La joya más preciada, Mi testimonio personal

Pablo ya tenía más de 20 años de convertido y continuaba dando el mismo testimonio que cuando se convirtió. Una conversión única y genuina que Pablo sabía que Dios lo había escogido para dar testimonio de Él (Hechos 26:16-18).

Evangelizar a través de tu testimonio personal

El creyente tiene la oportunidad de expresar el Evangelio a través de su testimonio personal, por lo que siempre debemos estar preparados para compartirlo donde quiera que estemos y a donde quiera que vayamos, ya sea en un taxi, el trabajo, la escuela, etc. (1 Pedro 3:15).

Cuando una persona recibe a Cristo en su corazón y ha dado fruto de un nuevo nacimiento, tiene un testimonio personal de cómo Dios transformó su vida para compartir con las demás personas (Juan 9:24-26).

Te preguntarás, ¿y cómo debe ser un testimonio?, es necesario tomarnos un tiempo a solas con Dios para elaborar tu testimonio personal.  El testimonio se prepara con cuidado escribiéndolo y es conformado por: antecedentes (Hechos 26:4-8), conversión (Hechos 26:12-15) y lo que Cristo ha hecho en tu vida (Hechos 26:16-18). Se toma entre 2 y 7 minutos para hablar lo que antes eras y de lo que Cristo hizo, medítalo, aprovecha cualquier oportunidad para compartir el gran tesoro que hay en tu testimonio ya sea en público o en privado.

Mantén vivo tu testimonio personal

¡El testimonio personal lo debemos tener siempre vivo y ser utilizado toda la vida, siempre! recuerda que es una joya muy valiosa que Dios te dio (Hechos 1:8), nunca lo escondas, compártelo a cada alma que cruza tu camino (Mateo 10:32).

Cuando pierdes el amor por Cristo y ya no hablas de Él, has perdido tu primer amor, has perdido tu testimonio personal. Analicemos pues nuestra relación con Él.  La razón principal es por no cuidar lo que Cristo ha hecho en tu vida y permitir entrar cosas que Dios ya había quitado de tu corazón, pero, sobre todo al no pulir tu testimonio que es una joya de gran valor. Meditemos continuamente lo que Él hizo en nuestra vida (Éxodo 20:2) (Hechos 26:18) con gratitud y nuestro testimonio tendrá el impacto que proviene de Dios al compartirlo.

El testimonio de cada creyente es una carta dirigida a las almas de este mundo, escrita en un corazón de carne y leída por todos los que nos rodean. Te podrán decir que estás loco o podrás persuadir a otros a seguir a Cristo (Hechos 26:24-28) (Josué 1:9).

© Hilda Hernández. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Reflexiones Cristianas

Deja un comentario