¿Existe todavía el pecado?

El pueblo de Israel estaba muriendo a causa de su pecado; las serpientes ardientes momento a momento cumplían su propósito; fue tanto el sufrimiento del pueblo que tuvieron que bajar la guardia y acudir a Moisés y suplicarle: “Hemos pecado por haber hablado contra Jehová y contra ti…” (vers. 7).

Podemos notar el reconocimiento personal de nuestro pecado cuando este nos esta destruyendo, ese es el primer paso de una solución dada por Dios; tomamos conciencia de la realidad del pecado, de sus efectos y buscamos ayuda en Dios.

Más adelante siguen diciendo: “…ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes…” (vers. 7) después de la aceptación de nuestra culpa ante Dios, dirigimos nuestro clamor de manera adecuada, es decir lo dirigimos a aquel que puede darnos solución a nuestro pecado; este es Jesús.

Moisés intercedió por su pueblo ante Dios y Dios respondió: “Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre un asta; cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá” (vers. 8).

Moisés fue instruido a construir con sus manos una representación con forma la misma forma de la serpientes ardientes y colocarla en un lugar visible, en lo alto; para que fuera vista por todos y cuando lo necesitaran, es decir cuando sufrieran de la mordedura, su mirada pudiera encontrarla en lo alto y así hallar salvación.

Todo aquel que sufría de mordedura de serpientes podía ser sanado tan solo con mirar la efigie de la serpiente de bronce; su pecado era perdonado y por lo tanto quitado su sufrimiento y vivía (vers. 9).

Hay quienes hubieran pensado en esto como una expresión pagana; sin embargo Dios estaba dando un muestra de los que en el futuro Jesús haría por nosotros para nuestra propia salvación. Jesús dijo a Nicodemo en el Nuevo Testamento lo mismo cuando se entrevistaron: “Y como Moisés levantó la serpiente bronce en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3: 14)

¿Existe todavía el pecado?

Si, existe por esa razón Dios dio una solución y esa respuesta es Jesús; Jesús fue clavado en una cruz y levantado, expuesto a todos para que cualquiera, enfermo de pecado pudiera mirarle con fe y así obtener la vida eterna.

Es maravilloso saber que la Biblia dice que cualquiera que reconozca su problema del pecado, aquel que vive siendo mordido constantemente por el veneno de la desobediencia, puede alzar sus ojos al cielo y encontrar la respuesta de Dios a su pecado.

Lo triste es que hay muchas personas que aunque sufren los estragos del pecado no acuden a Jesús como su ayuda; pareciera que tan endurecido esta su corazón que ni aún lo duro del pecado los dobla ante Dios.

En el Apocalipsis, Juan nos narra los efectos de las siete trompetas de Dios en el mundo. Habla de desastres naturales, muerte y mucho sufrimiento; sin embargo me llama poderosamente la atención que aunque estos efectos de condena de parte de Dios afectan a la humanidad; mucha de estas personas sigue con su forma pecaminosa de vida. Dice:

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