La obligada pregunta de un nuevo creyente

Un impedimento para el bautizo pudiera ser por una cobardía moral. A este respecto la Biblia nos exhorta en 1 Corintios 16:13: «Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos.» ¿Cuál es su reacción cuando escucha un texto como este? ¿Se porta varonilmente, o como un cobarde?

El asunto es que algunos no tienen el coraje para arrepentirse de sus pecados, como el Joven rico de acuerdo a Mateo 19:16-22, sino que se fue triste, o como el Rey Agripa de Hechos 26:28 que le dijo a Pablo:“…Por poco me persuades hacerme cristiano…”

Otros no tienen el coraje para confesar a Cristo, como aquellos durante el tiempo del Señor según Juan 12:42-43, que creyeron en Cristo, pero a causa de los fariseos no le confesaban, porque «amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios

Y otros no tienen el coraje para someterse al bautismo, como los fariseos y los intérpretes de la ley porque «desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan» (Lucas 7:30). ¿Que impide que usted sea bautizado? ¿Por qué se resiste a esta decisión?

III. ES OBLIGADA PORQUE PONE DE MANIFIESTO LA MANERA BÍBLICA DE HACER EL BAUTISMO

a.“Cuando subieron del agua…” vers. 39.

Los puntos de vista sobre la manera de bautizar han dividido al cristianismo a través de la historia. Tal división ha dado como resultado que algunos practiquen el bautismo según la tradición recibida, mientras que los otros lo hacen según lo señala la Biblia. Es por esto que para algunos la forma no tiene mucha importancia ni trascendencia.

Cuando el eunuco le dijo a Felipe: “…Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?..”, tuvo que haber recibido de Felipe, junto con la predicación del evangelio, la doctrina del bautismo por inmersión.

En distintos cuadros que se nos representa a Juan bautizando a Jesús, aparecen las formas de “aspersión” o “inmersión”, dependiendo del enfoque hermenéutico del momento.

Pero si atendemos bien a lo que nos dice el texto de Marcos 1:10, allí notaremos la frase: “…y cuando salía del agua…”, lo cual presupone que él estuvo dentro cuando fue sumergido por Juan.

Por otra parte, la forma de inmersión es lo que ayuda a entender lo que Jesús dijo: “…Para que se cumpla toda justicia…” Allí, en ese mismo pasaje la palabra usada es “baptizo”, que es la palabra inmersión en el original griego.

b. Donde habían muchas aguas (Juan 3:23).

Jesús caminó la distancia de 90 kms hasta el Jordán donde todos los hombres venían y eran sumergidos en agua. Allí se nos dice que “…Juan bautizaba también en Edón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas…” (Juan 3:23), lo cual comprueba aun más la importancia del término bíblico.

El mismo acto de ver a Jesús descender y ascender a las aguas nos sugiere un acto de sumersión total. Si el bautismo de Jesús hubiera sido por “aspersión”, qué necesidad tendría él de haber viajado tan lejos para ser bautizado.

IV. ES OBLIGADO PORQUE A TRAVÉS DEL BAUTISMO EL CREYENTE TESTIFICA SU MUERTE CON CRISTO

a. Conociendo al personaje (vers.35).

La pregunta que hizo el etíope de Candace fue una excelente ocasión para Felipe, pues este,“abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús”. Aquel fino y distinguido hombre fue impactado por el mensaje del evangelio.

La singularidad del “hombre de Galilea” caló profundamente en su ser. La profecía de Isaías que hablaba del “siervo sufriente” le convenció y por eso toma la decisión de aceptar a Jesucristo como el Mesías de Isaías 53.

Cuando alguien escucha el mensaje del evangelio sobre la persona de Jesús no puede posponer su bautismo de identificación con él, porque mi bautismo será en su muerte y en su resurrección.

b. Confesando al personaje (vers. 37)

Las palabras del etíope acerca de Jesús fue un acto de confesión inmediato. Así lo dijo:“…Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios…” Este hombre estaba en una genuina búsqueda. El hecho de venir de Jerusalén suponía su asistencia a la gran fiesta de la pascua.

Pero como muchos de ellos, aquella fiesta parecería no tener ninguna incidencia profética, porque era más la celebración del rito que el autentico significado que se escondía en la pascua. Así que este hombre, una vez que entendió el “evangelio de Isaías”, hizo la confesión más importante que todo hombre debe hacer.

Él creyó en Jesucristo no solo como el Mesías esperado por Israel, sino como el “Hijo de Dios”, lo cual plantea la aceptación de la segunda persona de la Trinidad. Esta confesión nos lleva a la más completa identificación con el Señor. Pablo después lo resumió así:

¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6:3-4).

Cuando nos bautizamos estamos confesando una muerte y resurrección con el Hijo de Dios. Morimos y resucitamos para él.

CONCLUSIÓN:

Si nada impide que yo sea bautizado, entonces debo detener el “carro” y pedir ser bautizado. A través de ese acto confieso que Jesucristo es el Hijo de Dios. Que lo hago el Señor de mi vida y que la vieja vida, forma parte de una historia pasada.

El texto finaliza diciendo: “…Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino…” (vers. 39).

El bautismo es un acto de profundo gozo que nos plantea seguir un nuevo camino, pero ahora acompañado por el Señor. ¿Qué impide que usted sea bautizado? ¿Por qué ha postergado tanto tiempo esta decisión? “Levántese y bautícese”.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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