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Alabanza y adoración

Predicas Cristianas

Predica de Hoy: Alabanza y adoración

Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Salmo 5:11-12

Introducción:

Dios creó al hombre para alabanza de su gloria, en otras palabras para que le rindiera culto y adoración exclusivamente a él y solo para Él, lo hizo para que glorificara Su nombre, para que lo bendijera, para que lo honrara, para que lo amara, para que lo respetara, para que fuera su único amor.

Dios nos hizo para que fuéramos Su gloria y honra, sus ministros, sus siervos, sus embajadores, sus santos, sus escogidos, su especial tesoro, la palabra dice que somos como la niña de sus ojos.

Aunque Dios pudo haber creado robot que al solo tacto de un botón, gritáramos: ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Apretaran otro botón dijéramos: bendito sea su nombre, te adoro, te amo, te bendigo, santo, santo, santo, gloria, levantáramos las manos, y otro botón para que danzáramos, otro para que gritáramos, gritos de júbilo, etc.

Pero el Señor no lo hizo así, prefirió hacer hombres pensantes, seres humanos con un libre pensar, con una libre decisión, la cual se llama libre albedrío. Usted decide alabar o no alabar a Dios, buscar o no buscar a Dios, orar o no orar a Dios, leer o no leer la palabra de Dios.

Danzar o no danzar para el Señor, gritar o no gritar, alegrarse o no alegrarse para Dios, bendecir o no bendecir al Señor, tributarle alabanza a Él o no. JesuCristo es rey de reyes y Señor de Señores. La alabanza tiene que salir del corazón para Dios. Dios no quiere robot en su presencia, si Él lo hubiera querido hacerlo así, y ¿que? El es Dios, lo hubiera hecho, pero no lo hizo

1. La alabanza sale de un corazón agradecido (Lucas 17:15-16)

En este pasaje vemos como un hombre agradecido por un milagro realizado en su vida, solo una persona agradecida puede alabar a Dios de esta forma. La lepra era una de las enfermedades mas temidas en el mundo antiguo.

Este hombre había vivido quizás por años en el valle de los leprosos, alejados de su casa, de su familia, quizás de sus hijos. Este hombre andaba con una ropa sucia y apestosa. Su carne y su cuerpo estaba desfigurada, y ese día encontró la salud de su cuerpo.

Y este hombre no le importo lo que pensaran en su barrio, no le importo lo que dijeran sus amigos. No le importo lo que dijeran sus vecinos, no le importo lo que dijeran los fariseos hipócritas, los religiosos. No sintió ninguna pena o vergüenza, ¡la Biblia dice que el venia glorificando a Dios a gran Voz!

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