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¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 23

Estudios Bíblicos

Prédica de Hoy: ¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 23

Estudios Bíblicos Texto Bíblico: 1 Corintios 16

Dar para los santos

Primera Corintios 16:1-3 es citado casi tan a menudo como el 9:14 para demostrar que los cristianos deben sostener su iglesia por medio de los diezmos y las ofrendas. Pero el contexto de estos versículos no contiene ni una sola palabra sobre el diezmo, dinero para “sostener” la iglesia local, pagar salarios, o sostener una organización.

16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia.

“En cuanto a”. “En cuanto a” significa que Pablo está cambiando a otro problema que la iglesia de Corinto estaba confrontando.

Anteriormente, había tratado un problema diferente en casi cada uno de los capítulos. Por consiguiente, no es de sorprenderse que los corintios también tuvieran problemas relativos a las ofrendas voluntarias para los necesitados.

Los que arguyen que el diezmo no se menciona en el Nuevo Testamento porque no era un problema simplemente subestiman los problemas de las iglesias. Es muy improbable que existieran los problemas que Pablo trataba en cada capítulo si la iglesia hubiese sido tan fiel en dar como supone el argumento del silencio.

“Concerniente a la ofrenda para los santos”. Los “santos” son específicamente los necesitados de “Jerusalén” (v. 3). La hambruna era una ocurrencia común en Palestina durante toda la historia bíblica. Hechos 11:27-30 cuenta de una “gran hambruna en todo el mundo, que ocurrió en los días de Claudio César”, aproximadamente en el año 47 D. C.

Las congregaciones cristianas decidieron ayudar a los que habían sido más afectados por esta hambruna en Judea. Hechos 11:29-30 dice: “Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo”. Hechos 12:25 registra que Bernabé y Saulo entregaron esta primera colecta personalmente.

Probablemente, Pablo llevó ayuda para los afectados por la hambruna en varios viajes de vuelta a Jerusalén. En Romanos 15:25-26, escribió: “Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar a los santos.

Porque Macedonia y Acaya [Corinto] tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén”. Gálatas 2:9-10 menciona una colecta: “Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas, y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer”.

2 Corintios 8:4 describe la gran dedicación de la iglesia de Macedonia: “Pidiéndonos con muchos ruegos que les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos”. 2 Corintios 9:1 continúa el tema: “Cuanto a la ministración para los santos, es por demás que yo os escriba”.

En consecuencia, cada uno de los principios de “dar” en 2 Corintios, capítulos 8 y 9, se relaciona con esta “colecta para los santos”, que estaban experimentando condiciones de hambruna en Judea. Los cristianos de Macedonia habían rogado a Pablo “el favor de participar en el sostenimiento de los santos” aun “más allá de su capacidad” (2 Cor. 8:1-6).

Al menos tres de los compañeros de Pablo, Estéfanas, Fortunato, y Acaico, “se habían dedicado al servicio de los santos” (1 Cor. 16:15-18). Por lo tanto, está claro que los “santos” o “los creyentes de Judea” es el ÚNICO centro de atención en el contexto de 1 Corintios 16:1! Esta carga, compartida por los líderes de Jerusalén, y Pablo, está, bien en primer plano o en segundo plano, en el libro de los Hechos, y en muchas de las cartas de Pablo.

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