Diferencia entre miedo y temor a Dios

II. Miedo y Temor – Amor en el temor a Dios

Así como el miedo nace de las inseguridades, el temor se gesta en la fe. La creencia de lo que Dios nos da, promueve amor. Nadie puede seguir a Dios sí no lo ama primero. Debemos apasionarnos pero sin olvidar qué en el respeto y la reverencia, agradamos su nombre.

Sentir miedo a Dios, sería negar el amor y las promesas que él nos asegura. En el temor encontramos la reafirmación de sus preceptos.

Somos temerosos porque sabemos que sin su presencia no somos nada. Es importante tener esto en cuenta, pues es una defensa ante el orgullo y egoísmo.

Temer es repercusión de un agradecimiento profundo. Gracias a él y por él estamos con un propósito en ésta vida. No éramos nada y él nos da dirección. El temor es la búsqueda y el resultado de su gracia. Salmo 33:18

III. Temor en profetas bíblicos (Daniel 10:12)

El temor a Dios no es una opción. Es tan vital para su obra cómo orar. De hecho, la oración verdadera debe ser temerosa, es la manera en la que él nos responde.

En la Biblia podemos analizar cómo la oración temerosa salvó a los escogidos. Daniel, por ejemplo, siempre en situaciones extremas humillaba su corazón a la presencia del Padre. Humillarse requiere de temor y confianza plena, de saber que hay alguien más poderoso qué toma el control.

Daniel tuvo recompensa por ese temor. Sus miedos fueron aliviados, Dios le aseguró que no estaba solo. En cuanto tenemos seguridad de que estamos a voluntad suya, demostramos valentía.

Temer a Dios es también un acto de valentía. Daniel enfrentó problemas que nadie quisiera repetir, pero no dudó que su sacrificio era visto por Dios. En él fue librado, no era movido por miedo sino por temor ¿se ve la diferencia?

IV. Miedo y Temor – ¿Qué implica el temor a Dios? (2 Corintios 7:1)

Ser temerosos al nombre de Dios, cómo todo en su obra, requiere esfuerzo. No sé trata solo de saberlo, debemos también aplicarlo.