Incredulidad que genera debilidad

Jesús viene del monte, transfigurado, y se encuentra con los incrédulos discípulos que no pueden hacer lo que Él ha dicho que van a hacer.

¿De dónde venía la incredulidad de este hombre?

Su incredulidad venía por haber llevado a su hijo a los discípulos de Jesus y los discípulos no pudieron hacer nada!

¿A cuántas personas tu vida, en vez de producirles fe, les produce incredulidad? ¿Cuántas personas saben que visitas tu iglesia y cuando sales, hablas como la vieja criatura?

Y hay una contradicción entre de donde vienes y cómo vives; entre el Dios al que sirves y el Dios al que representas. Como cristianos no podemos ir predicando un evangelio que sana con una boca que daña.

¿Crees en las promesas que Dios te dio? ¿En todas? ¿Actúas en consecuencia a lo que Dios te dijo? Empieza a haber una discusión allí.

¡Qué triste decepción fue para el hombre al ver que los discípulos no pudieron liberar a su hijo de aquel espíritu, situación que produjo una discusión entre ellos!

Como los discípulos no pudieron, entonces él acude a Jesús directamente. Este hombre nunca permitió que el hecho de que alguien no pudiera le quitara la fe en que algo podía cambiar.

Tú debes decir “Yo no nací para vivir de esta manera, y si lo último que hago es morir buscando la respuesta que necesito, lo haré porque eso demuestra mi fe en que Dios me creó para algo más grande, y que tiene que haber solución para esto”

No podemos negar que todos los intentos crean duda; que todos los fracasos pasados bajan las expectativas. Pero eso no es excusa para dejar de creer en el Señor.

2. INCREDULIDAD – ¿PODES CREER?

Cada promesa que hay en la Biblia es para tu vida

Tu vida se seca cuando vives el mismo problema día tras día, y permites que tus expectativas bajen por causa de tus viejas experiencias. Cuando vos afirmas “sí, me atrevo a volver a creer!”, algo está a punto de suceder.

Deja un comentario