Destino Glorioso

3.  Tres cosas para entrar en el futuro.

Restaurar el carácter.

Las personas son condenadas por mentir y son absueltas por decir la verdad. No existen equipos para detectar verdades, sino mentiras. El día que Abram mintió la gloria del Eterno no estuvo con él, con su llamado. Génesis 20: 2. (BT) “Y decía Abraham respecto a Sara, su mujer: Es mi hermana. Así que Abimelec, rey de Gerar, mandó a tomar a Sara”. El llamado es comprometido cuando entra la mentira.

Hoy necesitas reconciliarte con el Eterno y pedir perdón por las mentiras si quieres ver el futuro.

No negociar el manto.

Negociar la unción y el manto fue otro error de Abram. Sara era la garantía de la unción y el manto. La promesa fue dada a Abram, pero el manto de la promesa solo podría cumplirse a través del útero profético de Sara. Y cuando Abram negocio a Sara, eso inquieto el corazón del Padre. Génesis 20: 3 – 6. (BT) “Pero ’Elohim vino a Abimelec en un sueño aquella noche, y le dijo: He aquí, eres hombre muerto a causa de la mujer que tomaste, pues ella está casada y tiene marido. Pero Abimelec, que no se había llegado a ella, dijo entonces: Señor, ¿matarás también a gente inocente? ¿no me dijo él: ella es mi hermana, y ella también dijo: es mi hermano? Con integridad de corazón y limpieza de manos he hecho esto. Y ’Elohim le dijo en el sueño: También Yo sé que con integridad de tu corazón has hecho esto, y Yo también te retuve de pecar contra mí, por eso no te permití tocarla”.

Omitir el llamado profético.

Cuando omites tú llamado profético, cuando no haces lo que el Eterno te manada hacer, no tendrás futuro, ni veras los descendientes del futuro.

El Eterno le ministro arrepentimiento a Abram, necesitas entrar en arrepentimiento para que el enemigo no encuentre brechas en tú vida. El Padre quiere restituirte de manera poderosa para que, estando bajo el manto del pacto, puedas ver el futuro y estar incluido en el.

Conclusión.

Muchas personas que luchan con nosotros, pueden no estar incluidas en el futuro. Y no es el hombre quien arranca, sino el Padre; no es el hombre quien solicita, es el Eterno quien ordena. Ellos no pueden entrar en el futuro contigo.

Hoy tienes que ver el futuro y luchar con las aves rapiñas que quieran entrar en el territorio. No permitas que nada ni nadie interfiera e tú pacto. Lo quiera entrar en tú pacto sacúdelo.

Desea entrar en el futuro por causa de tú pacto y pídele al Eterno que te incluya y que te de la gracia de ver a tu descendencia entrar en el futuro y tú estar allí.

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