Los demonios

Satanás sabe quien es Jesucristo y lo que puede hacer, y eso lo saben todos los aliados del diablo “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quien eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:23-24), ellos saben quien es Cristo. “…También los demonios creen…” (Santiago 2:19).

Además de conocer a Jesús, los demonios, dice: “…y sé quien es Pablo…” (vers. 15) aquí podemos ver comprobado lo que decíamos al principio de este punto; ellos saben quienes somos los hijos de Dios y saben que también representamos un peligro; pues vamos revestidos del poder de Cristo para vencer sus tinieblas y liberar a las personas (Efesios 6:10-20) y por último dice: “…pero vosotros, ¿Quiénes sois?” (vers. 15).

Los demonios no reconocen poder en aquellos que no son de Jesucristo; ellos podían tener toda la sabiduría en sus mentes y pertenecer a las más altas castas religiosas; pero sin Cristo ante el diablo nada son; solo engañadores y vergüenza de si mismos.

Cuando veamos y sepamos de casos de expulsión de demonios hecha por personas no cristianas, son solo un teatro montado por el diablo para confusión y opresión.

Hace algunos años se hizo famoso un relato conocido como “cañitas” y ahí se hablaba de entidades demoníacas muy fuertes y del fracaso de varios exorcistas experimentados; el fracaso consistió en que iban sin el poder de Dios, que es Jesús.

Solo a sus hijos les dio potestad de expulsar al diablo y sus huestes de maldad “Y estas señales seguirán a lo que creen: “En mi nombre echarán fuera demonios…” (Marcos 16:17). Pero esto hay que hacerlo dirigido por el Señor y a cuentas con Él, revestidos de su poder como lo dice Pablo en Efesios 6: 10-20.

III. La expulsaron de demonios debe glorificar a Cristo (vers. 17)

“…y era magnificado el nombre del Señor Jesús”

Anteriormente decíamos que estos siete hijos de Esceva eran vagabundos en búsqueda de fama y reconocimiento; y muchos que se involucran en esto buscan lo mismo, la gloria a sus nombre y sus hechos. Pablo sin embargo hacía señales y milagros extraordinarios para glorificar a Dios.

Y el expulsar demonios de personas poseídas no debe ser una oportunidad para que brillemos, sino para que seamos temerosos de Dios como aquellos que presenciaron esto “…y tuvieron temor todos ellos…” (vers. 17); el principio de ser sabio en esta vida es temer a Dios (Proverbios 1:7).

No podemos andar por la vida sin considerar que existe un Dios fuerte, santo y poderoso por sobre todo y todos (incluyendo Satanás); pero además el nombre de Jesús debe ser magnificado “…y era magnificado el nombre del Señor Jesús(vers. 17) este es uno de los objetivos de cualquier ministerio y el de expulsión de demonios no debe ser excepción; pues el resultado además de la tan anhelada libertad, es que se hable de Jesús en forma grande y por siempre, dándoles gracias y sirviéndole.

Además debe servir de testimonio para que la gente se llegue a Él: “Así mismo muchos de los habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos…” (vers. 18).

Parece difícil pensar que aquellos que andan en la oscuridad como brujos, adivinos y demás puedan ser parte del reino del Señor; pero cuando cumplimos con nuestra labor podremos ver hechos como estos en nuestra vida, glorificando a Cristo. Por último vemos que esto de echar fuera a Satanás de la vida de las personas redunda en que: “…crecía y prevalecía poderosamente la Palabra del Señor” (vers. 20).

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