El peor crimen del mundo

II. Porque son Buenas Noticias (vers. 9)

“…Hoy es día de buena nueva…”

Los cuatro hombres leprosos habían encontrado algo realmente bueno, los enemigos sirios habían huido, por lo tanto el peligro de ser conquistados había desaparecido, el hambre había terminado; además ellos los cuatro leprosos han saciado su hambre y se han hecho de algunos bienes.

Todo eso son buenas noticias, buenos eventos, grandes bendiciones; pero la gran mayoría no lo sabe, solo cuatro de ellos las estaban disfrutando, pero de pronto algo, o mejor dicho “alguien” les dice que el disfrutar solos de esa bendición no está bien, pues ellos se dicen a sí mismos “…y nosotros callamos…” (vers. 9).

El pueblo de Dios viven en circunstancias similares, pues mientras disfrutamos de la promesa de la vida eterna, del compañerismo de Jesús, de la poderosa guía de Dios a través de su Palabra; además de contar con su cuidado y provisión; también callamos ante un mundo que literalmente grita su necesidad.

Pareciera que a la iglesia de Cristo, los no creyentes no son tan importantes como lo son sus actividades. Recientemente leía a algunos pensadores cristianos que afirman que el cristianismo evangélico está en crisis, está experimentando cambios; sin embargo esos cambios no incluyen alcanzar con las Buenas Noticias de Salvación a los no creyentes. No es una crítica insensible, sino una descripción de algunas expresiones cristianas.

Se ha suplido el valor y la enseñanza de la Biblia por extensos momentos musicales, argumentando que Dios nos demanda alabanza y adoración, surgen personajes que ostentan títulos como profetas, apóstoles, reverendos, sin que muchos de ellos hayan ganado a un alma para Cristo.

Se ofertan los milagros y las sanidades, cuando la parte más enferma de los seres humanos no son sus miembros u órganos, sino su alma. La palabra “Evangelio” es una palabra de origen griego y significa “Buenas Noticias” lo que usted y yo como cristianos sabemos y vivimos en Cristo es algo que debemos decirlo a otros, principalmente a aquellos que nos rodean, a todas las personas.

Marcos Witt y muchos otros más han dicho que existen en este mundo millones de personas que nunca en su vida han escuchado el nombre de Jesús y mucho menos han escuchado que Dios quiere darles vida eterna en el cielo con Él.

Pero no se sorprenda o excuse pensando que eso ocurre en lugares lejanos en el mundo, cerca muy cerca de nosotros las personas saben de un Jesús histórico, de un Jesús religioso y ritualista; pero necesitan conocer a un Jesús vivo, eficaz, real, personal y amoroso. Usted, yo y muchos cristianos estamos como los leprosos en el campamento de los sirios, disfrutando, regodeándonos en Dios y olvidamos que afuera hay verdadero dolor, aflicción, sufrimiento y juicio sobre sus cabezas.

Dios es un Dios incluyente y está muy interesado en los no creyentes, y estos debieran ser importantes para nosotros, porque son importantes para Dios. El peor crimen que podemos cometer no es matar a una persona, es dejar que siga su vida, irremediablemente condenada a pasar una eternidad sin Dios, en completa y absoluta oscuridad, y nosotros simplemente viéndolas como van sin remedio al infierno.

III. Porque no tomamos la decisión (vers.9)

“…Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey”

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