo: perdona papá, la universidad me lleno de todos esos prejuicios, creyéndome mejor y más sabio y me he dado cuenta, cuán lejos estaba de la verdad. Recuerdo aquel pasaje que dice: “…y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre…” (Juan 8:32). ¡Te amo papá! Perdóname.

Cuantas personas hay que de han olvidado de su creador y de su hijo Jesucristo por creerlo un mito, la mucha academia perjudica a algunos, y hasta los llega a convertir en profesores que profesan ir en contra del Cristianismo por una sola razón: ignorancia. Dios se apiade de esas mentes sin Jesús, y les de la oportunidad de conocerlo en el presente antes de pasar a la eternidad.

© 2017. Dr Mauricio Loredo