La Palabra de Dios

II. Si escuchamos a Dios, Él también escuchará nuestra súplica (Proverbios 4:21)

a. Cuando cumplimos la palabra de Dios escuchada, poniéndola en acción, es cuando la guardamos en nuestro corazón. El corazón es lo más íntimo de la persona, donde se alojan las intenciones y deseos más profundos.

Allí debemos alojar la palabra de Dios, para que nos sirva de escudo frente al mal y nos aleje del pecado que ofende al Padre. Si obramos de acuerdo a las enseñanzas de Cristo, hacemos nuestro corazón más semejante al suyo (vers. 21).

b. El Señor está cerca de los que lo aman. Debemos confiar en que así como lo escuchamos a Él, Dios escuchará nuestras súplicas cuando se las presentemos. Él es un padre amoroso que está cerca de sus hijos, y que nos dará lo que sea mejor para nosotros. Por eso debemos pedir con confianza, sabiendo que no es echar al vacío la oración elevada al Señor (Salmo 116:1-2).

c. Es el deseo de Dios que nos acerquemos a Él con la confianza de un hijo con su padre. De esta manera recibiremos el mayor beneficio que es la amistad con Dios. Él está cerca de sus hijos, pero somos nosotros los que nos alejamos de su protección. Por eso debemos pedir crecer en la fe, para que cada día nos entreguemos más al amparo del Todopoderoso (1 Juan 5:14).

Conclusión

En la palabra de Dios tenemos las enseñanzas que nos conducirán hacia una vida dichosa en el Espíritu Santo. Debemos escucharla con atención, poniendo todas nuestras potencias en que se graben en nuestra memoria.

Éste es el primer paso para la salvación de nuestro espíritu, el seguir la senda marcada por Dios. Y en las Escrituras hallamos todo lo que necesitamos, si sabemos escucharlas (Romanos 10:17).

Pero no sirve solamente escuchar la Palabra. Si no la ponemos por obra, se vuelve vacía y no produce fruto. Es como la semilla que no llega a brotar, porque no tiene la profundidad necesaria o porque la comen las aves del camino.

Para producir frutos de vida eterna, debemos transformar nuestra vida de acuerdo a las enseñanzas de Dios en Su palabra (Mateo 7:24).

Si escuchamos la palabra de Dios y la ponemos en práctica, estaremos en amistad con Él. Y Él atenderá también a nuestras súplicas y nos escuchará. Nos dará lo que sea mejor para nosotros, siempre y cuando no obstaculice nuestra salvación. Pidamos con confianza de hijos y busquemos refugio en el amor del Padre (Jeremías 29:12).

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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2 comentarios en «La Palabra de Dios»

  1. Gracias a Dios por usted pastor me alegra saber que es cubano yo también soy cubano, soy miembro de la Iglesia El Calvario.En La Habana.Que Dios le bendiga mucho.

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