¿Debe la iglesia cristiana enseñar el diezmo? – Capítulo 29

Nueve: Durante varios siglos, las iglesias primitivas no distinguieron entre “clero” y “laicato”. Miembros laicos de talento predicaban y desempeñaban otras funciones que más tarde fueron restringidas al clero ordenado y de tiempo completo. Por ejemplo, un “administrador” talentoso puede haber estado encargado mientras otra persona de talento “predicaba” y otra persona de talento “enseñaba” la Palabra. Este hecho excluía el dar diezmos cuando numerosos laicos ejercían sus dones espirituales.

Diez: Es muy probable que hasta los esclavos desempeñasen papeles de liderazgo como ancianos y obispos en la iglesia primitiva. El notable erudito F. F. Bruce dice que “Pío, obispo de la iglesia de Roma hacia mediados del siglo segundo, si no era esclavo él mismo, era en todo caso hermano de un esclavo, y Calixto, obispo de la misma iglesia en la primera parte del siglo tercero, era un ex-esclavo” (135). ¡Ciertamente, los esclavos no aceptarían diezmos para su sostenimiento!

Once: Quizás el mejor argumento post-bíblico contra el diezmo en la iglesia ante-nicea es la actitud general de la iglesia hacia las virtudes cristianas, la ética, la pobreza, y el ascetismo. Para decirlo claramente, “la pobreza era considerada una virtud, especialmente entre el clero!”.

Mientras todavía conservaban fresco el recuerdo de los primeros apóstoles y discípulos, los milagros del primer siglo y, mientras todavía esperaba el pronto regreso de Jesucristo, la iglesia pre-Constantino (antes del año 325 D. C.) era una organización de caridad que recibía ofrendas sólo para servir a los pobres, las viudas, y los huérfanos de la sociedad. Véanse los detallados comentarios de Philip Schaff en mi capítulo sobre 1 Corintios 9.

La iglesia desde el siglo cuarto hasta el siglo octavo.

La iglesia de los primeros siglos usaba el dinero de manera muy diferente de la manera en que lo usa la iglesia de hoy. Williston Walker informa que, en el año 251 D. c., la iglesia de Roma bajo el obispo Grainelio tenía una membresía de aproximadamente 30,000 miembros y sostenía más de 1,500 dependientes.

¡Esto equivale a un dependiente por cada 20 miembros! (136). Aunque Cipriano trató de hacer cumplir su idea de que los obreros de la iglesia no debían tener actividades seculares, Walker comenta: “Para mediados del siglo tercero, se esperaba que el clero superior dedicara todo su tiempo a la obra del ministerio, pero hasta los obispos a veces compartían ocupaciones seculares, no siempre de naturaleza encomiable. El clero inferior todavía podía ocuparse en el comercio” (137).

Puede que sea o puede que no sea digno de notarse que Schaff no menciona los “edificios” de iglesia sino hasta que cesó la persecución entre el 206-303. No está claro hasta qué punto existían los edificios de iglesia antes de esta época. En tanto que los cristianos eran culpados por casi todos los desastres como hambrunas, terremotos, inundaciones, derrotas militares, e invasiones de los bárbaros, la población pagana muy a menudo castigaba a la iglesia como víctima propiciatoria y rápidamente habría destruido estructuras muy visibles y accesibles asociadas con la iglesia.

La Encyclopedia Americana dice: “[El diezmo] no se practicaba en la iglesia cristiana primitiva, pero poco a poco se hizo común por el siglo sexto” (138). La declaración asume el fracaso de Cipriano en el norte de África y probablemente significa que el diezmo no se practicó “haciendo cumplir las leyes seculares o las de la iglesia” sino hasta el siglo sexto.

La Encyclopedia Catholica (edición de 1912 solamente) dice: “Al principio, se hacía [provisión] mediante el sostenimiento espontáneo de los fieles. Sin embargo, con el correr del tiempo, al expandirse la iglesia y surgir varias instituciones, se hizo necesario crear leyes que aseguraran al adecuado y permanente sostenimiento de la iglesia.

El pago de diezmos se adoptó de la ley antigua, y los primeros escritores hablan de él como de una ordenanza divina y una obligación de la conciencia. La primera legislación positiva sobre el tema parece estar contenida en la carta de los obispos reunidos en Tours en 567 y los Cánones del Concilio de Macon en el año 585″ (139).

Aunque pueda parecer que tanto la Encyclopedia Americana como la Encyclopedia Catholica pasan por alto todas las referencias al diezmo hechas por Cipriano y las Constituciones de los Apóstoles como inválidas, ¡en realidad deben estar de acuerdo con la premisa de este libro de que la iglesia primitiva no enseñaba el diezmo! Cuando el diezmo fue reintroducido en la iglesia, era voluntario y se basaba en una errónea comparación del obispo del nuevo pacto como sumo sacerdote del sacerdocio del Antiguo Testamento.

Siglos más tarde, la iglesia adquirió riquezas en forma de tierras. Al principio, los terratenientes ricos donaban tierras a la iglesia para parroquias, pero reteniendo el privilegio de nombrar los obispos y conservar las ganancias y los diezmos de la tierra en sus propias manos seculares. Por consiguiente, el diezmo pronto se convirtió en fuente de abuso.

Con el tiempo, sin embargo, la iglesia adquirió suficiente autoridad secular para recuperar nuevamente el nombramiento de sus propios sacerdotes y obispos, junto con la conservación de los diezmos en la iglesia. Pronto, la iglesia fue dueña desde la mitad hasta un cuarto de la tierra en muchos países europeos y puso en vigor los diezmos de los que alquilaban sus tierras.

¡Por lo general, los historiadores concuerdan en que no fue sino hasta el año 567 D. C., quinientos treinta y siete (537) años después del Calvario, cuando apareció en la historia el primer intento sustancial de la iglesia de hacer cumplir el diezmo bajo su propia autoridad! El Concilio de Tours en 567 y el Concilio de Macon en 585 emitieron decretos eclesiásticos regionales a favor del diezmo y para excomulgar a los que no diezmaban, pero no recibieron autoridad del rey para hacer cumplir la colecta por medio de decretos civiles.

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