Entras al santuario

Entonces viene el pasaje que leímos, donde vemos que Jotán, además de hacer lo bueno, corrigió la debilidad de su padre y no pretendió hacer tareas que no le correspondían, alineándose en este sentido con la guía de Dios.

Este rey trabajó mucho por su pueblo al que fortaleció en gran manera, y les hizo prosperar grandemente. Pero, “Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados, porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en los lugares altos2 Reyes 15:35.

Corrigió sus actitudes, pero dejó que el pueblo continuará con su idolatría. No les llevó la enseñanza necesaria para que ellos también se pudieran arrepentir y modificaran sus actitudes frente a Dios.

La iglesia de hoy

En la iglesia del Señor podemos hallar creyentes que toman cualquiera de estas actitudes. Hay quienes como Uzías pretenden tomar funciones que no les han sido encomendadas. Mostrando una unción que nos les ha sido derramada, motivados por las mentiras que el enemigo se encarga de hacerles llegar ya que “Quien esto hace es el engañador y el anticristo2 Juan :7.

Y terminan como él, apartados de la verdad y sin echar raíces en ningún lado pues cuando viene la corrección para hacerles ver la realidad, se alejan. Pero vemos también que en estos casos, el pecado solamente afecta a quien lo comete. Pues el Señor se encarga de mantenerlo aislado, “Así el rey Uzías fue leproso hasta el día de su muerte, y habitó leproso en una casa apartada”. De manera que no cause mayor efecto que un profundo dolor en el pueblo por su rebeldía.

Mas grave aún es el caso de aquellos que actúan como Jotán. Que actúan conforme a los mandatos del Señor sin pretender ocupar cargos o ser reconocidos. Pero que no quitan los lugares de adoración de su casa. Y como la familia no es corregida, continúan participando de las obras de las tinieblas. Si bien la Palabra nos indica: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntadFilipenses 2:12-13. Esto no significa que debemos quitar nuestra preocupación por lo demás, ya que también nos dice: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criaturaMarcos 16:15.

Conclusión

El Señor viene. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” nos dice Apocalipsis 22:12. Por lo que ha llegado el momento en que cada uno reconozca su propia obra y se arrepienta. Corrigiendo sus caminos, si es que no han sido los correctos, puesto que el Señor viene a buscar a una iglesia pura y santa.

Es el momento de arrepentirse y vivir como Pablo, quien se consideraba realmente muerto a la carne. Por lo cual decía: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por míGálatas 2:20

Morir a la carne

Morir a la carne no es actuar como Uzías, sino dejando que sea el Señor quien nos exalte y derrame su unción al debido tiempo. Ya que “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su horaEclesiastés 3:1.

Morir a la carne es dejar los celos y contiendas ministeriales, que lo único que hacen en apartarnos de la voluntad del Señor. “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversaSantiago 3:16

Morir a la carne es dejar de cumplir los mandamientos por religiosidad, para cumplirlos por amor a aquel que se sacrificó para darnos vida (Juan 10:10). Morir a la carne, eso simplemente eso, que muera la carne para que viva y reine en nosotros el Espíritu Santo que en nosotros mora.

El momento ha llegado

Ha llegado el momento de dejar de actuar como Jotán, que solamente se preocupó por sí  mismo corrigiendo sus propios caminos. Pero no enseñó al pueblo el verdadero camino a Dios ni quitó sus altares de adoración al demonio. “Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicaciónApocalipsis 2:19-21.

Ha llegado el momento de hablar la verdad, de confrontar las malas enseñanzas y las seducciones del enemigo que has venido permitiendo en tu vida y en la de tu familia, con la sana doctrina de Jesús.

Este es el momento de arrepentirse, lavando las vestiduras en la sangre del Cordero Santo, (1 Juan 1:29-30). Destruyendo espiritualmente los lugares altos, los nuestros, de nuestra familia, y de nuestro pueblo, en oración y guerra espiritual para destruir las potestades que ejercen presión sobre ellos y no permiten que se acerquen al Señor. Es ahora el tiempo del arrepentimiento y la conquista.

© Reenier Gonzalo Prado. Todos los derechos reservados.

Central de Sermones… Predicas Cristianas

Deja un comentario