Satanismo: Poder sobrenatural, condenación eterna…

El descubrimiento se produjo tras el hallazgo de restos de marihuana y una pistola durante una requisa rutinaria de la policía. La camioneta pertenecía a un miembro de una banda que, durante el interrogatorio, confesó su pertenencia a una secta de magia negra que utiliza el rancho para realizar sus sacrificios rituales con seres humanos, además del narcotráfico.

Durante el operativo, además de droga, se encontró un caldero de hierro de hedor pestilente de sangre seca, un cerebro humano, colillas de cigarros, licor, armas cortopunzantes, ajos y una tortuga asada. Alrededor de la casa, una fosa común con 12 cadáveres descuartizados, a los que se les había extirpado el corazón y el cerebro.

Constanzo estuvo involucrado a la comercialización de drogas, pero también de productos que consideraba con poderes mágicos especiales. Ayudado por Sara Villareal, llegó a prácticas de sacrificios humanos en procura de poder sobrenatural. La joven mujer oficiaba de sacerdotisa satánica y ayudaba en el procesamiento de reclutamiento de miembros de la secta satánica.

Tras la detención, los participantes confesaron la existencia de varios centros satanistas clandestinos en varias ciudades de México…

Pero los sacrificios humanos en la modernidad, no son propios de América únicamente. En otras latitudes como Yaroslavl, a 300 kilómetros de Moscú (Rusia), se documentó la existencia de una secta satánica cuyas acciones dejaron el trágico saldo de tres jóvenes de 17 años y un chico de 16, sacrificados en un extraño rito.

La autoría se atribuyó a banda llamada los “Devil”, liderados por Nikolai Ogolobyak, a cuyo teléfono móvil habían llamado varios de los jóvenes asesinados, antes de la masacre. Los participantes del culto fueron reclutados a través de música rock que amalgama en sus letras conceptos diabólicos y macabros.

¿Por qué sacrificios con derramamiento de sangre?

El fenómeno del ocultismo es mundial y cada vez más se afianza más, ganando adeptos a través de medios masivos de comunicación como la Internet. La música, la televisión y literatura difundida clandestinamente, representan otros puntales que contribuyen a la difusión masiva de prácticas aberrantes que—como he dicho—implican sacrificios humanos y de animales, especialmente perros, gatos y carneros.

Sin duda se preguntará, ¿Por qué los rituales deben incluir derramamiento de sangre? La explicación es sencilla: los satanistas procuran la destrucción del género humano y la creación de Dios, y tienen claro que en la sangre está la vida.

Nuestro amoroso Padre celestial advirtió a los primeros pobladores de la tierra sobre la necesidad de no comer nada que la contuviera: “Pero no deberán comer carne con su vida, es decir, con su sangre. Por cierto, de la sangre de ustedes yo habré de pedirles cuentas. A todos los animales y a todos los seres humanos les pediré cuentas de la vida de sus semejantes. »Si alguien derrama la sangre de un ser humano, otro ser humano derramará la suya, porque el ser humano ha sido creado a imagen de Dios mismo.” (Génesis 9:4-6, Nueva Versión Internacional)

¿Observa la trascendencia del asunto? Quienes adoran el mundo de las tinieblas saben que quitar la vida, así como beber la sangre y consumir la carne de sus víctimas, va en contravía de lo dispuesto por Dios—a quien consideran su enemigo–, al tiempo que Satanás les ha vendido la idea de que les traerá poder.

Nuestro amado Salvador dijo que gracias a su sacrificio en la cruz, tendríamos acceso al Padre—al ser perdonados nuestros pecados—y vida eterna: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.”(Juan 6:53-55)

Trasgrediendo esta enseñanza, los adoradores del diablo acuden a ceremonias en las que utilizan símbolos de la iglesia católica como hostias consagradas en misas al tiempo que beben de un cáliz –generalmente robado de un templo–con el líquido vital.

Un incidente ocurrido en Alemania resulta revelador del por qué actúan así quienes están inmersos en el ocultismo. Manuela Ruda declaró ante las autoridades que el 6 de julio del 2001 fue partícipe junto con su novio, del asesinato del joven Frank Hackert mientras apreciaban un programa de la televisión y bebían cerveza. “Estábamos sentados en el sofá y de pronto, Daniel (su compañero sentimental) se puso de pie. Golpeo con un martillo a Frank. Mi cuchillo brillaba y escuché una voz que decía: “Apuñálale en el corazón”. Entonces se lo clave… En ese momento recitamos una letanía satánica…”, relató a las autoridades. Le propinó 66 heridas con arma cortopunzante.

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