Bienaventuranzas (Parte II)

El corazón puro verá al Señor, esta es la promesa que Jesús dijo al acompañar esta bienaventuranza.

Debido a tantas cosas malas a nuestro alrededor, es difícil encontrar corazones puros. La pureza de corazón es como la inocencia de un niño. La pureza de corazón  es como un niño que esta empezando a entender lo que hay a su alrededor.

Sin embargo,  también contienen la madurez y la conciencia de un hijo sabio que sabe apreciar las palabras de su padre.

Esto es lo que debemos entender. La palabra de Dios purifica el corazón, y nos da la inocencia de creer en todo lo que Él nos dice. La palabra de Dios fortalece nuestra fe.

Además, nos genera la confianza de encontrarnos pronto en Su reino. Frente a la madurez espiritual creceremos a la medida en que nos encontramos en Su presencia, y llenamos nuestro corazón de Su palabra.

Bienaventuranzas – Séptimo paso: Ser pacificador (Mateo 5:9)

Por lo tanto, nuestro Señor Jesucristo nos enseñó ser pacificadores en medio de las adversidades. Este ejemplo lo podemos notar en el momento que el apaciguó la tempestad en el mar (Mateo 8:23-27). Jesús nos demuestra que para apaciguar las tempestades que experimentaremos en nuestra vida, es necesario tener fe.

En Mateo 5:9 Jesús llama hijo de Dios al que confía en Él. Así que además de ser pacificadores, implica tener la fe para ayudar a otros a encontrar esa fe en Cristo. A todas esas personas que se encuentran apocadas por las situaciones que están viviendo.

Querido hermano(a), tenga en cuenta que la verdadera relación que debemos tener con el Padre, es la de un hijo o hija que se mueve en fe. Esto no sólo para sí mismo, para sus deleites, como erróneamente se ha venido enseñando.

Sino para el desafío de acercar a otros a la verdadera fe. Acercar a otros a la fe de creer en que el Hijo de Dios que murió, venció la muerte y perdonó nuestras culpas, y que prontamente vendrá por Sus hijos, quienes somos usted y yo. Y muchos otros, que por gracia a Dios nos hará ver que Él nos usó para acercar a Jesús.

Bienaventuranzas – Octavo paso: crecer y padecer (Mateo 5:10-11)

Debemos entender que seguir a Jesús no es un camino de rosas.  De hecho muchos no comprenderán las palabras de Él pronunciadas por nosotros. Más bien seremos objetivo de burla, de persecución o de muerte. En realidad ser Cristiano es la réplica de Jesús, y todo lo que Él comprende.

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