Los Cuadros de Jesús – Parte III

Ella vio que Jesús no tenía las herramientas necesarias para sacar aquella agua. Hay en esto la lección de lo imposible. Para buscar esa “agua viva” hay que cambiar de opinión sobre la forma como se ven las cosas lógicas. No siempre lo lógico es teológico.

III. JESÚS COMO GANADOR DE ALMAS LO TERCERO QUE HACE ES CREAR UN DESEO POR LO QUE ÉL TIENE verss. 13-15

1. El agua que él ofrece es mejor que la del pozo.

Este pozo representa al mundo con lo que ofrece. Siempre habrá deseos de volver allí por las debilidades y las imperfecciones de nuestra propia vida. A la gente hay que llevarla del “Pozo de Jacob” al río de “agua viva” que Jesús ofrece por medio del Espíritu Santo. El corazón no se satisface a menos que tenga un real encuentro con el Señor.

2. El agua que yo le daré no tendrá sed jamás.

Como quiera que sea a estas alturas ya la mujer samaritana ha descubierto que en su corazón ha nacido un deseo por conocer esa agua viva. Ha descubierto que la mirada y la autoridad de Jesús le están ofreciendo algo que nadie más le había ofrecido.

En su mundo había encontrado un agua estancada, pero ahora oye de un agua viva. Jesús viene a la vida para que los hombres no sigan acudiendo al único lugar que les puede dar satisfacción.

3. Dame esa agua para que no venga aquí a sacarla.

Los cántaros que ella siempre ha traído para buscar el agua representan su condición. A ellos ha tenido que llenar una y otra vez. Lo más importante es que ella pueda llenar su alma. Al hacerlo no tendrá que seguir buscando, aunque por seguro volvería allí por esa agua física, pero no volverá a tener la sed que el mundo y el pecado producen.

IV. JESÚS COMO GANADOR DE ALMAS LO CUARTO QUE HACE ES CREAR UNA PROFUNDA CONVICCIÓN DE CAMBIO verss. 16-17

1. No tengo marido, aunque había tenido varios.

Quiso ocultar su pobreza del alma. El “no tengo marido” era como si no quisiera hablar de su vida privada. Y aunque su respuesta era cierta, toda vez que los hombres con quien estaba eran pasajeros, ella pretendía no entrar en esos detalles.

Jesús aprovechó esa coyuntura para traer convicción a su corazón. Jesús le dijo que ya había tenido cinco maridos, pero ninguno de ellos podía satisfacer la necesidad de su alma.

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