Milagros de Jesús Parte III

Este milagro nos deja la enseñanza nuevamente que Dios quiere obediencia. Este hombre obedece a Jesús y hace lo que Él le pide, entonces recibe la vista, después que fue obediente. Al igual que en los otros milagros, cuando los sirvientes hacen todo lo que Jesús les dice sucede el milagro del agua en vino.

Cuando los discípulos hacen recostar a la gente en obediencia a Jesús, Él obra el milagro de la multiplicación de los panes y peces. El paralítico obedece a la palabra y se levanta, toma su lecho y anda. La obediencia a Dios nos permite recibir sus bendiciones.

También podemos ver que Jesús usa elementos en este milagro, no solamente da la palabra sino que usa su saliva y tierra. Dios puede usar cualquier cosa para hacer un milagro, no importa si los elementos usados son utilizados para un propósito o para otro, en Él está la creatividad.

Encontramos que Dios había utilizado elementos anterior a esto, como el manto de Elías, una figura de serpiente con Moisés, varas con Jacob para que las ovejas fueran manchadas o no, etc. No significa que estos elementos contienen el poder de Dios, sino que Dios los utilizó para mostrar su gloria. Pero el elemento principal que usa Dios para glorificarse es la obediencia.

7) Milagros de Jesús – Resurrección de Lázaro (Juan 11:1-44)

El último de los milagros en el libro de Juan nos deja ver una parte más personal de Jesús, pues la persona que está enferma es uno de sus amigos. Jesús ya había estado en la casa de Lázaro en otras ocasiones, se le consideraba su amigo. 

Es por eso que cuando enferma sus hermanas envían el mensaje a Jesús de que Lázaro está enfermo. No hay duda que ellos sabían que Jesús tenía el poder para darle vida y sanarlo de cualquier enfermedad, es por eso que en lugar de acudir a otros medios ellos acuden al Señor para recibir la salud.

Sin embargo Jesús no se apresura a ir al encuentro de su amigo, sino que se tarda algunos días más antes de venir a visitar a Lázaro. Mientras Jesús llegaba Lázaro muere y cuando el Señor llegó a su casa él ya tenía cuatro días desde que fue sepultado.

Marta sale al encuentro de Jesús y confiesa que si Jesús hubiera estado Lázaro no hubiera muerto. Se resigna entonces en la muerte de su hermano. Pero Jesús le dice que resucitará, pero ella cree que habla de la resurrección venidera. 

María le dice a Jesús las mismas palabras “Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano” (Juan 11:32) ellas sabían que el poder de Dios estaba en Jesús, pero no había llegado a comprender que Dios todo lo puede, incluso resucitar a una persona de cuatro días de muerto. Pero nuevamente Jesús les pide a las personas que están en el lugar que den un paso de fe y le obedezcan en lo que pide.

Jesús pide que muevan la piedra en la entrada de la tumba. Ellos obedecen, Jesús da la palabra y Lázaro sale, atado de manos y pies con vendas. Las palabras de Jesús para realizar este milagro nos dejan ver el poder de ellas y cómo debemos ser obedientes en lo que Él nos pida, por muy ilógico que parezca.

Jesús nos dice “¿no te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios?” También nos dice “Lázaro, ven fuera” y por último “Desatadle, y dejadle ir” Dios quiere que nos acerquemos a Él con fe, no que solamente tengamos el conocimiento que Dios tiene poder, sino que ciertamente veremos su gloria manifestada en nuestra vida. No es un Dios de milagros para otros nada más, es un Dios de milagros para todos nosotros. 

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