¿Son los apóstoles enviados en nuestros días?

(b) Quería decir que Jesucristo le había enviado.

La palabra apóstolos procede del verbo apostellein, que quiere decir enviar. Se puede usar, por ejemplo, de un escuadrón naval que se envía en una expedición. Se puede usar de un embajador enviado por su país de origen. Describe a un hombre que es enviado con alguna misión especial. El cristiano se ve en todos los momentos de su vida como miembro de la comunidad que está al servicio de Cristo. Es un hombre con una misión: la de servir a Cristo en este mundo.

(c) Quería decir que todo el poder que tuviera la tenía por delegación.

El sanedrín era el tribunal supremo de los judíos. En cuestiones de religión, el sanedrín tenía autoridad sobre todos los judíos del mundo. Cuando el sanedrín llegaba a una decisión, esa decisión se le encomendaba a un apóstolos para que se la comunicara a las personas a las que concernía y para que comprobara que se cumplía.

Cuando un apóstolos así era enviado, detrás de él y en él se hallaba la autoridad del sanedrín, cuyo representante era. El cristiano es el representante de Cristo en el mundo, pero no se le deja llevar a cabo esa tarea dependiendo de su propia fuerza y poder; la fuerza y el poder de Jesucristo están con él.

II. El apóstol es enviado por la voluntad de Dios.

¿Qué significa esto?

El tono de su voz no es aquí de orgullo, sino de simple admiración. Hasta el final de su vida Pablo estaba maravillado de que Dios hubiera escogido a un hombre como él para hacer Su obra. Un cristiano no debe nunca llenarse de orgullo por la tarea que Dios le asigna, sino llenarse de admiración de que Dios le haya tenido por digno de participar en Su obra.

Pablo pasa a dirigir su carta a los que viven en Efeso.

III. Los creyentes son santos y fieles en cuanto a su posición Divina.

Dondequiera que esté el cristiano, está en Cristo.

Alister MacLean cuenta la historia de una señora del Noroeste de Gran Bretaña, que llevaba una vida muy dura pero vivía siempre en una serenidad perpetua. Cuando le preguntaban cuál era su secreto contestaba: «Mi secreto consiste en navegar todos los mares manteniendo siempre el corazón en el puerto.»

IV. Los creyentes son santos y fieles en cuanto a su posición humana.

El lugar de operaciones de un creyente es en este mundo, por los tanto no puede vivir una vida como la del llanero solitario abstraído completamente del mundo por tal razón Cristo anima a cada creyente a vivir vidas que le glorifique en el lugar donde viven.

V. Los creyentes son los únicos que pueden gozar de las bendiciones espirituales.

Aquí tenemos dos grandes palabras de la fe cristiana. Gracia tiene siempre dos connotaciones principales, como en español.

1. La palabra griega es jaris, que puede querer decir encanto.

Tiene que haber algo precioso en la vida cristiana. Cuando el Cristianismo deja de ser atractivo, deja de ser cristiano.

La gracia describe siempre un regalo, y un regalo que le habría sido imposible a una persona el procurarse, y que nunca habría podido ganar o merecer de ninguna manera.

Siempre que mencionamos la palabra gracia, debemos pensar en la absoluta amabilidad de la vida cristiana, y la absoluta generosidad inmerecida del corazón de Dios.

Cuando pensamos en la palabra paz en relación con la vida cristiana debemos tener cuidado. En griego la palabra es eiréné, que traduce la palabra hebrea shalóm.

En la Biblia paz no es nunca una palabra puramente negativa. Nunca describe a secas la ausencia de guerra o de problemas.

Shalóm quiere decir todo lo que contribuye al bien supremo de una persona.

La paz cristiana es algo totalmente independiente de las circunstancias exteriores.

Una persona puede que viva en abundancia y lujo y disfrutando de todo lo bueno de este mundo, puede que tenga las mejores casas imaginables, y las cuentas corrientes más abultadas, y sin embargo no tenga paz.

Por otra parte, una persona puede que esté pasando necesidad en la cárcel, o muriendo en el patíbulo, o viviendo una vida carente de toda comodidad y tranquilidad, y estar en perfecta paz.

La explicación es que no hay más que una fuente de paz en todo el mundo, y está en hacer la voluntad de Dios.

Cuando estamos haciendo algo que sabemos que no deberíamos hacer, siempre hay una inquietud acechándonos en el fondo de nuestra mente.

Pero, si estamos haciendo algo realmente difícil, hasta algo que no queremos hacer, o que no nos ha de reportar ningún beneficio material pero que sabemos que es lo que Dios quiere que hagamos, tenemos una profunda calma en el corazón.

«En Su voluntad está nuestra paz.”

© Norman Alexis Oliva Videa

2 comentarios en «¿Son los apóstoles enviados en nuestros días?»

  1. nadie puede auto nombrarse apóstol como muchos acostumbran, se tiene que llevar “las marcas de Cristo” muy buena reflexión Dios le bendiga

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  2. Los auto proclamados apóstoles de este siglo son en realidad mercaderes de la fe, que entre ellos mismos se nombran para darse autoridad y un alo de santidad, y así hacer lo que quieren con las ofrendas y con las doctrinas bíblicas pues a cada rato tienen una nueva revelación que la iglesia tiene que aceptar porque lo dijo el apóstol.

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