La confianza que tenemos en Dios

Esta es una de las declaraciones más tristes de las Escrituras. El sueño de Satanás de ser adorado se ve cumplido en este texto. Juan dice que “el mudo entero está bajo el maligno”.

Esta declaración no es muy halagadora. Que distinto sería si pudiéramos decir que el mundo entero está bajo el Señor Jesucristo. Encontramos acá la realidad de la división del mundo que Dios creo.

Por un lado están los que hemos creído en él y le seguimos como nuestro amo y Señor, y por otro lado están los que le rechazan y quedan bajo el gobierno del maligno. Si no lo habíamos entendido, sepámoslo ahora.

Las explicaciones a todo ese escenario de maldad donde no se agota nuestra capacidad de asombro se ve en la manera cómo el maligno dirige su mundo para que el hombre pierda su razón y cometa todo tipo de actos que quebrantan la moral, destruye la familia y esclaviza a los hombres bajo los más perversos vicios. Qué puede esperarse de mundo que está bajo el maligno, perversidad total.

III. LA CONFIANZA EN DIOS NOS DA LA SEGURIDAD QUE ESTAMOS EN EL VERDADERO

1. Entendimiento para conocer al verdadero (vers. 20)

Hay una certeza final con la que la Juan termina su carta. Estamos hablando de conocer al verdadero Dios; este el mensaje final de toda la Biblia. Lo primero que Juan nos dice es que la persona de Cristo es quien nos reveló tanto la vida del cielo así como al verdadero Dios.

Un inconverso no tiene este conocimiento porque no se le ha revelado el Señor. Pero para todos aquellos que hemos conocido al salvador Jesucristo, él vino para mostrarnos al verdadero Dios. Y ¿quién es ese Dios verdadero?

Pues aquel que es grande y lleno de gracia. Aquel que es el Dios Altísimo quien domina sobre todas las naciones. Al referirnos que el es el verdadero Dios decimos que nadie es tan grande que puede ser comparado con él.

Cristo vino para darnos entendimiento en relación a un Dios cuyos atributos van desde su amor, bondad, misericordia, infinitud, autosuficiente, inmutabilidad y soberanía. El es todo poderoso, omnisciente, y omnipresente. Jesús vino para darnos entendimiento acerca de este Dios verdadero. No hay otro como nuestro Dios. Cristo nos ha ayudado a entender a Dios.

2. El verdadero Dios y su vida eterna (vers. 20b)

Sorprendentemente Juan termina su epístola como la comenzó afirmando la doctrina que nos da nuestra razón de ser: que Jesucristo es el verdadero Dios. En el primer capítulo habló del Verbo, aquel que era Dios.

Por lo tanto estas son palabras que nos llenan de seguridad con las que afirmamos que Jesucristo es nuestro común salvador y Señor. Juan nos dice que “estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”. Si alguien conoció a Jesús como Dios fue Juan.

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